Le Garçon Rêvé. Foto: Miguel Ángel Mengó Lloret.

Give Your Soul A Chance es el título del tercer disco de Le Garçon Rêvé. John Martínez (Voz y letras) y Diego Summo (Guitarra eléctrica, acústica, bajo, sintetizadores, teclados, loops & voz) entregan el que es, para ellos, «un disco diurno que deja atrás la árida sobriedad nocturna de su trabajo anterior, Eat Your Make Up, y en el que permanecen la elegancia y la abrasividad». El álbum fue coproducido por el grupo junto a Abra en los estudios Pares O Nones Records de Mislata, donde se realizó la grabación, las mezclas y el máster. En Verlanga estrenamos, en su día, una de las canciones del mismo, «The Love Seat». Ahora, John y Diego vuelven, para comentarnos, uno a uno, todos los cortes del disco:

1- Turia River Killed The Radio Star

John: Un tema instrumental con sonidos electrónicos vanguardistas y bailables que da el tono al disco. Le Garçon Rêvé deja entrar la luz. El hors d’oeuvre antes de entrar de pleno en el disco.

Diego: Esta fue la última canción que compuse para el disco, y acabó siendo la que lo abre. Hacía tiempo que venía con intenciones de incluir un instrumental. Ocurre que venía trabajando junto a Xavi Laserdisc como col-lectiu penja´m desde 2016, realizando espacios sonoros para piezas de danza / teatro, así que me pareció oportuno trabajar y profundizar esa interacción entre ambos. Fui una tarde a su casa en Benimaclet y grabé unas guitarras sobre un loop de batería, y después Xavi añadió el monotron y un microbrute, creo recordar. Luego, volví a retomar la canción en casa, y utilicé sus pistas, pero cambié todo lo demás. Recompuse el tema con los teclados, los sintes y coloqué guitarras más agresivas en la intro. El título viene, obvio, de la canción de The Buggles donde se expone el cambio de lo antiguo a lo moderno de una «segunda sinfonía » interpretada por máquinas. Justamente con este disco buscaba un cambio en cuanto al sonido con relación a nuestros dos trabajos anteriores, un sonido más moderno en el estricto sentido del término. Entonces la canción se convirtió en una especie de declaración de intenciones. Lo de “Turia River” intenta hacer referencia a la ciudad en donde residimos, así como Lou Reed hace referencia al río Hudson en algunos de sus temas.

2- The Boy With The Victorian Gun

John: Hablaron de nuestra esencia de pop british clásico con este tercer disco. Y esta canción es, tal vez, la más britpop de todo el disco, y lo digo sobre todo por la melodía del estribillo, muy pegadiza y la mejor opción como primer single. El video que nos hizo nuestro habitual colaborador en temas audiovisuales, el cineasta Miguel Ángel Mengó Lloret, es de mis favoritos. Las alturas de un edificio del barrio valenciano de Tres Forques resultan ser un buen decorado a la canción. Frase clave: «The past is a foreign country».

Diego: Recuerdo estar en casa con la guitarra acústica, en el sofá, como tantas veces, cuando se me representó la estructura de la canción. Lo grabé con la guitarra eléctrica con distorsión en el ordenador, por no conectar micro para hacerlo con la acústica y recordar el riff, pero no le presté demasiada importancia. Luego lo retomé, y agregué una base electrónica pero, cuando me puse con los arreglos y surgió la melodía de teclado, fue cuando sentí realmente que tenía potencial. Cuando fuimos al estudio, y John arranco a grabar la voz, decidimos de manera automática que iba a ser el primer corte del disco.

3- Darling

John: Muchas bases electrónicas en este disco que me impidieron dejar, un poco de lado, mi voz de crooner ¡y reinventarme! La letra va un poco sobre la atracción hacia la misantropía que uno puede sentir cuanto más pasan los años y cómo seguir persiguiendo su rincón de luz. O como bien dice Kipling: «Siempre me he inclinado a pensar bien de todo el mundo: evita muchos problemas».

Diego: Arranqué con una base de samplers y sonidos eléctronicos. Mi objetivo en ese momento era dejar de componer con guitarra. Así llegó la canción al estudio. Luego, tras volver de un viaje a Marruecos, pensé que podía darle un ambiente más denso utilizando algún instrumento tradicional de aquella zona. Pero no tenía un oud, solo tenía a mano un bouzouki que afiné al estilo griego y grabé algunos arreglos con él. Luego metimos unas eléctricas bien densas, distorsionadas, para darle fuerza a los estribillos.

