El Festival 10 Sentidos transforma los Jardines de Viveros en un recorrido performativo sobre migración, cuerpo y diferencia.

El próximo miércoles 21 de mayo, a partir de las 18:00 h, los Jardines de Viveros de València acogerán una jornada del Festival 10 Sentidos centrada en las artes del cuerpo y la reflexión social. Bajo el título Landscape, interludios y otros cuerpos. Recorrido poético en el jardín, el programa reúne cuatro piezas que abordan la migración, la fragilidad del cuerpo y la otredad desde diferentes lenguajes escénicos.

El recorrido comenzará con Llars Invisibles, de la compañía Fil d’Arena, una obra coreográfica que toma como punto de partida la situación del pueblo palestino. Mediante una puesta austera, la pieza plantea una reflexión sobre el desplazamiento forzado, la pérdida del hogar y la persistencia de la memoria en contextos de violencia y desarraigo.

La segunda propuesta, Lost Solos, llega de la mano del dúo Atacama. En esta creación, la imagen de aves migratorias solitarias sirve como metáfora de quienes transitan caminos alejados de lo colectivo. A través de un dispositivo escénico íntimo, la obra interroga si esta ruptura con el grupo responde a una herida interior o a una forma singular de existencia.

El recorrido incluirá también la presentación del proyecto de Andrés García Martínez, artista residente en Marsella vinculado al espacio Le Tokonoma, quien ha participado en la residencia Hort Art + Festival 10 Sentidos + Institut Français. Esta iniciativa impulsa la movilidad de creadores franceses en contextos rurales valencianos, y promueve la investigación artística en danza contemporánea y artes del cuerpo. En València, García Martínez compartirá parte del proceso creativo desarrollado durante su estancia en Faura, tras una trayectoria que combina formación clásica y contemporánea con colaboraciones internacionales.

La jornada culminará con Cicatrius, una pieza de danza-teatro de Vero Cendoya. Interpretada por seis bailarines y acompañada de música en directo, la obra toma como punto de partida el proceso de cicatrización física para explorar, desde una mirada poética y política, las marcas visibles que dejan las heridas personales, sociales y planetarias. Con un dispositivo itinerante que remite a rituales festivos antiguos, Cicatrius plantea una reflexión sobre la alteridad, la identidad y la capacidad de transformación del cuerpo contemporáneo.

El acceso al recorrido se realizará por la entrada a los Jardines de Viveros en la calle Jaca, y la jornada promete una experiencia escénica inmersiva que conjuga naturaleza, pensamiento crítico y creación artística.