Zirizavermut

Foto: Isabel Taravilla.

Me llamo Carlos Pérez de Ziriza. Soy periodista. Escribo sobre música pop (de popular: al menos, eso quiero pensar, así que nos ahorramos prefijos) en diversos medios. Actualmente en El País, Mondo Sonoro, Efe Eme, Cartelera Turia, Rolling Stone, Valencia Plaza, El Hype y Portal Cannabis. He escrito un par de monografías y un ensayo, ambos también de temática musical. Al margen de mis colaboraciones en prensa, también he echado una mano, en tareas de comunicación, dentro del MBC Fest.

Un disco: Estas preguntas siempre tienen un componente sádico importante, por lo que te obligan a dejar de lado. Como no puedo escoger la discografía completa de The Smiths, mencionaré tres discos (¿es posible uno solo?) que me marcaron cuando los descubrí: “Doolittle” de Pixies, “Technique” de New Order y “Steve McQueen” de Prefab Sprout.

Una película: Volvemos un poco a lo mismo: me resulta más fácil recordar esos títulos que te dan un sopapo cuando aún eres fácilmente impresionable que cualquier cosa reciente. Si tuviera que mencionar una película fetiche que no sea muy popular, me quedaría con “Trust”, de Hal Hartley. Una historia de amor absolutamente inusual. O cómo decir tantas cosas con tan pocas palabras.

Un libro: Ahí sí que me desmarco con material reciente, que no se diga. El último ensayo que he leído es “Caos y Magia”, de John Higgs, sobre The KLF, y me ha encantado.  La última novela, “Gravity Grave”, del escritor canario Alexis Brito, que es una historia de juventud vivida al límite y ambientada a principios de los 90 en Manchester, en plena euforia rave. Muy entretenida.

Una serie de tv: Me está gustando mucho “Boardwalk Empire”, que es la que estoy viendo ahora.

Una serie de dibujos de tv: Mazinger Z, sin duda. Mítica. Esta sí merece que la llamen así.

Una revista: De aquí intento leer al menos las tres o cuatro cabeceras musicales de rigor. De fuera, disfruto mucho los especiales de Mojo y Uncut, aunque sean celebraciones de la nostalgia para thirty o fortysomethings. Si nos alejamos de todo esto y nos ponemos menos exquisitos, me divierto leyendo Cuore, Sorpresa y demás revistas de peluquería o de consulta de dentista: me imagino lo divertido que debe ser trabajar en sus redacciones, y que además te paguen por perpretrar todo eso.

Un icono sexual: Diría que Monica Bellucci. No hace falta explicarlo mucho, ¿no?

Una comida: No soy nada sibarita, ni tengo manías.

Un bar de Valencia: Nada es lo mismo en Valencia desde que cerró el Bar Berta, en la plaza del Árbol del Barrio del Carmen. Poco glamour pero muchísima vida entre sus cuatro paredes.

Una calle de Valencia: Estéticamente, la calle de La Paz es casi insuperable. Pero me atraen sobre todo los rincones sórdidos y mucho más ocultos del centro histórico: esa cara de la ciudad tan poco amable para el turismo pero tan jugosa para explicar su carácter. Y hay varios callejones tan minúsculos que me parecen casi surreales: la calle Talega (en el Carmen), la calle de Las Gallinas (cerca de la calle del Mar) y la calle de las Impertinencias (en Sant Bult). La tercera da entrada a un bar, precisamente. La primera no se sabe a qué obedece. Aunque mi rincón favorito de la ciudad, sin duda, es el Puente del Mar.