4- The Love Seat

John: Como os comenté en su momento es, quizás, la canción más sensual de nuestro repertorio. Cuando Diego me hizo escuchar la maqueta pensé en la voz de Beth Gibbons, no sé por qué, ¡y me vinieron enseguida melodía y letra! Pero si el estribillo es de Gibbons, las estrofas son puro Prince. Pensad «The Most Beautiful Girl in the World» versionado por Jarvis Cocker.

Diego: Letra y música se conjugan perfectamente. Una voz cálida, cercana, acompañada de acordes menores de guitarra, melancólicos, marca de la casa. Los arreglos de cuerda le dan movimiento en los estribillos sobre un beat profundo bastante pesado.

5- Kabuki Song

John: La letra es como una continuación de aquella canción de Mégaphone Ou La Mort donde denunciaba el mundo laboral («La Poésie du Travail»). La música me remite a algo que pudieran haber hecho los padres del trip-hop, Massive Attack. Me metí ad hoc en la piel de Robert Del Naja (aka 3D). Es un disco donde abuso de mi perfil camaleónico.

Diego: La compuse en la misma época que “Darling”, con el mismo método, y tratando de evitar la guitarra. Así llego al estudio también, pero rápidamente nos dimos cuenta de que una guitarra limpia sumaría sobre el relato del principio de la canción. Con eso, arrancamos y acabamos en el solo con un whammy, muy a lo loco.

6- Nampa Girl

John: Esta canción es un poco mis impresiones al leer la autobiografía de Jeffrey Lee Pierce («Go Tell the Mountain: The Stories and Lyrics of Jeffrey Lee Pierce»), leader de The Gun Club. Un cantante del cual no se habla lo suficiente. En las estrofas, uso el spoken word y en el estribillo, puede ser que estuve pensando en Dennis Wilson cantando «Forever» o escuchando un compilado de Sheryl Crow.

Diego: La canción más pop, creo, del disco. Tras una separación muy conflictiva, mi cabeza se debatía entre entrar en Tinder, y dejarme llevar por los estímulos de la app, o encerrarme en casa a tocar la guitarra de manera frenética. Opté por lo segundo, y el tema salió de un tirón.

7- Eros in Demand

John: Mi faceta reivindicativa reaparece en este disco y en esta canción: «politician pigs and pending trials / architects of nothingness». Musicalmente, pensé inmediatamente en el «XTRMNTR» de Primal Scream. El bouzouki le da un toque Beck.

Diego: Sin lugar a dudas, la canción más complicada en cuanto a decisiones artísticas. Nos costó bastante llegar al objetivo, nos resultaba muy larga… Probamos bastantes cosas, y la mezclamos varias veces… Terminé utilizando el bouzouki para la entrada…

8- The Glamour Chase

John: La letra nace de un deseo de rendir homenaje a Billy MacKenzie, líder de un grupo escocés llamado The Associates. Un cantante de excepción que descubrí tarde. Sin ir más lejos, The Glamour Chase es el título de uno de sus discos y de un documental sobre ellos. Recomiendo a los no iniciados de escuchar su segundo disco, Sulk, y os daré 3 razones: es un disco estupendo, John Martínez es muy fan y Björk también.

Diego: Quizá podría haber formado parte del disco anterior. Se trata de una canción que nació acústica, muy natural y sencilla. Ese tipo de «baladas» nos salen con facilidad. Es el estilo de canción en donde John y yo nos compenetramos perfectamente. Fue simplemente pasarle la maqueta que había hecho y, enseguida, John pilló la onda del tema para construir la melodía vocal.

9- The Dreamer Of The Estate

John: La canción más arriesgada del disco en mi humilde opinión, que representó un gran desafío para mí. ¿Qué coño iba a poner sobre esta base de trap/rap? Aunque he escuchado hip-hop toda mi vida, no me siento el alma de un Tupac Shakur, Ol’ Dirty Bastard o Notorious B.I.G. Las cosas como son, he crecido leyendo religiosamente el New Musical Express, el Melody Maker y Les Inrockuptibles. Y tampoco llevo pantalones baggy, ni gorra, ni ropa de color… Así que llevé la canción a mi terreno de alguna forma, mis raíces inglesas (nací en Birmingham como Tony Hancock). En la letra, rumio sobre mi estado de mente errante cuando vivía en Londres en los 90. Acabamos con un híbrido sorprendente entre The Prodigy, The Shamen y Sleaford Mods.

Diego: Cerrar el disco con esta canción nos pareció una especie de anuncio o indicador de la dirección que podemos adoptar en un futuro cercano. Es la canción que más nos corrió de nuestra zona de confort en cuanto a composición; tanto a mí en la creación musical, como a John en términos de encontrar la manera de introducir la voz. Un momento dónde, claramente, nos encontramos influenciados por el trap el hip hop…