Lo breve si bueno…
Hay ocasiones en que las palabras expresan más de lo que puede parecer que contienen. Traspasan el límite del papel y como un pequeño proyector se instalan en la imaginación del lector convirtiendo el texto en imágenes. «El roble tembló», de Sergio Bello, un mimado librito de haikus, epígramas y adagios, es un buen ejemplo.