Morella.

Morella (Laura, 1996, en el DNI) le debe su nombre artístico a su pasión por Edgar Allan Poe, su escritor favorito. Morella es el título de un relato del autor estadounidense que ha leído muchísimas veces. También el de la protagonista del mismo. Un cuento de terror que habla sobre la reencarnación. Y es que algo de ello tiene este nuevo proyecto musical.

A Laura siempre le ha gustado mucho escribir y con 18 años empezó a grabar sus propias canciones. Primero como Sélik, después como Donna Hyde, en ambos casos hacía rap. «Paré durante mucho tiempo y a raíz de la pandemia, del confinamiento, del tiempo libre que tenía, me puse de nuevo a escribir y de un día para otro volví a hacer canciones».

El resultado es Perenne, un ep de cuatro canciones, que aunque alejado de aquellas sonoridades de su pasado sigue estrechando vínculos con ellas. «Empecé a hacer rap porque toda las referencias de música que tenía entonces y lo que escuchaba era rap. Sigo escuchándolo, de hecho creo que se nota mucho su influencia en mis letras, pero oigo muchas más cosas. Una de las características que tiene mi música es que le doy mucha importancia a lo que estoy diciendo y eso es por haber escuchado mucho rap en mi adolescencia y en mi juventud. Ahora oigo música más melódica y más pop y por eso este cambio. Creo que Morella es una fusión de ambas, de lo que oía y de lo que escucho ahora».

Pop, R&B contemporáneo y ese poso rap del que hablaba, recorren cada uno de los temas. En el futuro le gustaría probar con algo electrónico «más cañero». La voz es uno de los principales y potentes activos de Morella. «Tiene muy poquito de autotune. Antes de empezar a grabar estuve hablando con Bezeta, que se ha encargado de las mezclas y del máster, y llegamos a la conclusión de que aunque la voz tenía que sonar bien, quedaba raro si estaba excesivamente retocada, preferíamos que en algún momento se pudiera escuchar imperfecta a que se escuchara demasiado restaurada».

En las canciones de Morella destacan especialmente las letras, lejos de lugares comunes, priorizan la narración sin recurrir al típico estribillo. ¿Qué te inspira para escribirlas?

Me inspira lo que a todo el mundo, lo que he vivido o lo que estoy viviendo en este momento; las cosas que leo, la música que escucho, el cine que veo, las cosas que vivo y me marcan. No podría sacar canciones en las que no le he dado una vuelta a la letra. Antes sí era más rebuscado lo que escribía, tardaba demasiado, intentaba a lo mejor que no se entendiera a la primera y ahora no es lo que busco, quiero que sea accesible pero diciendo cosas que para mí son importantes. Las canciones hablan, además de sobre cosas que me han marcado, también de alguna manera sobre amor, por eso me parecía bonito que el título fuera Perenne que significa eterno.

No quiero pecar de poco pegadiza, es algo que quiero ir aprendiendo. Soy consciente de que hay canciones que no siguen una estructura muy clásica. «Capricho» sí, es estrofa-estribillo-estrofa-estribillo y se repite luego al final el estribillo. Pero, «Presiento», por ejemplo, es más experimental, no se sabe muy bien cuál es el estribillo. Y «Tres cruces» y «Cólera» sí, tienen estribillo, está al final del todo. Pero creo que, al final, sí que he conseguido que las melodías se queden en la cabeza.

¿Cómo describirías Perenne?

Estéticamente está todo relacionado con las flores. La portada, el videoclip… La portada me la hizo la fotógrafa Sandra Martínez en septiembre de 2020, que ya tenía las canciones escritas. Le expliqué el concepto y lo captó a la perfección. Las canciones hablan de amor, hablan de lo bonito y de lo que no es tan bonito y me gustó que eso estuviera reflejado al haber todo tipo de flores, unas más secas, otras con más color.

El vídeo lo ha hecho J.Dean, que es de València. Seguía su trabajo de cerca, contacté con él y le conté la idea que tenía. Quería que estuviera relacionado con las flores y que hubiera planos en estudio y en exterior. A partir de ahí él hizo el guión, se encargó de las localizaciones… Lo grabamos en agosto en los Charcos de Quesa y Sinarcas, durante tres días, siete horas cada uno de ellos.

¿Cómo fue el trabajo con Bezeta?

Cuando hacía rap grababa en mi casa, tenía un home studio, con mi micro, mi tarjeta de sonido, mis cascos y mis altavoces, pero no tenía a nadie que me marcara pautas. Yo grababa la canción y luego me la mezclaban. Ahora he notado muchísimo el cambio. Además de en todo lo referente a la calidad del sonido, que es increíble y ha mejorado muchísimo, en trabajar con alguien que te va diciendo lo que no ha quedado bien, que te sugiere cambios…, Bezeta me ha ayudado mucho. En los coros, por ejemplo, yo tenía claro que tenían que haber al margen de la voz principal, pero él me iba diciendo que probara otros, que metiera una segunda voz, al final los hice un poco como él me dijo. La verdad es que hizo labor de producción.

¿Qué música escuchas, te interesa, te influye?

Últimamente estoy oyendo mucha música argentina, Zoe Gotusso, Daniela Spalla, Feli Colina, Él Mató a un Policía Motorizado…En rap, mi preferido de siempre es Dano, el mejor rapero de España aunque es argentino pero es de la escena de Madrid, sus letras me inspiran muchísimo, y también Ébano. Estos dos últimos años el grupo que más he escuchado es Depresión Sonora. Hace unos meses descubrí a una cantante que se llama Maye y me identifico mucho con su sonido. Luego, también, me encanta Alizzz desde siempre como productor y ahora también como cantante. Más nombres: Silvana Estrada, Carla Morrison, Gabriela Richardson …

¿Qué proyectos de futuro tienes?

No tengo nada supederfinido, quiero que repose este trabajo y aún es pronto para hacer conciertos. Voy teniendo ideas y mi intención es seguir haciendo canciones.