Isa Viso. Foto: Patricia Gázquez.

Soy Isa Viso, aunque mi nombre completo es Isabel María, que solo lo usa mi familia cuando se enfadan conmigo. Soy diseñadora gráfica, publicitaria y socia fundadora de Granissat Estudi Creatiu, que fundé con mis dos socios, Josep y Lluís cuando teníamos 26 años. Después de trabajar en Barcelona en una multinacional de la publicidad, decidí volverme a València, seguir formándome y montar mi propio estudio. Soy feminista, llevo el pelo de dos colores, los labios siempre de color rojo y tengo una perrita que me enamora el alma que se llama Queso, a la que llevo dos veces por semana a practicar agility a la huerta de Alboraia.

Andaluza por bandera y valenciana de adopción me encisa el sarao, la cocina, el campo, la pintura y la danza, la pilota valenciana, la papas fritas, el olor a cilantro fresco y nunca, nunca, nunca digo que no a un almuerzo con altramuces.

Particularmente, me encanta la sensibilidad y la dedicación con la que están hechas las cosas a mano y por eso me da coraje que se idolatre en exceso la tecnología. Siento que trabajar más allá de la pantalla y de lo digital, hace que cada elemento adquiera el doble de sentido, de valor y emotividad. Por eso en Granissat, donde me encargo de la dirección artística y creativa, intento que esto esté presente en nuestro trabajo siempre que sea posible, claro. Será por eso que mi tiempo libre lo dedico a la pintura, a la decoración, la fotografía, la cerámica o la cocina.

De pequeña, mi profesora de preescolar le dijo a mis padres: “Isa es una niña que odia las injusticias” y me gusta pensar que a día de hoy y a través de mi trabajo, puedo contribuir a cambiar las cosas, a mostrar que se puede comunicar, diseñar y hacer publicidad de una manera diferente.

 

Un disco: Internacional: Black Coffee, de Peggy Lee. Nacional: Puerta de la Cânne, de Califato 3/4. Local: Gegants, de Frida.

Una película: 
A los 8 años vi Con faldas y a lo loco y me sorprendió muchísimo, me encantó. Podría decir muchas, pero a esta le tengo un cariño especial.

Un montaje escénico: Hace unos años en Edimburgo, coincidiendo con el festival Fringe vi una obra llamada HOME. Su montaje y puesta en escena me dejó flipando.

Una exposición: El museo Van Gogh de Amsterdam.

Un libro: No podría elegir solo uno. El último que he leído ha sido La història de John Carlos (Sembra Llibres). Ahora estoy con Historia Queer del Flamenco, de Fernando López Rodriguez. Pero si te digo la verdad, no hay nada que me haga más ilusión que comprarme un libro de cocina con un buen papel y olor a nuevo. Mi última adquisición Andalucía, de José Pizarro, un libro de cocina andaluza. Una maravilla.

Una serie: Juego de tronos. Si digo otra, mentiría.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato? Picasso.

Una app: Intento no pasar mucho tiempo con el móvil. Pero la que me hace más papel es la de la Conga.

Una comida: Los pimientos fritos de mi abuela Amadora. Sin dudarlo.

Un bar de València: Cent Duros. En Borbotó. No puede haber bar más auténtico. Mi familia de Jaén ya sabe lo que es un almuerzo gracias a este templo de l’esmorzar.

Una calle de València: La calle Carniceros. Siendo vegetariana, el colmo de los colmos.

Un lugar de València que ya no exista: De pequeña vivía en Patraix. Al lado de mi casa todo era huerta. Ahora son edificios. Cuando paseo por allí recuerdo aquellos campos sembrados que rodeaban aquella zona.

¿Con quién te tomarías un vermut? Con mi amiga Sonia que le encanta el vermut y como diga otra persona me mata.