La suya es una de las propuestas más necesarias y refrescantes que han aparecido en València después del confinamiento. Porque o se cuida la base o no habrá futuro. Desde Orbis Vacui lo tienen muy claro. Son «un proyecto de difusión sociocultural de artistas emergentes». Nos lo cuenta Juan de Dios Hernández (Valencia, 1999), estudiante de Historia del Arte, una tarde primaveral, en la terraza del MuVIM. Es su creador. Nació como una web cultural y acabó mutando en lo que es ahora, centrado en la creación y gestión de eventos. Recientemente, el MOV en Veles e Vents. «Me gusta decir que se gestó en confinamiento y nació en pandemia», aunque realmente a finales de marzo del fatídico 2020 ya debutó programando en Espai Llimera. El aviso del encierro le pilló de camino a una reunión con una empresa de interiorismo para hacer una escenografía. El siguiente capítulo ya lo conocemos todos porque lo protagonizamos en primera persona.
Orbis Vacui se llama Orbis Vacui por un libro. O al menos en parte. «Estaba buscando un nombre y me puse a mirar libros de mi habitación a ver qué se me ocurría. Vi Orbis sensualium pictus, de Iohannes Comenius, que es uno de los primeros diccionarios ilustrados, y dije¡ adelante!. Lo de Vacui viene por horror vacui. Le puse ese apellido para que fuese un nombre compuesto, me pareció más bonito».
Un vistazo a su instagram sobra para comprobar que no paran («hacemos eventos todos los meses, cada dos semanas») y, también, el caracter multidisciplinar del proyecto. «Trabajamos con diversas disciplinas como el teatro, la música, la moda, la poesía, la danza…, hacemos conciertos, exposiciones, desfiles….». Esa variedad tan estimulante no siempre es entendida hasta que se conoce. «Tienes que venir para entenderlo. No solo lo nuestro, sino cualquier proyecto multidisciplinar tiene ese problema que se acaba convirtiendo, al final, en una virtud».
Dar voz, visibilidad y oportunidades a quienes están empezando. Curiosamente, los que más lo necesitan y, generalmente, los más ignorados. «Queremos ser su altavoz. La idea es crear como una red de sinergias entre artistas y sus diferentes públicos. Es muy interesante ver en los eventos cómo se juntan esos públicos. Es verdad que muchas veces vienen a ver a sus colegas y cuando acaban se van, pero por intentarlo que no quede, vamos a seguir trabajando en esa dirección».
Hasta ahora han hecho parada en Veles e Vents, Oven Club, la cafetería del Rialto, Loco Club, la Plaza del Ajuntament, La Escuela de Ruzafa, La Pinada, CSO La Gamberra, Mat32, La 3 o las salas de Exposiciones de Orriols y Campoamor. No tienen una sede fija. «Ahora estamos, por ejemplo, en el Veles e Vents que es un espacio muy grande y se pueden hacer muchas cosas. Ahí tenemos carta blanca para organizar un montón de actividades». ¿El futuro ideal? «Tener un espacio grande tipo La Casa de la Mar o algo así, para nuestros propios eventos».
La palabra precariedad aparece en varias ocasiones durante la conversación. De hecho, Juan no duda ni un segundo cuando se le pregunta cuál está siendo la mayor dificultad para sacar adelante el proyecto. «El dinero. Yo me he dado de alta como autónomo hace poco y hay muchas cosas que pagar. Y esto es ganar poquito para reinvertir y si te sale mal pues pierdes y vuelta a empezar y así todo el rato. El dinero es el problema fundamental de cualquier proyecto que está empezando. Hay muchos otros, por supuesto, por ejemplo, la repercusión, al tratarse de artistas emergentes. Y, también, hay salas que ponen muchas pegas a las cosas que queremos hacer, alguna incluso rechaza cierto tipo de música».
En el otro extremo, el de las satisfacciones, destaca, por un lado, «ver cómo las personas que trabajan en Orbis se van formando y consiguen objetivos. También comprobar cómo los artistas se dan a conocer gracias a nosotros. Por ejemplo, a Holistiks los programamos en el Veles e Vents y les han confirmado para el Pirata Beach Fest. O Jimena Amarillo, que hace un año o año y medio tocó en uno de nuestros eventos y ahora lo hace por toda España».
Orbis Vacui no es solo un proyecto cultural, también tiene un componente social. «Hacemos diversos tipos de actividades como charlas, coloquios, exposiciones… hicimos en la Universitat de València un hackathon con dos dragqueens que fueron a hablar de sus vivencias. Al acabar una de las drags me comentó que se le había acercado una de las personas del público para decirle que se había redescubierto a partir de lo que habían contado. Eso me parece muy bonito, una pasada».
Uno de sus objetivos es la profesionalización. Otro punto a su favor, no entienden esto como un hobby. Aún no han conseguido esa ansiada rentabilidad económica, pero en cuanto a estructuras y trabajo no tiene nada que envidiar a nadie. El equipo lo forman trece personas («nacidas entre 1997 y el 2000, y sin haber estudiado gestión cultural»), dentro del proyecto hay Departamentos como los dedicados a Recursos Humanos o Marketing, y Disciplinas como las ya mencionadas de música, poesía, moda… «Hacemos reuniones generales cada dos semanas, la directiva nos juntamos y hablamos de programaciones, espacios, objetivos y a partir de ahí llegamos a las líneas generales. Después eso se desgrana y se convocan reuniones disciplinares o departamentales». Además, para evitar contratiempos de última hora, existe la figura del familiar que no hace falta que lo sea como tal. «Cada miembro de Orbis tiene uno. Cuando, por lo que sea, no puedes asitir al evento o no puedes desarrollar tu labor, llamas a tu familiar y ocupa tu lugar».
Reconoce que @cero.en.conducta son «por supuesto, un referente para nosotros en València». Avisa que «hasta el mes de agosto van a hacer eventos muy chiquitines, lo fuerte llegará con el nuevo curso a partir de septiembre». Y si se le pregunta por alguna asignatura pendiente responde con una sola palabra: sponsors, «es lo que nos falta para llegar a ese punto de profesionalización que buscamos». Teniendo en cuenta que el público potencial de Orbis Vacui está «entre los 18 y 28 años, más o menos», cuesta entender que las marcas no estén llamando a su timbre con insistencia.
Acabamos como si Orbis Vacui fuera una película, o mejor una serie con muchos capítulos por emitir, con los títulos de créditos del proyecto, porque Juan de Dios Hernández coordina y dirige, pero no está solo: Evarist Caselles (Dirección general, Programador musical), Ana Vázquez (Dirección general, Departamento de finanzas), Elsa Moreno (Programadora artes escénicas, literarias, danza y performativas, Jefa de RRHH), Heda Bermudo (Programadora audiovisual, jefa de producción), Roberto Riccardo (Programador Artes Plásticas), Elvira Martínez (Jefa de RRSS, departamento de comunicación), Guillem Magraner (Ayudante de producción, programación de música), Paula Mendieta (Programadora de moda, Jefa de comunicación), Gomet Verd Estudi (Manel) (Diseñador gráfico jefe, departamento de comunicación), Carmina Ten (Programadora de Artes Plásticas y moda), Clara Blasco (Programadora de artes plásticas, departamento de comunicación) y Celia Barreña (Jefa de prensa, departamento de comunicación).