Ana Císcar. Foto: Débora Barriga.

Mi nombre es Ana Císcar, y soy artista visual. Nací en Picanya hace 27 años. Siempre he tenido mucha inquietud por la lectura, el cine, la música… En casa compartíamos todas estas aficiones, recuerdo a mi madre devorar libros sin parar, y mi padre, con una gran afición a los cómics desde pequeño (hasta dibujaba sus propias historietas), nos supo transmitir a mi hermano y a mí esa pasión por el dibujo, aparte de llevarnos desde pequeños a todo tipo de exposiciones, o ver películas poco “recomendables” para nuestra edad.

Al final, decidí estudiar Bellas Artes, ya que era la opción que mejor aglutinaba todos estos intereses, y me daba el contexto para poder desarrollarlos aún más. Empecé la carrera queriendo ser dibujante de cómics, y salí de allí pintando lienzos, en parte gracias a tener profesores tan buenos como Chema López, o Mery Sales.

Antes de terminar la carrera me picó el gusanillo y comencé a presentarme a diferentes convocatorias y premios por probar, con la fortuna de ser galardonada en algunos de ellos, y empezar a participar en diferentes exposiciones colectivas, lo que hizo que me animara aún más a seguir produciendo. Destacaría, por ejemplo, el Premio Mardel de Artes Visuales del 2019, el de la Fundación Mainel en 2017, o la exposición del PAMPAM17 en el IVAM.

Actualmente trabajo con la Galería Punto de Valencia, donde ahora mismo tengo una exposición individual titulada The act of seeing with no eyes. No os la cuento y así vais a verla en directo, estará hasta el 5 de marzo, así que ya os podéis dar prisa.

Por otro lado, estoy realizando mi tesis en la UPV, con una ayuda predoctoral de la Generalitat, y dando alguna que otra clase en la universidad. Una gozada, he descubierto que me encanta la docencia.

En mi tiempo libre me gusta cocinar, ir a conciertos (cuando podíamos) y dar largos paseos con mi perrita. En las distancias cortas reconozco que soy algo tímida y muy indecisa, así que este tipo de entrevistas de escoger una sola opción entre tanto me suponen un conflicto, pero todo sea por un vermut.

 

Un disco: Es difícil escoger uno… diría el Tomorrow the Green Grass de los Jayhawks, el Harvest de Neil Young, o el primer álbum de Tom Petty, que siempre me acompañan.

Una película: Cualquiera de los Hermanos Coen.

Un montaje escénico: El concierto de Primus en el Azkena del 2011. Ahora veo las imágenes y no es nada del otro mundo, pero lo viví como un viaje.

Una exposición: Recuerdo con cariño la exposición de Hopper en el Thyssen, o también la de Harun Farocki en el IVAM, me impactó mucho.

Un libro: La conjura de los necios.

Una serie: Los Soprano.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato? Siempre me ha encantado como me retrata mi amiga e ilustradora Eva Delaserra.

Una app: Por fortuna, o por desgracia, Instagram.

Una comida: Las croquetas de puchero de mi madre, y la gachamiga blanda de mi chico.

Un bar de València: La Mandrágora.

Una calle de València: La calle Pelayo, entrar a París-Valencia, a las tiendas de cómics, y comer en los restaurantes asiáticos me encanta.

Un lugar de València que ya no exista: La Magazine.

¿Con quién te tomarías un vermut? Con mis amigos, todos juntos, ¡¡¡y sin restricciones!!!