Vicent Marco. Foto: Francho Lázaro Aznar.

Mi abuela me llama Vicente, mis amigos Vicent, en el trabajo Marco y en DNI mis padres tuvieron la santa idea de bautizarme como Vicent Ferrer. Soy periodista de formación, y sigo practicando el periodismo cultural y gastronómico que compagino con escribir guiones para televisión, y publicar libros. Ya van nueve, nostálgicos como Les Boles del Drac, infantiles como Julia y el Viento, folclóricos como De Categoria (Internacional) y culturo-gastronómicos como el más reciente, Esmorzars Valencians, también en castellano Almuerzos Valencianos. Como me definió el compañero Fernando Miñana, “Vicent es un periodista de poble que le ha pillado el punto a la ciudad”, me gusta pensar que acertó. Aunque algunos quizá me recuerden por mi etapa de periodista deportivo, desde que soy padre he cambiado Mestalla por los toboganes, los sobresaltos suelen ser similares.

Una canción:

«Boomerang», de Manel sería mi elección actual, por su nostalgia, los buenos momentos que he pasado escuchándola y porque es de las pocas que se me sé de carrerilla y se la cantaba a modo de nana a mi hijo. Aunque como preveo que va a pasar con todo el cuestionario, es imposible escoger sólo una, y un día me siento más «Ready to Start», otro «Mr Bobby» y al día siguiente «Get Back».

Una película:

El milagro de P. Tinto, porque es mucho más difícil hacer reír que hacer llorar.

Un montaje escénico:

Me visita con asiduidad el recuerdo de la obra May B, de la compañía Maguy Marin, que programó el Festival 10 Sentidos en 2017. Una delicadeza sobrecogedora.

Una exposición:

Solía burlarme del amor de mi esposa Isabel por Jackson Pollock, hasta que en el Museo de arte Contemporáneo de Chicago entré en una sala donde te rodean, y me provocaron ‘pelle di oca’ instantánea, casi un Stendhal. Como exposición al uso, el monográfico de Modigliani en el Museé de Luxembourg que pude visitar en París durante mi Erasmus, allá por el 2002.

Un libro:

Sin noticias de Gurb, de mi admirado Eduardo Mendoza fue, en parte, el que me metió el gusanillo en la adolescencia de la lectura crítica.

Una serie:

This is Us, me ha hecho reír y llorar en todas sus temporadas, varias veces.

Un podcast:

Ferits de Lletra. Si alguien me tiene que dar un disgusto, que lo haga con la voz de Miralles.

¿Quién te gustaría que te hiciera un retrato?

Que me haga una foto James Rhodes, que así además aprovecho y le conozco. Aunque bien pensado, un lienzo de María Herreros sería massa pa la carabassa!

Una comida:

Pimientos rellenos de arroz de mi abuela Consuelo.

Un bar de València:

Depende de la compañía, Sushi Cru, Il Bocconcino y La Pilareta son mis tres comodines. Y para almorzar en Bodega J. Flor.

Una calle de València:

Carrer Quart, entrando desde las torres hasta llegar a la Seu, un martes de enero a eso de las 5:30 h.

Un lugar de València que ya no exista:

Me da pena pasar por Casa Vella y verlo en obras, pero ese comentario queda muy Noruega. A veces añoro un río que no conocí y me imagino la ciudad amurallada.

¿Con quién te tomarías un vermut?

Pues como pedir es gratis, con Paul McCartney… y de paso que se apunte también Yoko Ono.