Soy Laura y me gusta pensar que me dedico a las cosas que me hacen feliz, o al menos sonreír. Mi pasión está en los libros, los llenos de polvo, los que están en los estantes más escondidos o los manuscritos que deben manejarse con guantes y protegidos en atriles con cojines. Así que uno de mis lugares favoritos es la sala de “Manuscritos y Libros Raros” (literalmente, “Manuscripts and Rare Books”) de la British Library de Londres. Pero también, y no por este orden, la mejilla de mi hijo Víctor cuando se despierta por las mañanas. Cuando me miro al espejo todavía veo a la pequeña que soñaba con ser “inventora”, no de artilugios, sino de palabras, y en sus ratos libres estrella de los musicales del West End. Con estos sueños soñados, otros cumplidos y muchos por cumplir, la docencia, la investigación y, recientemente, la gestión cultural, ocupan la parte central de mis días. Mi mayor defecto y mi mayor virtud son querer exprimir cada emoción, cada experiencia y cada segundo que me regala la vida sin tener noción del tiempo. Me gustan sus recuerdos en olores, en sonidos y en las personas que recuerdan, así que el cuestionario que leéis aquí sobre mí sirve hoy sobre los recuerdos que tengo de ayer pero no sé si mañana.

 

Una canción:

“My Way” cantada por Frank Sinatra, y “Under Pressure” de Queen por los momentos y las personas que me recuerdan.

Una película:

My Fair Lady con mi padre o Rebecca, de Hitchcock, para los días de tormenta. Y sin duda Mamma Mia! para un sing along con buenas risas.

Un montaje escénico:

Ni es el mejor ni es el último, pero recuerdo con cariño A Christmas Carol, en la adaptación de Jack Thorne, dirigida por Matthew Warchus, en 2019 en el Old Vic de Londres por su uso del espacio y de la nostalgia.

Una exposición:

Mi respuesta original iba a ser Pasiones mitológicas, en 2021, en el Prado, por ser la primera que vi fuera de Valencia tras el inicio de la pandemia. Sin embargo, siendo ahora testigo indirecto, y atónita, de la irascibilidad del mundo, creo que escogería la próxima exposición que podamos ver en paz en Ucrania. Me rompe el corazón ver que, una vez más, el arte y, sobre todo hombres, mujeres y niños, deben esconderse en búnkeres y museos clandestinos para sobrevivir a la inconsciencia humana.

Un libro:

¡Depende de tantas cosas! Es imposible elegir. Beckett es apuesta segura, pero me gusta leer varios libros a la vez y escoger uno u otro en función del día o de las circunstancias. Ahora estoy leyendo Meditaciones, de Marco Aurelio; Breves respuestas a las grandes preguntas, de Stephen Hawking y Los europeos, de Orlando Figes.

Una serie:

Un entrañable descubrimiento ha sido la reciente reposición de All Creatures Big and Small. Puede dejarme sin dormir cualquier serie británica de investigación y una apuesta segura es el neo-Victorianismo (pero sin zombis).

Un podcast:

Soy tan analógica…

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

Sin duda, Alfons Mucha para uno de sus carteles. Tampoco me hubiera importado ser musa prerrafaelita.

Una comida:

La tortilla de patatas de mi madre y el arroz con longanizas de mi tía.

Un bar de València:

Cualquiera con buena compañía.

Una calle de València:

La calle Sevilla en marzo, cuando huele a pólvora.

Un lugar de València que ya no exista:

La Plaza Redona, la de antes.

¿Con quién te tomarías un vermut?

Con Leonardo da Vinci, Stephen Hawking o Gandhi, quizás su mirada me ayudara a comprender qué nos está sucediendo.