A la humilde empanadilla se le ha de agradecer cumplir su importante misión: saciar nuestra hambre en itinerancia. La búsqueda de este pequeño bocado es un peregrinar incesante por los hornos de nuestra ciudad. A la caza de la novedad, el clasicismo o simplemente, una sencillez en la elaboración de uno de los bocados que nos han salvado más de una comida o almuerzo. Hambre y poco tiempo son los ingredientes que hacen grande a la empanadilla. Y hay quien la frecuenta porque es un placer en sí.
Empanadilla de espinacas.
El Horno de San Pablo es largo y estrecho, y cuando se llena de gente (casi siempre) has de ir metiendo la cabeza entre los brazos ajenos para salivar con sus mostradores. Nos declaramos fans de su empanadilla de espinacas que sabe dulce, y se contiene en una carcasa brillante señalada con una U para que la hornera la diferencie, y nosotros pensemos que es única al hincarle el diente.
Empanadillas de calabacín y queso de cabra, y de pollo.
En el Horno Pastelería Galdón sus empanadillas tienen fama. Nos encanta que prueben nuevas fórmulas. Cuando vemos un cartel que anuncia una nueva empanadilla por ejemplo de calabacín y queso de cabra, ¡picamos! Pero si hay una buena opción es seleccionar cualquiera rellena de carne, como la de sabroso pollo con un barnizado exterior, que ni el pincel de un pintor.
Palo de sobrasada y queso.
El palo de sobrasada es una opción de riesgo, a veces la sobrasada está ácida, otras chorrea, o es un mero testimonio en un rulo de masa que hace bola. Una vez cruzado el puente que lleva al far south de La Torre, en su horno homónimo (avenida Real de Madrid, 24), ganador de premios a uno de los mejores panes artesanos de Valencia, te reconciliarás con el palo. De sobrasada y queso, generoso, como la mayoría de productos de esta tahona, y con el rastro justo del aceite que le proporciona la mezcla.
Triángulo de hojaldre con pisto.
Dulces Pérez es un clásico desde hace décadas, de los domingos de pastelitos para el café en paquetito atado. En su mostrador hay una empanadilla transformada en triángulo de crujiente hojaldre relleno de pisto que es una rara avis en su mundo, a mitad camino de su hermana la empanada. Solo le faltaría un poco más de contenido para rozar la perfección.
Empanadilla de algas, tofu y verduras.
Con un pan que viene desde el obrador de Algemesí, la tienda de Arte Espiga puede presumir de su empanadilla saludable de tofu y algas. 100% vegana es una buena opción elaborada con espelta, inconfundible el sabor que le proporciona a la masa, jalonada con sésamo negro.
Este artículo fue originalmente publicado en el numero seis de la newsletter Paladar que, todos los miércoles, llega al correo de sus suscriptores. Para apuntarse gratuitamente ir aquí.