Solo ha necesitado tres años de vida la Academia Valenciana de l’Audiovisual (AVAV) para demostrar lo importante que era que existiera. Por cuestiones y necesidades propias del sector, pero también de cara a ayudar en la difusión de la historia y las producciones actuales. Ahí están sus premios o esas entrevistas que, bajo el título Coses a dir, se pueden ver en su web, donde Cristina Perales conversa con destacados profesionales (Sergio Caballero, Empar Ferrer, Pilar Almería, Juli Mira). A todo ello hay que suma ahora la revista Trama.

Luis García Berlanga ocupa la portada de su primer número. En su interior, el actor Joaquín Climent recuerda, en un estupendo artículo, su relación con el cineasta. Además, Joaquín Vallet Rodrigo firma un extenso texto en el que intenta responder a la pregunta de ¿por qué reivindicar a Berlanga? Las páginas de la publicación también tienen espacio para que Pep Llopis recuerde la historia de la propia Academia que él mismo preside. O para que el crítico y programador Ramón Alfonso trace (de Sanz y el secreto de su arte, de Maximilano Thous y Francisco Sanz, 1918, a Coses a fer abans de morir, de Cristina Fernández Pintado y Miguel Llorens, 2020) una panorámica sobre el audiovisual valenciano, sus males endémicos y reflexione sobre su futuro.

El director general de À Punt, Alfred Costa, es uno de los protagonistas de la revista, con una entrevista de cinco páginas a cargo de Gerardo León, director de Trama. Los videojuegos, algunas actividades de la Academia, reseñas de libros, L’Alqueria Blanca o la sección Pensar el cine que inaugura la guionista María José Murillo son otros de sus contenidos.

Dos festivales completan el menú de esta primera entrega. Por un lado, Eduardo Guillot, director artístico de la Mostra, escribe sobre el cine como vertebrador de la identidad mediterránea, radiografiando el panorama actual y destacando que el cine continúa siendo una herramienta fundamental para explicar su tiempo histórico, al tiempo que despeja cualquier atisbo de duda sobre si el ámbito geográfico mediterráneo es suficiente para nutrir un certamen internacional. Por el otro, Sara Mansanet, directora de La Cabina, disecciona la cita cinéfila de los mediometrajes, con paradas en el pasado, en el presente y en el futuro, además de detenerse en ese peculiar formato («libre») que ni es un largo ni es un corto ni falta que le hace.

Trama será cuatrimestral y de este primer número se han editado 400 ejemplares que se han distribuido, en primer lugar, entre los casi trescientos miembros de la Academia. Esperemos que su versión digital descargable esté pronto disponible por aquello que decíamos de la necesidad de la difusión del audiovisual valenciano más allá del propio sector.