Recordar, descubrir, reivindicar y poner en valor la labor que han llevado a término mujeres en el ámbito musical. Monty Peiró explicaba así el adn de su sección Pioneres, del programa Territori Sonor de À Punt, en una de sus entregas. Una iniciativa que acaba de arrancar su cuarta temporada y que debería crecer mucho más allá de su hábitat radiofónico.

Pioneres tiene mucho de musical, pero también de etnológico, histórico, antropológico o sociológico. El trabajo llevado a cabo por Peiró está permitiendo una catalogación, un archivo, una suerte de inventario de la presencia de la mujer en la música valenciana de gran valor, una propuesta fundamental y necesaria, una obra de consulta, que además de hacer justicia saca a la luz un buen número de referentes para las generaciones venideras.

Por todo ello, no debería quedarse en la emisión quincenal actual. Las instituciones y la administración tendrían que implicarse en un proyecto mayor, una plataforma donde poder localizar todos los programas fácilmente (en este artículo encontrarás enlaces a cada uno de ellos), pero que al mismo tiempo ampliara sus contenidos con fichas de las protagonistas donde se recogieran los testimonios emitidos, discos digitalizados para su escucha, fotografías, vídeos, estudios paralelos, agenda de noticias y conciertos, hemeroteca, publicaciones, documentales… Ya tienen la persona indicada para hacerlo, solo hace falta dinero, la pelota está en su tejado, sería una lástima desaprovechar la oportunidad.

Hacer visibles a las invisibles, adelantó Monty Peiró en el primer Pioneres, en el que contó con la participación de Vera (Mafalda), Caterina Villarejo (Incertidumbre) y Vanessa Giner (Carraixet). A partir de aquel día han sido numerosos los testimonios recogidos, las historias contadas, las canciones escuchadas. De distintas épocas, de diferentes estilos. Creando una suerte de big band imaginaria en el que Eva Dénia, Paloma Borbone, Matilde Salvador, Lolita Garrido, Gatas Negras, Ana María González de Tarántula, Peika Bes o Pili Perkins han ido compartiendo escenario, sin ninguna estridencia.

Por Pioneres ha pasado el funk metal de Ana Agustí (Loop), el folk de Carraixet o el rap de finales de los noventa de CQD. Se ha viajado a los años sesenta (con Elvira Ponce y Los Caliope, el primer grupo valenciano en grabar un disco; las alicantinas Tina y Tesa; Rosita Amores; Adriángela que publicó 9 discos pequeños en un año, la fugaz Marichela que solo estuvo un año en activo o Dova), a los setenta (con la cantautora Ana Mª Drack; Amparo Cubells del grupo de la Malva-rosa Ethel y los Drakers; Merxe Banyuls de Els Pavesos, los ilicitanos Cadafal o Araceli Banyuls de la Nova Canço) o a los ochenta (en la primera entrega de esta nueva temporada sonaron Mamen García y sus Patxinger Z, Montse Azorín y Segunda Sección, Puri con el combo punk Peligro Inminente, unos hermanos de Gandía que respondían al nombre de Los Chicos de la Bahía, Betty Troupe o Vídeo), pero también a los inicios del siglo XX con Lucrecia Bori, la mezzosprano Cora Raga o la cantante de zarzuelas Selica Pérez Carpio, además de tres compositoras clásicas como Mª Teresa Oller, Consuelo Colomer y la mencionada Matilde Salvador.

Cada entrega cuenta con un trabajo de investigación y documentación muy completo de la propia Peiró. Lo que permite que conozcamos mejor no solo a cada protagonista, sino la época concreta que vivieron. Así, en una entrega dedicada, a las pioneras del punk, Clara y Rakel de Tracy Turbo recordaban la València que les tocó vivir a finales de los 80 y principios de los 90 como «peligrosa, muy loca, salvaje, divertida, muy inconsciente y muy libre». O cuando Carmen Cercós (Skaparàpid, La Peluquera) rememoró su experiencia en los 90 en una «València con mucha cultura. Había fanzines, conciertos, mucha autogestión, vivimos la mejor época que ha tenido el ska hasta hoy».

Testimonios que no caen en la nostalgia facilona, ni tampoco en otorgarse más protagonismo del que pudieran tener. Si hay un rasgo común a las mujeres que han desfilado por los micrófonos de À Punt es la humildad con que recordaban sus pasados musicales, a veces incluso en exceso. Maria del Carme Girau (que formó parte de Els Setze Jutges) definió su carrera como «un trotecillo ligero» en un programa que contó con colaboraciones de lujo como las de Lluis Miquel Campos, Paco Muñoz, Maribel Crespo o Vicent Torrent, sin duda un fragmento a guardar de nuestra historia musical.

A lo largo de las entrevistas, también, se puede testar el machismo, el desprecio, los prejuicios y desigualdades a los que se tuvieron que enfrentar por ser mujeres y subirse a un escenario, situaciones que en algunos casos aún perduran. Pat Escoin (Los Romeos, Lula, Los Amantes, Exfan) reconoce que había pocas mujeres cuando ella empezó y que el trato «no era el que me gustaba ni a mí ni a todas las mujeres que estábamos ahí, como si solo fuéramos una cosa sexy, aún sigue, pero a finales de los ochenta era una cosa de pena». En una mesa redonda de baterías, Priscila Serra (Kudu, Sweet Little Sisters), recordó que más de una vez escuchó aquello de «qué bien tocas para ser una mujer».

