Foto: Eva M. Rosúa.

Foto: Eva M. Rosúa.

El 100% de Verlanga acudía gustoso hace una década (o más) a un restaurante llamado L´Albergina en la calle Calixto III (Barrio de La Petxina). Un sitio que recordamos con cariño, y que no siendo estrictamente vegetariano, ofrecía unas ensaladas horto-frutículas y unos hummus o patés vegetales, mucho antes que las marcas de las grandes superficies pervirtieran el sabor de esta delicia que es el puré de garbanzos. Al frente de este lugar, una tía y su sobrino. Un niño criado entre cacerolas que luego pasaría por el aprendizaje privilegiado del CdT, con estancias en la casa de su profesor Óscar Torrijos, y en otros fogones como Josep Quintana. Y más recientemente, en las cocinas de restaurantes como Malmö o Copenhagen.

Rafa Delmonte, es un cocinero aficionado por los guisotes lentos de la abuela, el chup-chup de toda la vida. Poco a poco irá introduciendo cambios en la oferta de su actual casa, A Contracorriente (es su intención), pero su llegada ya se ha hecho notar en una carta con mayor preponderencia de carne (algo curioso para él que siempre estuvo más próximo al mundo vegetal). Y es en la carne, con su proveedor de confianza del Mercado de Ruzafa, donde Delmonte se marca sus cocciones largas que tanto le gustan: en los mini kebabs de paletilla de cordero a baja temperatura con tzatziki (o el fabuloso día en el que el pepino encontró al yogur), y también en el pan vaporizado (el bocadillo oriental bao, vive un reinado merecido) con carrillera de ternera y mayonesa hoisin (una adictiva salsa agridulce que aunque signifique marisco no es apta para acompañarlo).

Las especias árabes irán poco a poco inundando la carta de A Contracorriente (son una de sus debilidades tras muchos años al frente de restaurantes vegetarianos). Y la oferta de platos con pescado crecerá. El tartar de atún rojo con aguacate y mango sobre algas wakame, convive ahora con un hummus de leche de coco y pimiento asado. La coca de roast beef, rúcula frita y vinagreta de miel y mostaza con un salmón teriyaki con arroz salvaje. Y las patatas A Contracorriente, esas bravas con su salsa de tomate valenciano asado y luego ligeramente frito, con el justo toque de romero, permanecen en carta porque hay cosas que no deben cambiar.

A Contracorriente
C/ Bélgica, 3. Barrio de Mestalla.

 

Este artículo fue originalmente publicado en el numero treinta y dos de la newsletter Paladar que, todos los jueves, llega al correo de sus suscriptores. Para apuntarse gratuitamente ir aquí.