Me llamo María Salguero Salas aunque mucha gente me conoce como Nina Anodina, nunca sabes hasta qué punto puede trascender el pseudónimo tontorrón que elegiste en Facebook allá por el 2008. Soy alicantina (villenera) de cuna pero llevo casi la mitad de mi vida bambando por València. Viví tres años en Madrid y otros tres en Barcelona pero las garras de la terreta son implacables y he de decir que, hoy por hoy, no viviría en ningún otro lugar. Tengo la suerte de estar rodeada de una fauna artístico-festiva talentosísima que me da la vida y que no cambiaría por nada del mundo.

Soy directora de escena, dramaturga y actúo cuando no queda otra. Llevo siete obras estrenadas y de mis propuestas se puede deducir que me interesa abordar la discordancia entre la soledad tecnológica que habitamos frente a la naturaleza gregaria del ser humano, las conductas disfuncionales propias de la era digital, las filias y fobias posmodernas o cuestionar los nuevos mitos y deidades a las que veneramos e idolatramos en la actualidad. Otra de las particularidades que definen mi trabajo en Colectivo Miss Panamá, la compañía que dirijo junto a mi amiga la escenógrafa Blanca Añón, es experimentar con el rol del público llegando incluso a convertirlo en protagonista de la acción dramática, sea transformándolos en “los elegidos” de una secta, en turistas con audio-guías, en clientes de webcams eróticas, en oyentes de una radio en la que han de dedicar canciones… Creo que el público es una cantera inagotable de posibilidades escénicas que experimentar y en esas ando metida.

Lo cierto es que, últimamente, tengo una relación de amor-odio con el teatro, es bastante más fácil verme en conciertos que en el patio de butacas. Estoy muy desencantada de lo complicado que resulta sacar una obra de València y de que el trabajo de todo un año se quede en el estreno de un fin de semana y poco más… Así que de momento estoy tendiendo a diversificar con proyectos de gestión cultural, podcast y música. Soy cofundadora del Concurso Internacional de Fotografía Helie Memorial, que este año ha clausurado su décima edición con una imponente exposición protagonizada por premios nacionales de fotografía. Por otro lado, codirijo junto con Silvia Pérez (Silvi Tron) el podcast Radio Topanga en el que invitamos a mujeres del panorama cultural valenciano a charlar sobre sus proyectos y compartir inquietudes mientras nos tomamos unos vinos… ¡Ah! y también soy la vocalista de Carvento Felana, una banda de electrónica delirante junto con José Guerrero (José Mascarpone) con la que ¡nos vamos de gira por Europa la semana que viene!

 

Una canción:

Pues mira, me iba a poner en plan melómana a comentar mis últimas adquisiciones en Discos Oldies, pero os voy a confesar que la canción más buscada en mi spotify últimamente es, no me preguntes por qué, Axel F de Crazy Frog. Temazo icónico de discomóvil dosmilero cantado por una rana que va a toda velocidad en una moto imaginaria y que me representa totalmente si atendemos al subtexto de la letra, ¡claro está!

Una película:

La última que me ha fascinado tanto como para revisarla escena por escena nada más acabarla ha sido Titane. Me declaro fan incondicional de Julia Ducournau y de su universo post-cronenbergiano de carne, aluminio, identidades transgredidas y BSO finísimas.

Un montaje escénico:

Várvara, de Bárbara Sánchez. Lo vi en La Mutant el año pasado y me maravilló. Se trata de una revisión feminista del arquetipo de María Magdalena a través de la mística del éxtasis y la cultura valenciana del Bakalao. Nada podía fallar.

Una exposición:

Musas Insumisas. Delphine Seyrig y los colectivos de vídeo feminista en Francia en los 70 y 80. En el Reina de Sofía hará un par de años. ¡Brutal!

Un libro:

Voy a hacer trampa y te voy a decir mis tres favoritos de este año. A nivel local, Gordo de Porcelana, de mi amiguísimo David Pascual (Mr. Perfume) y Dicen los síntomas, de mi querida Bárbara Blasco Grau. Y a nivel internacional, el mejor regalo literario que me han hecho en mucho tiempo; Claus y Lucas, de la escritora húngara Agota Kristof. Una bomba lapa en el estómago…

Una serie:

How To with Jonh Wilson. Imperdible poesía visual de la extrañeza de lo cotidiano.

Un podcast:

Radio Topanga, cómo no, ¡barriendo para casa! Y Cualquier tiempo pasado fue anterior, con la inigualable Nieves Concostrina.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

La ilustradora polaca Aleksandra Waliszewska. Le encargaría un retrato de familia; Yo con mis dos perros y mis dos gatitas aunque conociendo su obra, seguramente aparecerían devorándome…

Una comida:

Las paellas a la leña de mi ex (emoji de corazón).

Un bar de València:

El Aquarium, donde confluyen todas las Valencias de ayer y hoy.

Una calle de València:

El Pasaje Subterráneo de la Gran Vía. Paso por él casi a diario y me sigue fascinando cómo inocula poder a sus transeúntes. Todos y todas somos potencialmente peligrosos o inquietantes ahí abajo durante el minuto que tardamos en cruzarlo. Es muy fílmico, sobre todo por la noche donde los cruces de miradas desconfiadas y el eco de las pisadas convierten el camino de vuelta a casa en un thriller apasionante. Además, siempre que paso fantaseo con recrear la escena del pasaje de Possession, de Andrzej Zulawski. Una de mis películas favoritas de todos los tiempos.

Un lugar de València que ya no exista:

Magazine y Umbral, análogos templos desaparecidos del punk y la electrónica respectivamente. Fueron el caldo de cultivo y el segundo hogar (o incluso el primero) de las mejores bandas del panorama valenciano underground actual y de las que somos carne de conciertos.

¿Con quién te tomarías un vermut?

Con Virginie Despentes, aunque creo que ya no bebe, ¡así que me tomaría el suyo y el mío ronda tras ronda!