Ana Roussel no es muy de biografías, cree que con mostrar su trabajo ya es suficiente y si te identificas con él por el motivo que sea, ella ya se da por satisfecha y por presentada. Estudió psicología y Bella Artes, y aunque nunca ha ejercido como psicóloga, es fácil conectar con los rasgos psicológicos de su producción. Últimamente, además de continuar con el grabado, la fotografía y el dibujo, está intentando sacar a flote Ona, un proyecto dirigido a los más peques de la casa, en el que el linograbado es el protagonista.
Una calle para… Mujeres Libres
Nada más recibir la propuesta empecé a pensar en nombres de calles y sus protagonistas. “Ellos”, muchos, y “ellas”, muchas menos. Además, podemos ver que las calles de las ciudades están dedicadas a escritores, santos, militares… de mayor o menor honorabilidad. Pero, ¿existen calles dedicadas a colectivos, a humoristas, a artistas marginales? Me parece que muy pocas, por lo tanto, mi elección irá en este sentido.
Me gustaría dedicarle una plaza, calle o avenida al colectivo de Mujeres Libres. Fue una agrupación de mujeres que existió entre abril de 1936 a febrero de 1939, durante la Guerra Civil Española. Una organización anarquista, libertaria y emancipadora, que llegó a tener 20.000 afiliadas, y que contribuyeron a promover la educación y la igualdad, y que las mujeres fuéramos parte activa en la toma de decisiones laborales, sociales y personales.
Sería una calle, un lugar con muchos árboles, limpio, colorido, con murales o espacios intervenidos por los vecinos y por supuesto, sin coches. Aunque bueno, esto lo extendería a todas las calles, avenidas y plazas del mundo. En definitiva, será una calle en la que las personas serían las protagonistas, disfrutando y utilizando el espacio público.
El lugar que me hubiera gustado elegir es el de la antigua cárcel de mujeres, C/ Castán Tobeñas, pero se me ha adelantado el ayuntamiento y ahora se llama C/ de la Democracia. Me doy por satisfecha