¿Qué?
La seiscuatro es un taller de técnicas tradicionales de impresión y encuadernación artesanal. En definitiva, hacemos todos los trabajos en papel que no sabes dónde encargar.
Inauguré en 2012 siendo un taller de edición de grabado pero poco a poco se fue liando. Lo que sí que tenía claro es que la formación iba a ser uno de sus pilares, y que iba a traer a Valencia a todos esos profesionales del grabado y del papel que no había en mi ciudad.
Comencé con dos tórculos (el tipo de prensa que utilizaba Goya o Rembrandt para reproducir sus grabados) y en seguida me fui haciendo con más material: una guillotina y una prensa vertical para poder encuadernar, luego vinieron los tipos móviles de madera, el gato y la futura en plomo, después la minerva para imprimir letterpress, etc.
Y toda esta cacharrería con la que pretendía hacer proyectos artísticos empezó a a abrir diferentes caminos. La gente que pasaba por la puerta empezó a encargarme sus álbumes de fotos y ediciones de pequeñas novelas; las empresas sus tarjetas de visita y las cartas para los restaurantes del barrio. Y con el tiempo el tipo de encargos fue cambiando, ahora hacemos muchos prototipos para empresas que luego reproducirán a gran escala, pero que buscan un acabado más cuidado. Luego me dicen, ¡la tuya estaba mejor! Y les digo, pues habérmelas pedido todas a mí. Pero es cierto que somos un taller pequeño y artesanal, y aquí los tiempos son otros.
¿Quien?
Soy Eva Mengual, nací en Valencia y me he quedado aquí. Como no existía en mi ciudad un lugar en el que quisiera trabajar me lo inventé, y abrí mi propio taller artesanal de impresión y encuadernación. Estudié Bellas Artes en la facultad de San Carlos y luego hice un máster para alargar. Cuando lo acabé estábamos en plena crisis del 2008, crisis de verdad, no como la del covid. Veías familias en la calle porque el banco se había quedado con su casa y ahí no había trabajo ni oportunidades ni nada.
Ahora veo la gente cómo acaba de estudiar y en seguida encuentra trabajo aunque sea de cualquier cosa y jo, ¡cómo me alegro! Pero a los que acabamos en el 2008 y veníamos de las Bellas Artes nos costó mucho engancharnos al mundo laboral, y yo, que quería ser artista (cómo no), empecé a presentarme a todos los concursos de grabado.
Me gustaba la técnica del grabado porque soy muy indecisa, y es una técnica que te obliga a tomar decisiones y no se puede volver atrás. Una vez el ácido se come el metal apechugas con lo que hay, y sino funciona, ya te las ingeniarás para darle forma.
Eva Mengual. Foto: Maite Bäckman
Empecé a viajar a otras ciudades para formarme haciendo cursos de grabado y así me enteré de que esto era una profesión, y de que existen técnicos que tienen un espacio al que acuden los artistas para hacer sus ediciones. Depende del artista a veces ni toca un papel y el técnico se encarga de todo el proceso: hacer la plancha, pruebas de estampación, la edición…
Entonces se me abrió un mundo y decidí abrir mi propio taller en Valencia, ya que aquí no había ningún otro taller de edición de obra gráfica profesional.
Fue montarlo y entender porqué no existía… el tema no daba de comer, así que fui ampliando el negocio a lo que la gente me pidiera ¿me encuadernas este libro? Sí. ¿Me arreglarías este libro que heredé de mi abuela? Pues claro. Y aunque no cunde, la verdad es que me encanta que cada proyecto que hago no tiene nada que ver con el anterior.
¿Lo próximo?
Tengo por imprimir unos tarjetones de una boda, estamos cerrando el proyecto para encuadernar el catálogo de una marca de moda y está por coser un libro de recuerdos de un padre para su hija que le regalará en su próximo cumpleaños. Dice que como no pueden pasar mucho tiempo juntos no quiere que se olvide de nada.
Taller de Neuland y linóleo
