Si ya tiene mérito editar un buen disco, facturar dos en un mismo año es algo reservado para unos elegidos. Pau Miquel Soler es uno de ellos. En verano nos sorprendía con “L’amor o la guerra”, un álbum en el que musicaba y redimensionaba a Vicent Andrés Estellés. Además, antes de que el 2013 echara el cierre, con Arthur Caravan, su grupo, daba a luz “Wegener”, un disco grabado con Hugo Más, en el que la distorsión y la electricidad acababan impregnando todas las canciones como si en lugar de micrófonos hubieran utilizado pararrayos, en un día de fuerte lluvia, a la hora de registrarlo.
Después de un 2013 tan pródigo y con dos discos tan buenos, ¿cómo se prevé este 2014?
Pau Miquel- Ideas no nos faltan. Pero todavía no hay concreción. Personalmente estoy barajando dos o tres opciones para hacer algo más en solitario o con otra gente. Y con Arthur Caravan, tranquilamente, ir creando nuevo repertorio, con el tiempo de gestación que sea necesario por muy largo que sea.
¿Cómo surge un disco tan arriesgado como «Wegener»?
Sale de una propuesta de Hugo. Nos propuso que fuésemos su banda para el repertorio que en parte estaba preparando. Luego la experiencia se hizo mas colaborativa. Había una premisa básica, que el material no sonase demasiado a lo que hacíamos cada uno de nosotros en nuestros trabajos por separado. Eso suponía de entrada no encorsetarse demasiado y explorar ciertos límites. Es curioso por que Hugo se ha acercado mas a un lenguaje pop, mientras nosotros nos alejábamos de él yendo más hacia la abstracción y el ruidismo.
¿Contentos con el resultado? ¿Crees que público y medios ha valorado el disco en su medida?
Estamos contentos con la propuesta y con el repertorio. Quiero decir a un nivel amplio, que incluye disco y conciertos. Por mi parte soy demasiado crítico con las grabaciones y a veces, simplemente, debo aceptar que un disco siempre tiene limitaciones técnicas y artísticas, que es un documento que forma parte de un proceso más amplio. En general, la propuesta tiene un alto nivel de energía y riesgo que no es fácil de captar en una grabación. Son cosas que se notan mas en un concierto. Lo digo porque soy consciente de que no es un disco que entre fácilmente al oyente. Es un disco que intimida, y no sé si por ello, se disfruta mejor desde la intimidad. El concierto en cambio es mucho mas invasivo, te sobrecoge y no te deja escapar. El disco se ha valorado bien, pero entiendo que no guste a todos, o que pueda parecer pretencioso. También es normal que de este tipo de trabajos no se alardee tan fácilmente.
¿En qué medida participó Hugo Mas en el mismo?
Con su permiso y el de mis compañeros, Hugo es casi el 75% del trabajo. De él son las letras, el concepto y casi todas las canciones. De nosotros el sonido, los arreglos y la dirección musical.
Además, tú, Pau, con tu nombre, editaste un disco magnífico con Vicent Andrés Estellés como eje de las letras. ¿Cómo surgió?
Fue una especie de encargo. La propuesta me llego hace casi cuatro años. Ha llovido mucho desde entonces.
Personalmente creo que es el mejor acercamiento musical que ha habido a la obra de Estellés, porque no sólo te has limitado a poner música a unas obras suyas, sino que instrumentalmente has llegado muy lejos, dotando del armazón suficiente a los temas para que fueran canciones propias y no poemas musicados. ¿Fue un trabajo difícil? ¿Te imponía la obra de Estellés?
¿Tu crees? De Estellés se han hecho muy buenas canciones. Sobretodo si nos remetimos a los clásicos: Ovidi Montllor, Al Tall o Remigi Palmero. Creo que sin la inspiración que me dan estos artistas hubiese sido difícil hacer un disco como este. Curiosamente no me imponía tanto los versos como el modelo musical que quería seguir. Quiero decir que para mí era importante sacar ángulos musicales que tuviesen personalidad propia partiendo de estos referentes, pero sin copiarlos.
Destaca, también, cómo has integrado instrumentos tradicionales en un entorno de producción musical actual. ¿Fue intencionado?
Fue intencionado huir de la electricidad y trabajar mas como arreglista/productor que como músico. Al trabajar en el estudio con Cato que es un excelente músico de folk que domina una gran cantidad de instrumentos de viento y conoce gente de este mundo, estaba claro por donde iban a ir los tiros.
¿Qué criterio seguiste para elegir las obras de Estellés que aparecen en el disco?
Todas parten de «Mural del País Valencià». La base es que hablaran ciudades representativas de la cultura y identidad valencianas. Aún así me fije mucho por la musicalidad de los poemas. El sentido y la unidad del disco vinieron luego, a posteriori, al ordenar las piezas del puzzle. Por eso «L’amor y la Guerra», por como se entremezclan el erotismo y la lucha política entre sí para estallar en un mismo objetivo: La libertad.
¿Cómo ves la Valencia musical?
La veo bien, pero la veo de lejos porque hace tiempo que no vivo aquí. Con «Bien» me refiero a nivel de grupos, sellos, propuestas, estudios, no sólo de música en valenciano… A nivel de conciertos y oportunidades para tanta variedad creo que la cosa esta bastante peor. De todas maneras soy de los que mide el nivel cultural por el substrato básico y el tipo de relaciones que hay entre músicos, medios independientes, pequeñas salas, etc… De las instituciones y el gran público no espero nada. Al final y al cabo creo que todo esto lo hacemos por disfrutar nosotros mismos.