Un méxico-americano y cuatro suecos. Podría parecer la versión moderna de uno de aquellos chistes que se pusieron de moda hace muchos años. Pero no, el asunto aún siendo divertido es cosa seria. A un lado, Luis Arriaga (frontman incombustible de Luis & the Wildfires) y al otro, Mike Barbwire, Per Thorsell, Jugglo y Vigilante. A los cinco les unía la pasión por el rock primigenio, el proto-garage y el surf espasmódico. Pero no fue un encuentro casual, sino todo lo contrario. «Luis y yo (habla Mike Barbwire) nos conocimos a través de nuestro sello en Los Ángeles, Wild Records. Yo grababa con The Barbwires y él con su grupo. Yo era muy fan de su primer disco. De hecho, era la principal razón por la que quería estar en Wild Records. Luis, por su parte, era muy fan de Hi-Winders, una banda sueca adicta al rock and roll de los años cincuenta, en la que Per, Jugglo y yo tocábamos. Convencí a un amigo promotor para que cerrara un concierto nuestro, como una especie de crossover de ambas bandas. Preparamos un set-list y enseguida nos dimos cuenta de que nos hacía falta otra guitarra. Llamé a mi amigo Vigilante, de The Hives, al que sabía que le gustaba mucho este sonido y así nació The Dragtones«.
No son una banda al uso por razones evidentes. El Oceáno Atlántico les separa. Una distancia geográfica que acaba teniendo una doble lectura. «Vivir tan lejos tiene sus cosas buenas y malas», explica Barbwire, «si estuviéramos más cerca nos veríamos más, tocaríamos, hablaríamos, pero probablemente sería menos interesante como banda. Pero por otro lado, al estar tan lejos, tenemos que buscar la manera de poder trabajar juntos, escribir canciones, ensayar y es mucho más complicado de lo que la gente puede pensar».
Tienen un par de canciones en castellano («Ding Dong!», «Scream / Gritar») y el sello malacitano Sleazy Records les ha publicado dos singles. No descartan en un futuro un álbum entero cantado en esta lengua. «Estoy seguro de que mezclaremos más los idiomas. Tocamos, también, en países de habla no hispana, así que seguiremos haciendo canciones en inglés. Pero tenemos un montón de fans y muchas peticiones para ir a tocar a Sudamérica y Centroamérica. Así que un disco entero en castellano tendría sentido, yo lo veo posible».
Un disco grande y tres sencillos es, por ahora, el fruto de esa unión. El eje que los vertebra son aquellos primeros sonidos que se llamaron rock and roll. Con la misma adicción con que la juventud de entonces enloquecía, ellos suben al escenario. «Es una pasión desmedida. Nos agita y sacude el infierno fuera de nosotros. Intentamos captar aquella sensación del rock and roll de los años 50 y compartir con aquellos grupos su ADN». The Dragtones es para todos sus miembros como un antídoto contra el aburrimiento y el estancamiento. La combinación de todos sus miembros, con el background personal de cada uno, se traduce en «un sonido que antes no había escuchado en ninguna otra banda. Sobre todo en directo. Hay que vernos encima de un escenario para entendernos bien«.