Alfonso Moreira. Foto: Jose Azkárraga.

Mi nombre es Alfonso Moreira y soy el responsable del Hard Cuore de Radio Malva y de otras iniciativas radiofónicas que tienen a esta emisora como canal. Anteriormente me pasé unos cuantos años digitalizando revistas y otros materiales al frente de Faximil Edicions Digitals y formé parte también del equipo que puso en marcha Avivament, el festival de filosofía de Valencia. Refugiado ahora en el Cabanyal, colaboro habitualmente con Las Inmersiones de La Batisfera, ciclos de conciertos íntimos que tienen lugar en el local de la calle de la Reina. Este mes de noviembre organizamos la quinta edición con directos cada viernes: un viaje musical que va de Francia (Sycamore Sisters, el 3 noviembre) a Perú (Alejandro y María Laura, el día 24) pasando por África (High Life Music Ghana, el viernes 10) y Cuba (Modo Libre, el 17 de noviembre). Take a Walk in the Wild Side.

 

Una canción:

El viento pasa las páginas del libro / en el silencio de la tarde del domingo. «Sur del corazón», de Julio Bustamante. Una canción con aliento de clásico y melodía popular de esas que puedes cantar cuando la escuchas. Para redondear aparecía en un disco que se titulaba (se titula) Entusiastas (1998). Siendo firme partidario de la alegría, siempre me ha sorprendido el prestigio de la música atormentada (Morrissey, Nick Cave y otros paladines del sufrimiento).

Una película:

Una reciente: Las ocho montañas, de Felix Van Groeningen y Charlotte Vandermeersch. El destino, la pérdida y la amistad como el amor más duradero con los Alpes italianos de fondo. Figura en el catálogo de Filmin pero también pasó por la sala del Cinestudio D’Or, la verdadera filmoteca de la ciudad de Valencia.

Un montaje escénico:

Las canciones, un texto de Pablo Messiez a partir de personajes y situaciones de las obras de Antón Chéjov que pude ver en el Teatro El Musical en febrero de 2020. Vivimos rodeados de canciones que, en mi caso, mejoran nuestra experiencia vital. El momentazo «My Sweet Lord» (veinte minutos con el público bailando desmelenado) justifica una trayectoria artística, y una programación.

Una exposición:

La que se acaba de cerrar en el Centre del Carme dedicada al dibujante Miguel Calatayud. Miguel Calatayud. Trànsit Il·lustrat supone un recorrido por algunos de sus mejores trabajos de los últimos veinte años, en los que dialoga con textos de Josep Pla o Julio Camba. Conozco la obra de Miguel desde hace ya unos años pero jamás la había visto reproducida a esas escalas y tamaño, casi un ejercicio de arte inmersivo que tan de moda está en nuestros días. En todo caso, resulta interesante que vayamos elevando a nuestros referentes artísticos actuales a los museos, necesitados de nuevas figuras que sustituyan a las clásicas en sus pabellones expositivos.

Un libro:

En este caso dos, una novela y un ensayo. La novela es Grand Hotel Europa, de Ilja Leonard Pfeijffer, una especie de Montaña mágica sobre la decadencia de Europa, turismo mediante (mil gracias a Santiago Lemoine de la librería La Batisfera por la recomendación). El ensayo es La condición despistada, del autor valenciano Jesús García Cívico al que le ha llevado toda una vida prepararlo y, además, nos enseña cosas como que lo que se regala es lo único que no podemos perder.

Una serie:

Fan irredento de Doctor en Alaska, de esos que esperaban que acabase el capítulo para salir (la acaba de recuperar Filmin y se mantiene en buena forma). De las actuales me sorprendió muy agradablemente El último artefacto socialista, una producción croata que también figura en el catálogo de la plataforma barcelonesa.

Un podcast:

Tirando para casa diré que Benvinguts al Cabanyal, una producción propia de Radio Malva y la editorial Media Vaca cuya primera temporada acabamos de estrenar este mes de octubre de 2023. Realizado a partir de entrevistas a vecinos, fragmentos literarios y artículos y noticias diversas con la participación de los mismos vecinos en el apartado oral.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

Irene Blasco, si lees esto (espero que sí) ya sabes dónde encontrarme.

Una comida:

El arroz con cosas (pero con todo tipo de cosas).

Un bar de València:

La Batisfera del Cabanyal porque me paso allí la vida, disponen de librería anexa y me permiten llevar a cabo algunas de mis iniciativas musicales, radiofónicas y bibliográficas (aprovecho la ocasión para agradecérselo a sus responsables).

Una calle de València:

La calle de la alegría por la que cruzo muy a menudo cada vez que voy al supermercado y cuando voy, apesadumbrado, a ejercer mi derecho a voto. Es una arteria cabañalera que no está a la altura de su nombre y nos enseña a desconfiar de los nominalismos del poder.

Un lugar de València que ya no exista:

Los cines Albatros y el tiempo que tenía para permanecer en sus salas hasta altas horas de la madrugada.

¿Con quién te tomarías un vermut?

Con Rafa Verlanga, con el que cada vez es más raro coincidir. Queda pendiente.