Salva Herrero. Foto: Juanmi Espinosa

Foto: Juanmi Espinosa

Soy Salva Herrero y desde pequeño me ha fascinado el séptimo arte. Reconozco que nunca he sido un devorador de clásicos. Más bien me he criado, cinematográficamente hablando, con autores coetáneos o cuyas obras se iban estrenando mientras yo crecía con ellas; los hermanos Scott, Spielberg, Fincher, Amenábar o Sánchez Arévalo, entre muchos.

Cuando terminé el instituto quise estudiar periodismo o comunicación audiovisual. Por aquel entonces, en Valencia, solo existía la opción de la universidad privada, imposible de afrontar en un hogar humilde. Opté por la opción pública más parecida que encontré; una FP superior de imagen y sonido en Torrente. Una vertiente más técnica. Sin embargo, a mí lo que me gustaba era estar delante del micrófono o de la cámara. Contar, comunicar, compartir con el resto lo que veía, no rodarlo o registrarlo. Luego, ya madurito, me gradué a distancia en esos estudios universitarios, que por falta de recursos económicos, no pude hacer en su momento.

Pronto me di cuenta de que la precariedad laboral en este sector; el de la comunicación, periodismo y cultura en general, estaba por encima de la media de otros sectores económicos. Con suerte, enlazaba contratos precarios como técnico, locutor o presentador en medios locales.

Las colaboraciones en diferentes programas, se sucedían; Cope Valencia, Radio 9, Tele 7 y más recientemente, Levante TV. Ninguna retribución económica por ello. Básicamente trabajaba por amor al arte; por amor al cine. Pero claro, solo el amor no paga las facturas. Es un mal endémico de esta industria, de difícil solución. El desencanto, merma la ilusión. 

Lo comentamos cada año en la maravillosa gala de los Premios Feroz. Unos premios muy canallas y divertidos organizados por la AICE (Asociación de Informadores Cinematográficos de España), de la cual soy miembro. Solo un puñado de compañeros y compañeras pueden vivir de la información cultural. La mayoría, incluso, nos sufragamos los gastos a festivales y entregas de premios, básicamente, porque es nuestra pasión –o somos tontos-, según se mire.

Otra de mis grandes pasiones son los animales, en concreto, los perros. Tras colaborar años como voluntario en varias protectoras, decidí emprender mi propio proyecto perruno; Paseos molones. Ofrezco paseos exclusivos y de calidad a familias que no disponen de mucho tiempo para pasear con sus compañeros de vida. Es un trabajo apasionante y extenuante a partes iguales. Desde hace años, no voy al gimnasio. Pasear a diario con ellos, me mantiene en forma.

Una canción:
La gran mayoría de la discografía del donostiarra Mikel Erentxun. Un artista no reconocido lo suficiente en nuestro país. Siempre a medio camino entre lo mainstream y lo independiente.

Siento admiración por las carreras de largo recorrido; Serrat, Sabina, los Rolling, etc. Este señor lleva más de 40 años encima de los escenarios. Sus directos son increíbles, tremendamente profesional. Ama su profesión. Gran cinéfilo, por otra parte. Le he entrevistado en dos ocasiones y siempre hemos hablado más de cine que de su música. 

Una de mis favoritas y menos conocidas canciones del repertorio de Erentxun es El cielo es del color de las hormigas del álbum El abrazo del erizo.

Una película:

¡Déjame que te ponga dos, jajaja! Por un lado Seven de David Fincher. Me dejó impactado en la butaca. Con taquicardia durante toda la proyección. Desde sus títulos de crédito iniciales, hasta su sorprendente desenlace, es una obra maestra. Y Tesis de Alejandro Amenábar. Aluciné cuando vino a presentarla a Cinema Jove: ¿en serio? ¿Este chavalín ha rodado esta barbaridad? El resto, ya es historia.

 Un montaje escénico:

Perquè t’estime, que si no… de Carles Alberola. Tres emotivas historias de amor en diferentes momentos vitales de cada una de las parejas. Además, la puesta de escena es hermosa y tremendamente minimalista.

Una exposición:

Malkovich, Malkovich, Malkovich. Una compilación de fotografías del maestro Sandro Miller donde el actor John Malkovich ofrece su propia versión de instantáneas icónicas. La vi en el museo de San Telmo, durante la 67º edición del festival internacional de cine de San Sebastián.

Un libro:

Si os gustan los perretes y queréis mejorar vuestra convivencia con ellos, os recomiendo “El libro que tu perro quiere que leas”, de Patricia Guerrero. Una guía práctica para desarrollar un mejor vínculo con los perros. Nada de adiestramiento ni métodos caducos. Pat es, posiblemente, la persona que más sabe de educación canina amable de este país y parte del extranjero.

Una serie:

Esto no es Suecia. La tenéis gratis en RTVE play. Me enganchó desde la primera escena. No soy padre ni creo que lo vaya a ser, y sin embargo, me interesó cada línea del guion.

Un podcast

Si os mola el cine; La Script, con María Guerra. Su estilo es inimitable, única y genuina. Nuestra presi en la AICE. ¡Es muy grande esa mujer! 

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

Me encanta la obra de la valenciana Alba Silla (Alba Bla). Abarca desde la ilustración, hasta murales en diferentes soportes. Creo que tiene mucho arte.

Una comida:

El arroz al horno que me hacía mi Yaya. Me encantaba verla cocinar. Hacía maravillas en la cocina con muy pocos recursos.

Un bar de València:

O’clock en la calle Chiva. Los hermanos David y Pablo son los mejores camareros que jamás hayas conocido. Es nuestra parroquia y nosotros somos sus feligreses.

Una calle de València:

Calle Albacete. Desde luego no es la más bonita de la ciudad, pero allí pasé mi infancia, en los Agustinos. No solo en las horas lectivas, sino jugando a baloncesto hasta que se hacía de noche.

Un lugar de València que ya no exista:

Habana Club, zona Juan Llorens. Mi primer trabajo. Ahora le llaman Staff, más cool. Básicamente trabajaba recogiendo vasos, poniendo lavavajillas y reponiendo las cámaras de bebidas y hielo. Creo que jamás he trabajado tan duro divirtiéndome al mismo tiempo. Aquello era una locura; colas que daban la vuelta a la manzana, la mejor música de la ciudad y un peligro si la noche te confundía…

¿Con quién te tomarías un vermut?

Con Gui de Mulder. El mejor corresponsal de los Oscars. Madrileño de nacimiento, ha vivido más de dos décadas en la meca del cine. Ahora lo hemos adoptado en València. Nos puedes encontrar habitualmente en la terraza de los Cines Babel. Lo nuestro es una liturgia. Vemos dos pelis seguidas y luego, te cambio el vermut por cerveza, nos tomamos un par de birras mientras hacemos nuestra propia crítica de lo que acabamos de ver. Es un genio; divertido, amable, educado. Me encantaría hacer un videopodcast con él sobre cine. Sería una locura.