“Ya es oficial” de Polonio es uno de los discos que más han sonado en nuestra redacción a pesar de tener ya dos años. Su concierto el día que compartieron escenario con Cohete es uno de esos instantes del 2013 que guardamos en la carpeta de “momentos especiales”. El álbum que editarán a lo largo del 2014 es uno de los que esperamos con más ganas. Somos fans de su pop elegante, preciosista, que tan pronto los emparenta con Belle & Sebastian como con The Magnetic Fields.
¿En qué momento se encuentra el nuevo disco?
Precisamente esta semana finiquitamos las mezclas con Carlos Soler Otte. En realidad le falta muy poco, tres o cuatro retoques y enviarlo a masterizar. Está quedando de perlas y las ganas de ponerlo en circulación van en aumento, aunque hemos de ser pacientes ya que aún quedan decisiones por tomar. No sabemos cuánto tardará en salir ni de qué manera pero intentaremos que no se alargue demasiado y que la edición esté tan cuidada como lo están las canciones. Lo demás ya no depende exclusivamente de nosotros.
¿Qué nos puedes adelantar?
El disco contiene once canciones. Ha tenido varios títulos durante el proceso de grabación y mezcla, pero ninguno definitivo. Digamos que han quedado finalistas un par, y que la decisión cada día está más cerca. Lo hemos grabado en Blackout Musice con Carlos Soler Otte, quien además de producir ha metido coros, percusiones, mandolina, ukelele y mucho amor. Además de los músicos habituales que ya son parte de Polonio (Apa, San, Miguel, Leví, Lourdes y Jordi), hemos contado con la participación de algunos amigos: Toni Ferri vino a grabar una marimba y nos ayudó un montón con los arreglos de cuerda; María Béjar grabó castañuelas y Lucía Ferrero un cello. La portada se la hemos encargado a María Gómez-Senent que es de la familia y trabaja en el estudio de diseño de Lina Vila.
¿Musicalmente hay alguna sorpresa respecto al anterior?
Ojalá el disco en sí sea una sorpresa para quien lo escuche. Las canciones están más trabajadas en todos los sentidos y a mí me parece que son mejores que las del mini-lp. Se ha grabado con más tiempo y hay más arreglos y orquestación, más instrumentos, más coros, más capas así en general. Nos apetecía eso, así como coquetear con estilos diferentes. Incluso hemos grabado una instrumental. Yo creo que a quien le gustase lo anterior va a disfrutar con esto.
¿Durante la grabación tuvisteis presente algunos discos que os ayudaran a conseguir el sonido que queríais?
Uno siempre está empapándose de la música de otros y cuando estás a punto de grabar prestas más atención a sonidos concretos que te gustaría reflejar de alguna manera en tu trabajo. Antes de empezar la grabación le pasamos al productor un cd de un ensayo con todas las canciones que iban para el disco, y otro con un montón de temas con indicaciones de qué sonido nos gustaba para el bajo, la batería o las trompetas. Al final había un popurrí interesante, con mucha música de los 60, y algunos nombres tan conocidos como Paul McCartney, Serge Gainsbourg o Van Morrison.
¿En qué ha cambiado Polonio, musicalmente, desde que empezó?
La filosofía es la misma que entonces. Sigue siendo un proyecto abierto, libre, un poco jipi, aunque cada vez más estable, quizá porque la formación está más consolidada que nunca. Lo que empezó como un proyecto artístico en solitario ahora funciona a todos los efectos como un grupo en el que mandan las canciones. Y las canciones, como al principio, siguen siendo mías, pero sin la aportación de la banda serían distintas y a mí me gusta trabajarlas con ellos. Los de Polonio somos amigos por encima de todas las cosas. Creo que si musicalmente hemos cambiado se debe a que ahora somos más gente, más instrumentos, y eso nos da mucho juego. Al principio todo sonaba folk y ahora cada canción suena (más o menos) a lo que queremos que suene.
¿Disfrutas más componiendo, en el estudio, o en directo?
Puedo disfrutar con las tres cosas y también sufrir. En el estudio es muy guay el momento en el que ya están grabadas las bases y empiezas a meter arreglos, voces, percusiones, etc. Sufres cuando surgen las prisas o si ves que algo no te acaba de convencer. Durante el proceso de composición procuras estar aislado, te abandonas tratando de plasmar con guitarra, papel y boli una serie de emociones que te rondan por la cabeza. Es como estar persiguiendo algo y cuando lo atrapas y consigues sacarlo es reconfortante y a veces terapéutico. Disfruto todavía más cuando la canción está prácticamente hecha y empezamos a darle rollo en los ensayos. Los conciertos me ponen muy nervioso pero cuando empiezas a tocar y todo está en su sitio acabas pasándolo bien.
Las letras de las canciones están muy cuidadas ¿nacen para una música que ya existe? ¿Escribes al margen del formato canción?
Normalmente escribo con la guitarra acústica cerca y voy sacando letra y música al mismo tiempo. Mientras rasco la guitarra, busco una melodía y las palabras adecuadas. Palabras que rara vez encuentro de primeras. Entonces tengo una canción con música y melodía de voz, y en algún momento, tal vez al día siguiente o al cabo de una semana, la vuelvo a coger por banda y sale la letra. Una vez escrita la repaso varias veces por si se me ocurre el modo de mejorarla. Siempre me ha gustado escribir y, como no soy ni mucho menos confiado, me alegra saber que hay personas que se identifican con mis textos o que les gusta mi forma de comunicar ciertos sentimientos. También escribo relatos cortos y poemas en la intimidad.
¿Crees que aunque sea involuntariamente, Velocista aporta algo a Polonio?
Velocista es la evolución natural de Mr. Vértigo, el grupo que tuve hace tiempo. Grabamos un LP y salió con un sello de Madrid que al poco tiempo desapareció, así que no tuvo el impulso que necesitaba y quedó un poco en el olvido. La llama sigue viva y acabamos de autoeditar un EP, pero por asuntos personales el proyecto se encuentra en pausa. El último año estuvimos experimentando en el local de ensayo, buscando nuevas formas de componer, nuevos sonidos y tal, así que cada vez la distancia es más grande entre una cosa y otra. Polonio tenemos un disco debajo del brazo y estamos a tope para defenderlo en directo cuando la edición esté lista. Es momento de centrarse en esto y disfrutarlo al máximo.
¿Cómo ves la Valencia musical?
Me parece que está en un momento álgido y que hay propuestas chulas por todas partes. Gente con talento que se parte la cara por defender sus creaciones, sacando discos con mayor o menor suerte, poniendo el dinero de su bolsillo. Aquí no se apoya a los artistas. Al revés. Te ponen barreras constantemente y así es complicado desarrollar tu actividad sin morir en el intento. Pero la música, como el teatro o la pintura, es algo vocacional, y parece que cuanto más te pisoteen más fuerte te haces, así que hay luz en el horizonte. Además, a nivel de salas la cosa está cambiando para bien. Espacios como La Llimera o La Residencia llenan un hueco, por no decir un abismo, que había en la ciudad. Sitios más pequeños como Tulsa, La Caverna, Rivendel, Deluxe o El Tornillo, dentro de sus posibilidades, siguen apostando por la música en directo. Es encomiable la capacidad de resistencia y lucha que muestra Valencia en este sentido.