¡Fiesta de No Aniversario de Verlanga con Parade!
El sábado, 12 de mayo, en Tulsa Café.
The Simpson, el fútbol y las llamadas por teléfono en peligro de extinción personal.
Víctor Coyote siempre ha seguido su propio camino. Lo hizo cuando abrazó la fe latina con Los Coyotes. Eran unos rara avis en una Movida más interesada en seguir los cánones anglosajones o en vivir aceleradamente, que en mirar al otro lado del charco. Su carrera en solitario ha seguido el mismo rumbo.
“Amor y ruido” es hasta ahora su disco más reciente, aunque para el 2016 ya se anuncia nuevo trabajo. Y, como es marca de la casa, está lleno de adictivas historias de amor y desamor, ciencia ficción recoleta y personajes de los que uno se haría, sin pensarlo, presidente de sus clubs de fans. Pero en esta ocasión no vamos a hablar de música con él o, al menos, muy poco.
Con Ramírez se acumulan las etiquetas y los calificativos. Su riqueza sonora ha explosionado en un magnífico disco de debut (“Book of youth”), en el que el pop, el folk, la psicodelia y todo lo factible de ser facturado artesanalmente con gusto tiene cabida. ¿Syd Barret meets The Magnetic Fields?
Son dos de los grupos con más personalidad de la escena valenciana. Los primeros gracias a su garage-beat-punk demoledor y los segundos a su combinación explosiva de soul, funk y rhythm’n’blues que hace sudar hasta a los ladrillos. Les pedimos a los unos que hablen de lo otros y viceversa.
Soplamos las velas del Tulsa Café, que cumple quince años, con sus responsables.
Nanga Parbat practican folk ambiental, donde el nervio muta en fibra, ideal para caminar entre sus estrofas, lleno de matices y mimos, en los que cierta psicodelia espacial asoma sin agobiar y hacer perder la esencia a la canción.
Second Coming ya llevan casi veinte años juntos. Grabando canciones, dejándose la piel en los conciertos, rindiendo tributos a sus héroes musicales y derribando límites estúpidos todo ese tiempo. Nunca han ocultado su querencia por el revival mod británico, pero eso sí sin renunciar a otros sonidos como el brit pop o las melodías de origen mancuniano.
Indagar en el currículum de los miembros de The Grannies Band es como hacer una visita guiada por la música de esta ciudad, en los últimos años. Juntos dan fruto a melodías que beben tanto del beat británico clásico como del poder exponencial del rock and roll.
Antonio Chumillas y Ubaldo Fambuena son Harpeta Duet Blues. Ambos aparcan, por un momento, sus responsabilidades en Doctor Divago y Cuello, respectivamente, y se entregan en cuerpo y alma al blues, el folk y el rock and roll de quilates.
Aullido Atómico son puro rock and roll y diversión, demoledores estribillos, contagiosas melodías que incitan al baile descocado, instrumentales trotones, coros que parecen aullidos, letras sobre chicas, aires surf, blues pantanoso, retazos punk, actitud y un puñado de buenas canciones.
Sólo hay tres canciones en su bandcamp, pero son suficientes para caer rendidos ante la rotundidad que despliegan. Aires psicodélicos perfectamente engarzados en unas canciones (ahora más pop, ahora más rock) con un potencial tremendo. Señores y señoras, Holy Paul no descubren nada (ni ganas), pero si te atrapan con su lazo, estás perdido.
Canciones pluscuamperfectas, estribillos pegajosos, melodías tarareables, estrofas que piden a gritos ser coreadas, … un grupo 100% Juan de Pablos para entendernos. La juventud eterna en cápsulas de menos de tres minutos. No hemos encontrado mejor manera para empezar los Aperitiver del 2015 que con Tipos de Interés.
Basta escuchar “Puerto Príncipe”, la canción que abre y da título al tercer disco de Alberto Montero, para entender que con él las etiquetas se quedan muy pequeñas. Montero abrió los Aperitiver de 2014 y ahora los cierra.
Pablo Burgués vive en Madrid. Christian Späth en Stuttgart. Juntos son Belvès, un grupo para el que parece que no existen los límites idiomáticos. Nueve canciones componen su primer disco, en el que el folk y el pop caminan de la mano por veredas y montes, salpicándolos de melodías campestres.
Hay grupos que parece que llevan su propio ritmo vital. Y La Gran Esperanza Blanca es uno de ellos. Después de unos años en secano, llevan dos discos en dos años. Primero fue “Derrota” y en breve “Tren fantasma”. Además, en este tiempo, su cantante, Cisco Fran, también ha entregado sendos libros (“Barbería” y ahora “Enfermedades raras”).
Novembre Elèctric (el proyecto musical de Yeray Calvo, acompañado en directo por Rodrigo Domínguez y Sergio León) se han convertido en una de las sorpresas de la temporada gracias a su magnífico debut, “Intacte” (Mésdemil), que ganó el galardón a mejor disco Pop en los Premis Ovidi Montllor.
Siempre hemos pensado que Gilbertástico (Gilberto Aubán) llegó a Valencia desde otra galaxia. Su versatilidad, sentido del humor y eclecticismo, unidos a su talento y su costumbrismo encontrado en la tercera fase, no podían ser de este mundo. Alguien debería hacerle un TAC para averiguar qué ocurre en ese cerebro capaz de imaginar y componer melodías y melodías sin descanso.
Después de un tiempo inactivos, Quicio han vuelto a hacer lo que mejor sabían; componer canciones y tocar en directo. Ellos mismos (en su facebook) se definen (con mucha sorna) como “música de esclavos golpeando los arpegios con que los Señores Anunnaki los ataron”.
Postres con mayúsculas. Diana es Mi dulce gateau, un juego de palabras entre gato y pastel en francés, las dos cosas que más le gustan en este mundo y su marca de repostería.