Éléonore (Martin Rodolphe Villeneuve)

El festival La Cabina cumple una docena de ediciones dando pantalla y difusión a los mediometrajes. La edición de 2019 (del 21 al 26 de noviembre) llega con una potente Sección Oficial compuesta por quince títulos de nacionalidades tan distintas como Hong Kong, Argelia, Canadá, Italia o Argentina. Te la contamos.

El apasionante mundo de las relaciones humanas

No sabemos si como respuesta al ajetreado y veloz mundo en el que vivimos, en el que los móviles y demás soportes tecnológicos se han convertido en la herramienta de comunicación más utilizada, pero todas las películas de la Sección Oficial reflexionan de alguna u otra manera sobre las relaciones humanas. De ellas, hemos encuadrado cuatro en este apartado.

Journey Through a Body (que comparte título con un disco del grupo Throbbing Gristle) narra el encuentro entre un jóven músico que no puede salir de su casa porque tiene la pierna escayolada y una mujer que llama a su puerta. Dirigido por la francesa Camille Degeye, se pudo ver en la última edición del Festival de Cannes.

También es música (o aspirante a ello) la protagonista de Shut Up Haters (Jon Blåhed), interpretada por la sueca Malin Buska (Reina Cristina, la mujer; Happy End) que regresa a su hogar por la muerte de un familiar y acaba emprendiendo un viaje con su hermana y el novio de esta.

Dos parejas son el eje argumental sobre los que se desarrollan los mediometrajes The Boy in the Bush (Vanessa Ly) y Feu soleil (Aliha Thalien). En el primero viajamos en coche, de noche, con un juez y una actriz y el caso de una mujer que ha sido acusada de matar a su propio bebé. En el segundo, en la mejor tradición de las historias de iniciación, acompañamos a dos adolescentes en sus vacaciones veraniegas y su despertar sexual, todo envuelto por la poética arquitectura de la ciudad de La Grande-Motte.

La familia bien, gracias (o no)

¿Qué sería de las historias de ficción sin las relaciones familiares? En La Cabina de este año conoceremos a tres muy peculiares. Por ejemplo a la de Ray, un boxeador, que tendrá que «pelear» contra su tío, capaz de todo para robarle su herencia en My Mother’s Garden (Lyna Zerrouki). Más complicada parece la de La oscuridad, dirigida por la actriz argentina Belén Blanco, en la que nos habla de una madre que no quiere vivir con su hijo y de un padre que no ve a su hijo y deja a la madre sola. En Éléonore (Martin Rodolphe Villeneuve) son un abuelo y su nieta quienes tienen que superar juntos sus propios duelos con la agradable compañía de los pájaros del campo.

Granujas de medio pelo

Hay muchos tipos de delincuentes, si bien hay una categoría en la que resultan muy cinematográficos. Son aquellos que por su torpeza, o al fin y al cabo bonhomía, acaban poniendo a los espectadores de su parte. Seguro que es el caso de los de A hard working man, del alemán Alexander Schwarz. La sinopsis promete mucho y bueno: «Como resultado de su ludopatía, el restaurante de Viktor puede ser embargado. Cuando el rico Noah pide la mano de su hija Katja, un secuestro parece ser el mejor plan para conseguir una gran cantidad de dinero. Viktor convence a Lena y Vlad, sus dos asistentes de cocina, para que le ayuden con su plan».

En Braquer Poitiers (Claude Schmitz), el dueño de un lavadero de coches es secuestrado por dos malhechores de poca monta y acaba con Síndrome de Estocolmo, al tiempo que ellos dudan de su acción cuando les visitan sus parejas. La enigmática Moa de Light Inside (Dennis Stormer) completa esta cuadrilla de granujas de medio pelo. Es una ladrona que entra a robar a las casas y que incluso se quedará a vivir con el dueño de una de ellas.

Aquí llega la post-ciencia ficción

¿Qué es la post-ciencia ficción? Pues algo que nos hemos inventado para agrupar a tres films de la Sección Oficial de La Cabina que tienen un pie en este planeta y otro fuera. En Electric Swan (Konstantina Kotzamani) hay un edificio en Buenos Aires que se mueve. Los vecinos viven preocupados, los de arriba por si se caen, los de abajo por si se ahogan. Sin duda toda una alegoría de la lucha de clases con aires de realismo mágico, para un mediometraje que se estrenó en el festival de Venecia.

En Ultra Pulpe (Bertrand Mandico) hay un complejo turístico en la playa que está abandonado, cinco historias de mujeres que no quieren envejecer, cinco aventuras de ciencia ficción, vulgaridad, necrofilia y poesía y la interpretación de las actrices Lola Créton (Después de mayo, Un amour de jeunesse), Elina Löwensohn (Simple Man, Amateur, Flirt, Dark Water) y Nathalie Richard (Caché (Escondido), Joven y bonita).

La cinta de animación Mani rosse (Francesco Filippi) completa este pack, con la historia de un adolescente que se enamora de una chica con un extraño poder, a la que tendrá que salvarle la vida. Una necesaria reflexión sobre los malos tratos a menores y mujeres que, por desgracia, no son ninguna ciencia ficción hoy en día.

La rescisión del contrato social

Las dos películas que quedan por mencionar coinciden en varios aspectos: están protagonizadas por mujeres, enfocan a realidades sociales disfuncionales y reflexionan sobre los fallos del sistema. En la comedia Notre Dame de la ZAD (Xavier Delagnes), Camille busca a un joven cura que conoce para decirle que ha visto a la Virgen… cerca de donde unos activistas protestan por la construcción de una autopista. En That Morning (Wong Wai Nap) conoceremos a Eya, introvertida adolescente que para huír del acoso que sufre en su colegio, de su desubicación en su entorno familiar y de la soledad, se refugia en la escritura.

Para consultar horario y entradas, visitar la web del certamen.