«Academia Rushmore» (Wes Anderson, 1998).

Cinema Jove vuelve a clase proyectando, por segundo año consecutivo, una selección de títulos ambientados en el espacio físico donde más tiempo pasa una parte relevante de su público: el instituto. El ciclo High School, segundo curso reúne nueve largometrajes cuyas tramas están contextualizadas en centros de educación secundaria, donde sus alumnos engrosan tanto su currículum académico como vital. La propuesta está en consonancia con los valores de juventud del festival internacional de cine, ya que su público habitual son jóvenes de entre 18 y 40 años.

La cita será del 24 de junio al 2 de julio en el Espai Turia, un espacio al aire libre acondicionado en el número 15 de la calle Conde de Montornés. Previamente a algunas proyecciones, se ha programado animación musical a cargo de reconocidos diyéis de la escena valenciana.

La identidad sexual, los efectos de la inmigración en las aulas, el acoso escolar, la formación de una conciencia política y las relaciones de poder entre profesores y alumnos se abordarán en un crisol cinematográfico que es diverso tanto en los temas que aborda como en la procedencia de sus títulos. En su mayoría son películas facturadas en EE.UU., pero también hay miradas a la adolescencia en Alemania y Francia y Rusia.

El cineasta ruso Kiril Seréberennikov, disidente del régimen de Putin, propone en El estudiante una reflexión sobre el fanatismo religioso. La inquietante película traslada la trama de la obra homónima de Marius von Mayenburg de Alemania a la Rusia contemporánea. El director de cine y teatro estuvo bajo arresto domiciliario durante 20 meses por malversación de fondos, aunque muchos leyeron en esta acusación un castigo a las reprobaciones en su cine tanto al Estado como a la Iglesia ortodoxa y las áreas más conservadoras de la sociedad de de su país.

En los otros dos casos se han propuesto planteamientos que replican sistemas políticos en el aula. En el caso de la francesa La clase, por la que Laurent Cantet se alzó con la Palma de Oro en Cannes en 2008, el profesor y novelista François Bégaudeau interpreta una versión de sí mismo mientras negocia durante con sus alumnos, un grupo de adolescentes de diversas etnias de un conflictivo barrio parisino que a lo largo del curso aprenderán qué es la democracia a pequeña escala.

La ola (Dennis Gansel, 2008), por su parte, es una ficción que replica el caso real de un experimento realizado por un profesor de instituto para demostrar a sus estudiantes cómo es la vida bajo un régimen dictatorial. Su lección práctica sobre la autocracia se sale de control cuando sus aplicados pupilos forman una unidad social con vida propia.

High School, segundo curso recupera un hito generacional de los años ochenta El club de los cinco (John Hughes, 1985), protagonizada por cinco estudiantes castigados un sábado que reparan en todo aquello que tienen en común a pesar de sus discrepancias de intereses y estilos. «Don’t You (Forget About Me)», de Simple Minds, fue elevada a himno gracias a la banda sonora de esta comedia juvenil.

Similar interés suscita la comedia que inaugura el ciclo, Academia Rushmore (1998), ópera prima de Wes Anderson protagonizada por dos de sus actores fetiche, Jason Schwartzman y Bill Murray.

También forma parte de la programación Clueless (Fuera de onda) (Amy Heckerling, 1995), donde la trama de la novela de Jane Austen Emma se traslada de la Inglaterra victoriana a un instituto de Beverly Hills de los noventa con la moda y la imagen como baremos de la popularidad social.

No es el único film del ciclo que tiene como punto de partida los libros. Tanto Con amor, Simón (Greg Berlanti, 2018) como A todos los chicos de los que me enamoré (Susan Johnson, 2018). La primera se basa en la novela de Becky Albertalli Simon Vs. The Homo Sapiens Agenda sobre un adolescente cuyo mayor temor es revelar su homosexualidad a su familia y a sus amigos. La segunda se inspira en la primera entrega de la saga literaria de Jenny Han, acerca de una chica cuyas secretas cartas de amor salen a la luz provocando estragos en su vida.

Por último, Peter Chbosky debutó en el cine con la adaptación de su propio libro homónimo Las ventajas de ser un marginado (2012), un retrato generacional que incide en las dificultades de socializar y de hallar tu propia identidad. La película, protagonizada por Emma Watson y Ezra Miller, resultó ganadora del premio a la mejor ópera prima en los Independent Spirit Award. Tras la proyección, y por tratarse del último día, tendrá lugar la Fiesta Fin de curso, que a la vez es una fiesta de clausura del conjunto del festival.

 

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