Andrea Narbón con sus perras

Andrea Narbón con sus perras. Foto: Maria Mira

¿Qué?

Bocavolcan, además de una marca de joyería artesanal, me gusta pensar que es un laboratorio donde todo puede ser, un espacio abierto a las posibilidades artísticas y creativas que la joyería ofrece.

Nace tras un viaje a Lanzarote en 2015 y se inspira en la fuerza de la naturaleza y en la atracción hacia lo más salvaje y primario que reside en las formas orgánicas. Bebe del concepto, el arte, el diseño y la tipografía pero también de la experimentación más pura y la intuición.

Las joyas son objetos que nos acompañan, les damos un significado, están en contacto con nuestro cuerpo y las cargamos de valor sentimental.  Bocavolcan pretende que la joyería sea ese vehículo precioso y preciado en el que poder construir un diálogo y un lenguaje.

Andrea Narbón

El taller de Bocavolcan. Fotos: María Mira

¿Quién?

Andrea Narbón es quién está detrás de este proyecto. Formada en Magisterio de Primaria y Educación Física, Diseño Gráfico y Joyería, he trabajado en el ámbito deportivo y educativo y, en definitiva, en empleos muy alejados del mundo artesanal mientras he seguido formándome.

No salgo de casa sin libreta y boli, y mi bici, sin duda, mi mejor aliada a la hora de desplazarme a todos los sitios que se necesitan para ver una pieza finalizada, que no son pocos. Me lo paso muy bien sobre todo en los procesos de conceptualización y experimentación y me motivan las propuestas retadoras.

Foto: María Mira

¿Lo próximo?

Primero y principal seguir haciendo y aprendiendo de este oficio que tanto respeto, que tanto me gusta y me divierte. Creo que ya no me queda año para todo lo que quiero hacer y todo lo que ya viene este 2024. La acogida desde que Bocavolcan tiene tienda-taller en el Mercado de Tapineria ha sido inesperadamente abrumadora.

Fotos: Andrea Narbón

Este año viene cargado de piezas nuevas, colaboraciones artísticas, encargos personalizados y un par de proyectos personales guardados en la recámara que espero poder retomar.

Además hay algo que me tiene especialmente emocionada: los talleres de joyería enfocados a los dos colectivos más auténticos y que más me gustan: los niños y las personas mayores.