kill okMe llamo Iñaki Antuñano y soy uno de los miembros de Kill the TV, una productora audiovisual especializada en música. Nos flipa la música y el cine, de modo que hemos decidido unir estas dos pasiones y ahora hacemos videoclips, documentales musicales, directos… Soy realizador. Sobretodo he hecho televisión: realities, programas de cine, concursos… Algunos los hice aquí, en Valencia y la mayoría en Barcelona. Pero hace tiempo que no toco este medio y estoy encantado. Ahora trabajo básicamente para internet. También he dirigido tres cortos. La música me ha acompañado siempre. En el instituto tocaba la guitarra en varios grupos, uno de ellos se llamaba «Aulario Anexo» y teníamos auténticos hits rompepistas como «Pégame» o «Sabes que no». Incluso llegamos a tocar en las fiestas de Benetússer. Mis ídolos eran Jimi Hendrix, Steve Vai y Joe Satriani.

Sóc Ferran. Siempre he alardeado de haber nacido el mismo día que Lou Reed, aunque 29 años después. A veces me considero un “yonki” o un “malalt” de la música. Creo que aprendí antes a cantar y a silbar que a hablar. Soy periodista no vocacional y he trabajado los últimos 15 años en el sector audiovisual. Por primera vez, he roto un lema vital absurdo que yo mismo me tatuaba a fuego: no mezcles tu pasión (música) con tu profesión (audiovisual). Soy otro de los miembros de Kill the TV.


Un disco:

(Iñaki) Tengo dos. «Born a lion», de Danko Jones. Este tipo se convirtió automáticamente en mi ídolo después de verlo en directo en la sala Sol de Madrid. Y «Purple rain», de Prince, que mucha gente no lo sabe pero en realidad es Dios.

(Ferran) Entre miles, me quedo con “If you’re feeling sinister” de Belle & Sebastian. Fue la banda sonora de una etapa de transición que ha durado décadas. Las texturas sonoras de este disco me hacen viajar en el tiempo y en el espacio.

Una película:

(I) «Noche en la tierra» (1991), de Jim Jarmusch. Se compone de 5 historias, cada una rodada en una ciudad. La última historia, que transcurre en Roma y la protagoniza Roberto Benigni, es lo más descojonante que he visto jamás.

(F) Con “Novecento”, de Bertolucci, empecé a ser consciente de la sociedad en la que vivimos. La volví a ver hace poco y ha envejecido taaaaaan bien.

Un libro:

(I) «Oooh my soul, la explosiva historia de Little Richard». Aparte de un músico bestial, este hombre fue un adelantado a su tiempo.

(F) «Mil violines” de Kiko Amat, otro “yonki” melómano. Últimamente me he dado cuenta que solamente leo literatura pop. A pesar de tener gustos musicales distintos, me gusta la pasión con la que se acerca a cada relato. Somos de la misma generación y a los dos nos marcó el punk-rock para siempre.

Una serie de tv:

(I) «Aquellos maravillosos años«. Me identificaba un poco con Kevin Arnold, el prota. Además era una serie muy musical. Hubo un tiempo que se decía que el amigo de Kevin era Marilyn Manson de pequeño. Era mentira, claro, pero yo me lo creí.

(F) De las muchas que podría destacar me quedo con la version británica de “Life on Mars”, con infinitos guiños a la cultura pop y esa manera de abordar la ficción tan británica. De (muy) mayor me gustaría trabajar en la BBC (jijijiji).

Una serie de dibujos de tv:

(I) «La vuelta al mundo de Willy Fog». ¿Hay alguien de mi edad que no la haya visto?

(F) «Érase una vez el hombre” fue mi serie favorita durante años. Pero de verdad, lo que a mi me gustaba de las series eran las sintonías. Fueron la banda sonora de mis primeros días y me siguen acompañando todavía.

Una revista:

(I) En mi adolescencia leía mucho Gigantes del basket, más tarde me obsesioné con el Rock de Lux. Empecé a comprarla allá por el 2002 y no fallaba ni un mes. Luego dejé de interesarme por ella un mes en el que no conocía a ninguno de los grupos que salían y me pasé al Ruta 66. Ahora mismo ya no compro casi ninguna, a veces pillo el Mondo siempre que lo veo en algún garito.

(F) Soy lector de revistas de música desde que aprendí a leer pero ahora mismo, ninguna de ellas me satisface del todo. Con Jot Down he recobrado el gusto por la lectura sosegada, de pensamiento y política.

Un icono sexual:

(I) Monica Bellucci. En una ocasión la vi en directo en el Festival de Cine de Venecia. Pasó justo por delante de mí. Iba con dos gorilas, uno a cada lado. Debía medir unos 3 metros y creo que sus pies no rozaban el suelo. Esa imagen la tengo grabada en la memoria.

(F) Uma Thurman, sin duda, a pesar de ser rubia. Me gustan las bellezas andróginas y creo que ella reúne muchos aspectos de mis fetiches. Si tuviera la nariz más grande y la voz más grave sería ya perfecta.

Una comida:

(I) La paella.

(F) Arròs al forn. Nací y crecí entre arrozales y el arroz fue la base de mi alimentación durante toda la infancia. Me gusta de mil formas pero creo que el horno le da una textura que no se consigue de ninguna otra forma.

Un bar de Valencia:

(I) El Olivo, en la plaza del Árbol. Las croquetas y el cazón se salen.

(F) No soy muy de bares, pero sí de antros. Me apasiona la música en directo y desde hace un tiempo La Residencia es donde más cómodo me siento y donde he visto los mejores bolazos.

Una calle de Valencia:

(I) La calle Rosario, en el Cabañal. Viví una temporada allí. Creo que una ciudad normal debería presumir de un barrio como este, no maltratarlo como ocurre ahora.

(F) A pesar de la invasión diaria de turistas me quedo con el centro histórico. Russafa sí, pero solo a ratos. El arte urbano es otra de mis debilidades y la calle Corona es una buena muestra de ello.