Más electrónica, más atmosférica y más intravenosa. Así es la Mireia Vilar de La Plaga, su segundo disco. Más convencida que nunca del concepto «canción» para modelar su propio universo, sin por ello cerrar la puerta a las colaboraciones.
Dice en su web, que su nuevo álbum, «con una lectura distópica, aglutina vapores galácticos, luces de neón, destellos de purpurina, pulsaciones de baile, síntesis, electrónica y mensajes existenciales que flotan en un macrocosmos». Una visión genérica a la que nos queremos acercar, canción a canción, y de la mano de la propia Mireia.
1- La Plaga
Un mundo imaginario no muy lejos del nuestro, donde los habitantes hablan con la misma voz, visten en blanco y negro, sin ningún color, se tratan por igual y se convierten en maniquíes o clones (de cara nuclear). Esta visión de Mercè Soler, inspiradora de muchos de los textos del disco, deja sobre la mesa la idea del comportamiento en masa, la producción en serie, la falta de identidad,… Este mensaje presenta el concepto del disco en general que va dibujando un mundo distópico y señalando ciertos comportamientos sociales. El texto fue el que dibujó la melodía y la melodía condujo a crear ese compás de seis tiempos. El bpm ya estaba claro antes que nada. El tempo de los temas se ha decidido antes que cualquier otro concepto porque otra de las premisas del disco era que se pudiera bailar, a la vez que hacernos pensar un poco.
2- Podría
Conservé el título original al que pertenece el poema que ha inspirado esta canción. Como digo, todo surgió leyendo el poema Podría de Jandroche Ballester. Me fascinó su idea de materializar una substancia que pudiera absorber todas las manifestaciones de odio. Mientras lo leía, cogí la guitarra y medio en broma empecé a crear los acordes. El primer esbozo quería parecerse a Andy Shouf, pero bueno este disco ha dado muchas vueltas y al final se ha impregnado de aires más latinos. Tiene un fondo filantrópico, una temática que me suele agradar, ya en mi disco anterior hay un tema que habla de la empatía (Swap Skin).
3- Neón
Esta canción surgió de una llamada telefónica a Mercè. Llamé porque en uno de mis trillones de viajes a la playa hay un tramo, en concreto, de la Nacional donde hay muchas mujeres de la noche, solo que ellas son mujeres de pleno día y pleno sol, bajo la sombrilla, a pie de carretera. Llevo toda mi vida viéndolas y han pasado a ser parte del paisaje. Pero ese día creí que merecía la pena hablar un poco de ellas y de lo que pueden estar viviendo sin luces de neón. Así que le propuse esa temática y ella aceptó. Otro dia, y en un contexto totalmente diferente, alguien medio en broma me retó a hacer una canción con la frase «De Valencia a Siam tararan tan tan» y me vino perfecto para hilar el estribillo.
4- Abracadabra
Casi por encargo me decidí a hacer mi versión de este tema tan conocido. Un festival donde toqué el año pasado proponía la temática de “La infancia” como insignia y, bueno, recordé mis mañanas de sábado enganchada a La bola de cristal. Quería evitar las prosodias que me acostumbran a molestar aunque a veces no hay manera. Y, sobretodo, quería aportar algo nuevo armónicamente. Al final la hice para el festival y seguí transformándola para el disco.
5- Spoiler
Inspirada en otro de los microrelatos de Mercè, que forma parte de su último libro Foramen, publicado junto a las ilustraciones de Paz Boira, esta canción es a su vez un buen ejemplo de las creaciones de Mercè en general. Me encanta cuando provoca reacciones en el lector o espectador, como cuando hizo sus obras sobre los pecados capitales o cuando dejó mensajes literalmente congelados en un bosque. En este caso describe y nos recuerda ese momento de cosquilleo en la barriga cuando la curiosidad nos pica, como cuando alguien hace spoiler y no sabes si quieres saber más o no saber nada. La melodía me obligó a rimar con la «e» y el estribillo a darle de nuevo un aire latino pero más reposado.
6- Los White
Este tema empezó con el ordenador y solamente un bombo y una caja. Imaginé un paisaje nevado y alguien montado en un oso polar gigante, que iba cabalgando por la nieve, rumbo a ver a su pareja a quien hacía casi un año que no había visto. La historia es de las tiernas y entrañables, pues son dos freaks obsesionados con descubrir, describir y catalogar tipologías de color blanco. Estan casados y cada uno vive en un extremo polar. Mi fortuna fue encontrar, de camino, el brote casual del arpegiador y la “viejarpa”, como bauticé uno de los sintes que toqué encima en el estribillo. La idea de que ningún blanco es el mismo o de que todos los blancos sean blancos únicos, me enganchó.
7- Estado de Flow
Este tema fue el precursor de ir hacia un mundo más bailable. Lo compuse el verano de 2017 y se publicó con la Little Canyon Session que Luís Martínez tuvo el detalle de producir. El mensaje surgió inspirado en una canción, que me fascina, titulada Bailarina (Djavan) que habla de cuando nos quedamos enbobados viendo a alguien bailar y de ahí, investigando, di con la teoría de Csíkszentmihályi y su Estado de Flow, que de alguna forma describe la pérdida de la noción del tiempo como algo necesario para ser felices y eso, a veces, pasa bailando o viendo a otros bailar. Dos acordes y un puente, que desde que Alberto Amar me dijo que se parecía a la banda sonora de Twin Peaks no he dejado de escucharla cada vez que lo oigo. Guitarras, por cierto, inseparables de la canción y que han sido casi las únicas cuerdas permitidas en el disco. Primaba la síntesis.
8- Cósmico
Un día en facebook encuentro una carta póstuma que Eduardo Rodríguez había publicado dedicada a su abuela. Días después le escribí lamentando la pérdida y preguntando si podría usar alguna de sus bellas palabras algun día. Y, bueno, un tiempo después, al escuchar un tema instrumental del trombonista Vicent Pérez, con quien empecé a trabajar algunas canciones del disco, apareció ese ambiente más introspectivo, lento y onírico donde sus acordes casaban con mi melodía y el texto. Una marcha fúnebre pero con mucha luz. Cuando nuestras partículas se convierten en cosmos.
9- A348
El microrelato más corto que he leído hasta ahora dice: «En este diminuto mundo sólo se habla de amor. Vámonos». Me recuerda a la cantidad de canciones que hablan de amor, o los guiones predecibles de las comedias románticas, o a las conversaciones con amigas donde al final no hay nada más de lo que hablar. Este texto de Mercè casaba mucho, precisamente, con otro que enumeraba acciones que están pasando en este mismo momento o en otros momentos supuestos e inventados y que no hablaban nunca sobre amor. El arpegiador y una inevitable influencia de Stranger Things invadieron el paisaje sonoro.
10- Ceres + Two Second Rule
Fruto de una improvisación con el sinte y con las voces surge este tema del cual ya tenía la melodía y letra, que surgieron otro día en otra improvisación. Describe el planeta enano Ceres y su clima escalofriante. Da paso al Hidden track Two Second rule, que ya lo veníamos tocando en los directos y me quedó en el recuerdo. Es gracioso el planteamiento inglés para preservar la seguridad vial.