Para un grupo presentar un disco nuevo en su ciudad siempre tiene algo de especial. Aunque sea el primer lugar en el que esas canciones habrán encontrado oyentes. No importa que sus miembros ya no sean precisamente unos adolescentes. La responsabilidad y los nervios no se toman vacaciones. Los Radiadores tienen como costumbre «mantener cierta concentración» cuando se suben al escenario. Lo confiesa Raúl Tamarit, voz y guitarra de la formación, que este sábado (en el 16 Toneladas y junto a Punka!) vestirán de largo su «Gasolina, santos y calaveras» (Bonavena Música, 2015). Pero ellos no han venido aquí para hablar de su disco, sino de música, de la vida y otras cosas.
Sergio Domingo (bajo), José Antonio Nova «El Joven» (guitarra) y Vicente Vila «Metralla» (batería) son el resto de componentes. Dos veces por semana detienen su vida y acuden al local de ensayo, una cita cuya importancia no es exclusivamente musical. «Por un lado, no disponemos de un brillante talento de ejecución, y hay que ir a currárselo. Y por otro, va más allá de de una cuestión musical. Quedamos un rato, nos vemos, nos pegamos unas risas, desconectamos de la rutina. Hay quienes quedan todas las semanas para ver el fútbol, ¿no? Pues mientras, nosotros, estamos en el local haciendo lo que nos gusta», explica Tamarit, interlocutor mayoritario en la charla.
Tener un grupo a determinada edad puede responder a un montón de necesidades. En el caso de Los Radiadores se antojan unas cuantas: Una forma de luchar contra el paso del tiempo, un deseo de seguir mirando de cara a la vitalidad de sentirse jóvenes, una manera de vivir, una de practicar deporte, un hobby,… «En general es una forma de sentirte vivo, de hacer algo que te gusta y pasarlo bien. Además de sentirte realizado. Oye, y deporte se hace, ya lo creo, nos pegamos unas sudadas importantes. Jóvenes creo que no nos hace sentirnos, seguimos teniendo espejos en nuestras casas».
Los Radiadores hacen rock and roll. Con arrogancia, melodías, actitud, devaneos hacia el blues pantanoso o el decálogo del pub-rock y guiñando el ojo, con orgullo, a los padres del rock urbano. Subyace una intención punk, aunque sin crestas ni imperdibles. «Nosotros entendemos el punk tal y como se concibió, no como un estilo concreto de música que es en lo que ha degenerado, además algo reaccionario. El punk era abierto, transgresor, donde cabían desde Ramones a Televisión, pasando por Suicide o Blondie, a priori poco que ver entre ellos. Pero con cierta actitud e inmediatez. Y es así es como lo vemos a día de hoy, hacer lo que nos dé la gana en cada momento, rompiendo patrones y siguiendo la máxima del “Do it yourself”.
Su música debe mucho a la colección de discos de los cuatro. «Creo que todo. Todo lo que sabemos y hemos escuchado está en esos discos. Son parte de nuestro ADN, sin ellos no seríamos lo que somos». Y puede que esa sea la razón de que al seguidor experimentado le golpee la nostalgia cada vez que suena una de sus canciones. ¿Ocurre lo mismo al otro lado? «No es una cuestión de nostalgia, es más bien background, es lo que llevamos dentro y cuando te pones con el instrumento es lo que sale. Si cuando escuchas a Los Radiadores y te retrotraes a esos años en los que todo te impactaba más, y estabas más receptivo, es que todavía oyes cosas que hacen que algo se te mueva dentro. Y de eso se trata, de que alguien se identifique, por una razón u otra».
Lagartija Nick, Enemigos, Surfin’ Bichos o 901 son algunas de las bandas que se suelen mencionar a la hora de hablar de Los Radiadores. Una guía express del malditismo rocanrolero nacional. ¿Puede acabar siendo peligrosa esa asociación? «Es que es con lo que nos identificamos. Estamos más cercanos a esos grupos que nombras que a grandes triunfadores como Amaral o Fito y Los Fitipaldis que, francamente, creo que no tienen que ver demasiado con nosotros. Tienen un poso que nos atrae más».
El presente del grupo no despierta ninguna duda y su nuevo álbum es el mejor de los ejemplos. Pero, ¿cómo eran Los Radiadores hace 20 años antes de ser Los Radiadores? Viajar al pasado es barato, sobre toco cuando no se tiene presupuesto. Así, que cierran los ojos y se encuentran con sus yos más imberbes. «Hace 20 años estaba ocupado criando a mis hijos y en otros menesteres«, apunta El Joven. Metralla es breve y fiel a su militancia y recuerda que estaba «con Los Nerviosos». Sergio también liga el pasado a cuestiones musicales: «Echando horas en la cafetería del instituto y, entre otras cosas, compartiendo cassettes con grabaciones de las novedades del momento. Aún recuerdo cuando me pasaron el homónimo de The Cult, aquel de la cabra que editaron en 1994… y con sus títulos rotulados a mano, como debe ser». Y Tamarit no es menos e, incluso, descubre sus cualidades como vidente. «Me veo saliendo a los primeros conciertos de los grupos que me gustaban, descubriendo música y pensado que igual algún día podría tener una banda de rock».
Pensar en el futuro es tentador y tan fácil como cambiar un par de palabras a la pregunta anterior. Vuelven a sacar billete y esta vez salen disparadados al 2030, dentro de 15 años. «Lo veo todo muy borroso, demasiado…», confiesa Sergio. Metralla, es más conciso que antes y se visiona «tocando jazz». Raúl apuesta por «verse en una mecedora disfrutando de la brisa y preparando un disco blues rural. Pero en cualquier caso, como diría el maestro Yoda: Siempre en movimiento está el futuro». El Joven abraza la fe hedonista con todas sus fuerzas: «Dentro de 15 años, a ser posible dedicado a una vida contemplativa, leyendo tebeos y rascando la barriga de mi guitarra por placer».
La mente es lo que tiene, que una vez la pones a funcionar cuesta frenarla en seco. Y puestos, ¿para qué hacerlo a pequeña escala? Les pido que imaginen un biopic sobre Los Radiadores. ¿Qué actores os gustaría que os interpretaran, qué director dirigiera la película y qué grupo se encargara de grabar vuestras canciones?
Sergio.- Por pedir, preferiría un documental. En ambos casos, Julien Temple de director. No tengo preferencias para el actor, así que lo dejaría a elección del bueno de Julien. Y para la banda sonora, me gustaría que utilizasen los temas originales. No quiero escuchar destrozos como en algunas películas de estas que no consiguieron los derechos del material oficial.
El Joven.- La peli que la hagan de animación y así no hay que elegir actores. Que se ocupe Dreamworks si eso. Para la banda sonora ya hay (y habrá, espero) suficientes discos de Los Radiadores.
Raúl.- Molaría algo así como una tv movie para ver en la sobremesa de un sábado en Antena 3 o Telecinco. Y que ponga “basado en hechos reales”, con actores de segunda, mal caracterizados, nada conocidos, o conocidos en ese tipo de películas para televisión. Y la música interpretada por un grupo de moda para adolescentes.
Metralla.- Con Brad Pitt, dirigiendo Tim Burton y la música de Los Radiadores.
Los Radiadores tienen una cita con la ciudad en la que viven, Valencia, que Tamarit reconoce que «de alguna manera está presente en nuestra música. No puedes huir de lo que te rodea, forma parte de ti, a nivel cultural, y a nivel político, que hay mucho que rascar. El clima hace mucho también, por el cual cada vez estamos más relajados». Vayan a verles en directo y verán que poco dura el relax.