La exposición Art rupestre en la terra d’Arnhem, Austràlia, invita a los visitantes del Museu de Prehistòria de València (Mupreva) a descubrir una de las tradiciones rupestres pintadas más longevas y continuas de la historia de la humanidad. A través de sus cinco ámbitos se puede descubrir la riqueza y complejidad de esta tradición artística y su relación con el paisaje, la sociedad y la cultura aborigen.
La muestra está comisariada por Inés Domingo, investigadora del ICREA y de la Universitat de Barcelona, especialista en arte rupestre prehistórico y etnoarqueología, y por la arqueóloga y antropóloga Sally K. May de la University of Adelaide, especialista en arte de las poblaciones aborígenes del norte de Australia. Y se podrá visitar hasta el 29 de enero de 2023.
La exposición presenta los diferentes estilos y temas del arte rupestre de la Tierra de Arnhem a través de escenografías proyectadas por el arquitecto Miguel Ángel Navarrete y construidas en el taller artesano de Vicent Vendrell. El resultado es una singular simbiosis entre el arte aborigen y el saber hacer artesano valenciano, dos tradiciones en las cuales el binomio maestro/aprendiz es fundamental en el proceso de aprendizaje.
Los aborígenes
Los aborígenes definen el arte como una puerta de entrada a la cultura, utilizada durante miles de años para transmitir sus tradiciones y creencias de generación en generación. El arte rupestre es un relato visual del tiempo de la creación, aunque también incluye imágenes cotidianas. Tanto el arte como las creencias y las prácticas socioculturales vinculadas a él (ceremonias, danzas, relatos y canciones) se fundan bajo el concepto de Djang, palabra local que se traduce vagamente en inglés como Dreaming (Tiempo de los Sueños). El Djang hace referencia a las creencias, valores y sistemas de conocimiento que articulan la vida social de estos grupos, y que unen pasado y presente. Durante el pasado ancestral, los Seres de la Creación, conocidos como Nayuhyunggi, recorrieron el territorio modelando el paisaje y creando vida a su paso.
También crearon la población, así como sus lenguas, leyes y prácticas socioculturales y religiosas. Al finalizar la creación estos seres no desaparecieron, sino que se mimetizaron con el paisaje bajo la forma de rocas, ríos, árboles o incluso pinturas rupestres.
Ámbitos de la exposición
El primer ámbito nos traslada a la colonización de Australia y el origen del arte rupestre. La arqueología indica que la ocupación de Australia se produjo entre hace 65.000 y 50.000 años. El arte rupestre figurativo de la Tierra de Arnhern empezó hace al menos 28.000 años. Su evolución temporal ilustra sucesivos cambios culturales y medioambientales. En los últimos 400 años, a los estilos tradicionales se sumaron imágenes de contacto que registran encuentros con varias poblaciones foráneas (navegantes indonesios, exploradores europeos, colonos británicos y misioneros). Hoy, los abrigos rupestres son como una enciclopedia ilustrada de la historia y la mitología aborigen.
El segundo ámbito nos traslada a los paisajes del Tiempo de los Sueños. La Tierra de Arnhem y el Parque Nacional Kakadú son un territorio de clima monzónico que constituye un área de refugio muy importante para la flora y fauna de la región y una fuente de recursos para los humanos. Estos paisajes albergan, además, una singular pinacoteca al aire libre, con obras maestras de múltiples generaciones de artistas que evocan la creación, el Djang, la cultura y las tradiciones ancestrales.
El tercer ámbito desgrana el proceso de producción artística. Para los aborígenes, la creación artística entraña algo más que una serie de técnicas, materias primas y herramientas. El propio proceso de creación es un acto de conexión con la cultura. Mientras pintan, los artistas conectan con su tierra natal y sus ancestros a través de los temas representados, de los lugares elegidos para pintar, e incluso de los materiales que utilizan. Todos ellos guardan un estrecho vínculo con el Djang.
Un cuarto ámbito enlaza Etnoarqueología y arte rupestre. La información etnográfica es clave para comprender el significado del arte aborigen y la variedad de contextos en los cuales se utiliza esta forma de comunicación visual. Esta información también confirma la dificultad de interpretar el arte de otras culturas sin la ayuda de sus autores o de registros escritos. La invasión europea de Australia tuvo un fuerte impacto en las formas de vida tradicionales. Pero la declaración de la Tierra de Arnhem como reserva aborigen en 1932 permitió cierta continuidad cultural.
El último ámbito nos acerca al arte aborigen en el siglo XXI. Las manifestaciones artísticas que se producen hoy en la Tierra de Arnhem continúan estrechamente relacionadas con las tradiciones rupestres anteriores y con el Djang, el sistema de creencias culturales de estas poblaciones. Hoy en día, artistas y artesanos mantienen protocolos estrictos que establecen lo que cada artista puede pintar y un sistema tradicional de aprendizaje que guía al artista en formación a través de las narraciones culturales que tiene que conocer para poder expandir su repertorio artístico. Incluso cuando producen arte para venderlo al público, los artistas están reafirmando sus ancestrales conexiones.