Otros nombres propios que han pasado por Pioneres son, por ejemplo, los de la tristemente desaparecida Celia Mur (recordada por Neus Ferri o Sara Canciller), Amparo Durbán (batería de Primer Aviso, el primer grupo formado por mujeres en València, de «vida corta, pero intensa», que debutó en Planta Baja en 1983, y después guitarra y voz de Nana), Flora Illueca (desvelando el origen country de Betty Troupe al reconvertirse la banda Belladona y recordando cuando Luis Cobos se encargó de añadir arreglos de orquesta en uno de sus temas por iniciativa de Nacho Cano), Isabel Julve (que debutó a los 9 años en el Teatre Micalet cobrando 1.500 ptas y para la que «el flamenco es una necesidad de expresión») o la alicantina Mireia Porto (Rosy Finch, Milton con los que quedaron segundos en el Villa de Bilbao, que a los 8 años tuvo su primera guitarra española y a los 11 la eléctrica).

Pioneras fueron también Estel y Karla en la escena punk-reggae-ska con Arròs Caldós y, después, con Candela Roots; Maggie Lorene Seidler (Manía) al introducir la tecnología en la València musical de los ochenta a través del ordenador y la caja de ritmos; o la violinista Marta Margaix que «cansada del conservatorio» ha puesto su instrumento al servicio del punk-folk de XFanekaes, del flamenco de Vi Blau o de Mireia Vives i Borja Penalba.

Contar con Monty Peiró, música y cantante también, al frente de Pioneres, regaló a los oyentes un bonus track en una de las entregas de su primera temporada. Mónica Merino y Raquel Soria hablaron de su estancia en Tramperos (con alguna hilarante anécdota protagonizada por Paco Luna) y esta última (que también estuvo en Freak Tango) acompañada de Monty cerraron aquella emisión con una emotiva versión de Luz Casal en directo.

La lista de mujeres que han participado en el programa cubre, como decíamos antes, todo tipo de estilos musicales. Del rock siniestro y gótico de Morticia y los Decrépitos con María García («Yo quería ser Nina Hagen de mayor») al jazz de Cristina Blasco (que empezó cantando rock), pasando por el pop de guitarras de Los Garfios con la actriz Cristina Perales de frontwoman, el folk de raíces valencianas de Maribel Crespo (Al Tall, Terminal Sur, Sis Veus, que desveló que su padre fue batería de Antonio Machín, con el que ella paseó alguna vez) o el rock and roll de So What! o Madnoise donde cantó María Padilla (que contaba, divertida, cómo se marchó a Estados Unidos a hacer carrera musical y tener una vida de película y acabó ordeñando cabras y a su vuelta, viendo en Burriana a The Joke, encontró su destino musical sin necesidad de cruzar un océano).

Pero no se vayan todavía que aún hay más. Un programa dedicado a las bajistas, dos a las voces extremas (aquí y aquí, arrancando la dupla con Laura Marco, de Wallride), tres a las mujeres del metal (aquí, aquí y aquí, con parada en Juani Lorite, de Juicio de Dios, la primera mujer valenciana en cantar heavy, y en Susana Perales y su programa de radio Onda Salvaje y el festival Femme Rock que organizó), otro a las activistas culturales Hits with Tits hablando tan claro como siempre hacen, uno más al mapa virtual de creadoras de la historia de la música de Sakira Ventura u otro a las trabajadoras de la música como la técnica de luces Kris Ska, la gestora y road manager Sandra Grácia o la periodista Marta Moreira acuñando esta el desternillante término «arturofernandecismo» para algunos de los entrevistados con los que se ha tenido que encontrar a lo largo de su carrera.

Monty Peiró ha practicado la arqueología musical y ha rebuscado en los baúles sonoros para, en dos entregas (aquí y aquí), compartir sus hallazgos: Olaya Alcázar cantando punk y metal progresivo, May Ibáñez de Badlands dándole al rock alternativo, Neus Ferri y su paso por el heavy metal sinfónico o las hermanas Giner de Carraixet en una etapa rockera versioneando en valenciano ¡a Scorpions!, entre otras joyitas. También, dedicó sendos programas (aquí y aquí) a mujeres de otros países que han desarrollado su carrera, o parte, en tierras valencianas, como la senegalesa Jady Seck, la lituana Viktorija Pilatovic, la serbia Vanja Obscure, la argentina Popen, la venezolana Sol González, la sudafricana Ndumi Black Ninja o la brasileña Thais Morell, hasta un total de catorce. Y unas Navidades, preguntó a algunas de su rockeras favoritas (Anita Lewis, Lory Roxx, Mireia Porto y  Neus Ferri) por sus rockeras favoritas.

De todos los programas emitidos hasta la fecha hay dos que merecen ser destacados especialmente. Uno de ellos es el protagonizado por Reme Baldoví, por lo que tiene de reivindicación de unas mujeres todavía más invisibles en el mundo de la música, las de las orquestas. «Cantar en una orquesta es el primer paso para ser cantante, se canta lo que haga falta, eso sí, sin olvidar la formación» afirmaba Baldoví al tiempo que explicaba que ella había actuado con 40 grados de fiebre o encima de un remolque de un tractor para cabras.

El otro estaba dedicado a Alma Jazz, mujer trans que tocó blues en la València de los noventa, compartió escenario, entre otros muchos, con Julio Galcerá y giró con Raimundo Amador y Kiko Veneno. Como bien apuntaba Peiró fue pionera triple, por tocar blues, por ser mujer guitarista y por su condición trans. Fallecida en 2010, fue recordada en el programa por Rafa García (que contó cómo se colaba en los ensayos del grupo Comercial Blasco en los ochenta), Cristina Blasco, Alberto Heras, Nacho Tamarit, la rapera trans Malayerba o su compañera África que le definió como «un terremoto de emociones, tocaba como sentía». Una historia que no podía caer en el olvido, no podemos permitirnos ese lujo. Ni esta ni todas las que ya nos han contado (y nos contarán) en Pioneres. Dadle al play y escuchadlas.