Roberto Martín y Laura Soriano, Uke, fueron valientes cuando en su anterior disco, «Yo era cigarro», se desprendieron de los loops, los instrumentos de juguete y de cualquier aditamento, en definitiva, que revestía sus canciones. Desnudarlas significó reinventar su sonido. Sin aquel importante paso, seguramente su nuevo ep, «El tiempo de los asesinos», no sería igual. Cuatro canciones en las que las manos de los colaboradores se integran con tal precisión que cuesta creer que no grabaran todos juntos. Entre la frugalidad y la fragilidad, con la belleza de un trombón o la letanía de un fraseo que se evapora en las últimas sílabas. Porque ser elegante no es llevar trajes caros.
¿Por qué un ep de 4 temas después de un lp?
Estuvimos viendo distintas posibilidades; un nuevo Lp, un 10″ o el 7″…tenemos canciones suficientes para cualquiera de estos formatos (en el concierto del sábado adelantaremos alguna de las nuevas), pero finalmente nos decantamos por el 7″, es el formato que más nos gusta y que nos permite tener una producción más rápida y continuada.
¿Hay que entenderlo como una transición hacia otro disco grande (como ya pasó entre «s/t» y «Yo era cigarro» entre los que grabsstéis 3 ep’s) o es vuestro formato definitivo?
Como comentaba antes es nuestro formato predilecto, además de ser el más bonito de todos (en mi opinión), te permite grabar y sacar canciones de una manera bastante rápida. En verano nos meteremos en el estudio para registrar un nuevo ep para 2017.
Entre vuestro anterior disco y «El tiempo de los asesinos» han transcurrido 3 años. ¿Una simple cuestión económica o hay otros factores que han influido?
Bueno, las cosas cuando las haces ya no de forma independiente, sino de manera underground y DIY van mas lentas de lo que te gustaría, pero es así. Además hubo un componente económico, basicamente tenemos que vender el disco anterior para editar el nuevo y estuvimos, además, enfrascados en el lanzamiento de Sebastian Melmoth. Somos un grupo que lleva y necesita sus tiempos.
En una entrevista anterior decíais que comprábais más libros que discos y precisamente este ep por su diseño, por el título, la galleta, … podría estar más cerca de un libro que de un disco. ¿Fue premeditado o resultado del trabajo de Pedro Vázquez?
Siempre que Pedro Vázquez nos hace el artwork es una sorpresa y esta vez estuvo dándole vueltas a todo nuestro universo hasta que nos presentó esta propuesta de portada que se asemejaba a un libro antiguo. Es una idea de la que estamos encantados y que se amolda perfectamente a nuestra forma de ver la música.
En otra entrevista os preguntábamos quien os gustaría que colaborara en un disco vuestro y mencionasteis a Monk Parker. Él (junto a otros músicos, incluida Lily Wolf) lo hacen en «T.S. Eliot tenía razón». ¿Cómo surgió la posibilidad?
Estuve dirigiendo el Club Barbarella de Madrid durante 8 años, así que pude organizar conciertos de un montón de grupos de los que soy fan. Uno de estos grupos era The Low Lows, el grupo de Monk Parker después de Parker & Lily. De ahí nació una amistad que hemos ido cuidando estos años hasta que surgió la idea de las colaboraciones y no dudamos en pedírselo. Una vez que estaba desarrollando la canción, llamó a Lily que vive actualmente en Nueva York, y era la primera vez que hacían algo juntos desde la disolución de Parker & Lily.
Cada canción, excepto la instrumental que abre el disco, cuenta con colaboraciones y producción ajena. ¿Cómo fue el proceso? ¿Dabais alguna indicación?
La premisa principal era libertad absoluta. Sí hubo alguna indicación técnica como duración y otros detalles y por este motivo una colaboración quedó fuera, aunque no descartamos recuperarla en el futuro. Así que cuando nos mandaban las canciones terminadas era una extraña sensación entre emoción y miedo, pero al final estábamos encantados de como quedaban ya que era como si todos hicieran arreglos para nosotros, como si fueran parte del grupo. Estamos muy agradecidos a su esfuerzo y dedicación.
En «Azar objetivo» colaboran miembros de Lambchop. Cuesta creer que con tales invitados, el disco y el grupo no tenga más repercusión. ¿A qué creéis que es debido?
(Risas) ¡Nosotros nos hacemos esa pregunta todos los días! Sinceramente, y con seguridad, te puedo decir que nosotros no vamos a fiestas, no llamamos a puertas y no le reímos las gracias a cierto tipo de gente, por eso no tenemos esa repercusión. Es curioso que cuando tuve el club sí que aparecíamos más en prensa y nos llamaban para tocar bastante. En aquella época mi móvil echaba fuego los viernes por la noche para conseguir entrar gratis o una copa. También te puedo decir que había muchos periodistas con el codo en la barra, y gente alrededor calentándome la oreja, hasta que aquello se acabó. Llevo muchos años dedicándome a esto, sé como funciona y ya estoy mayor para eso. Nos consideramos músicos, hacemos canciones y discos sin concesiones, y si no te interesa lo que hacemos nos da igual pero lo que no vamos a hacer es entrar en cierto tipo de juegos.
En «San Juan» es Yanara Espinoza (Papaya o Violeta Vil, estos últimos también los nombrabáis en aquella entrevista en la que os preguntábamos por colaboradores en discos vuestros) quien colabora. ¿Cómo os decantasteis por alguien cuyos proyectos musicales son tan dispares y en principio alejados del universo Uke?
A Yanara la conocíamos más por Violeta Vil que por Papaya (practicamente no existía Papaya cuando la conocimos), los dos nos gustan mucho y esa versatilidad que la lleva por todo el espectro de estilos musicales nos decía que era la persona indicada. Como comentaba antes, ella se acopló a la canción como si fuera un miembro más del grupo.
En «El tiempo de los asesinos» abandonáis parte de vuestro minimalismo sonoro, ese menos es más, seguramente por «culpa» de los colaboradores. Sin embargo, es curioso porque en directo se acentúa más esa desnudez. ¿Es intencionado? ¿Hacia donde creéis que os puede dirigir esa desnudez, a un disco instrumental o con letras mínimas?
El directo lo vamos a hacer siempre igual. Somos dos personas, dos voces y dos instrumentos… es lo que hay. Nos gusta nuestro directo; árido, ascético, austero y sin concesiones, sabemos que es muy complicado y difícil, pero a nosotros nos gusta esa dificultad. A pesar de que en disco tengamos más matices y detalles las canciones son así, desnudas. Los próximos discos serán muy parecidos a este último, buscaremos la complicidad y sorpresa en los colaboradores pero las canciones tendrán nuestro sello y estilo.
¿Qué importancia tiene Arturo Vaquero en Uke? ¿Es el tercer miembro en la sombra?
¡Podría ser! Conocemos a Arturo desde hace muchos años, cuando era Humanoid, y siempre acudimos a él para que nos pula el sonido. Él es uno de los mejores técnicos que conozco y a nosotros personalmente nos tiene bien estudiados para darnos el toque final.