Carlos Rubio es diseñador. Él y Noelia Terrer son Ladies & Gentlemen. Carlos tiene una mirada propia, que consigue al mismo tiempo que sea reconocible (en forma y fondo). En sus trabajos hay una querencia por la elegancia y el buen gusto creativo deliciosamente obsesiva. Le gusta jugar con las letras, con el lenguaje, con las ideas, con el significado de las cosas, con los estados de ánimo, con los recuerdos, para dotar de equipaje y recorrido al mensaje que quiere transmitir.
Le pedimos que compartiera con Verlanga sus inspiraciones e influencias, a partir de las cuatro primeras letras del alfabeto. Aquí tenéis su ABCD:
A
La A es la primera letra del abecedario. Lo que me lleva al siguiente pensamiento: la primera idea casi siempre es la mejor. De esto me di cuenta hace muchos años. Tantos que hasta me daba vergüenza decirlo en público por temor a parecer un vago. Con el paso del tiempo y de los años de profesión (28 ya, empecé pronto) no sólo ya no tengo miedo a afirmarlo sino que lo confirmo. Eso de que hay que tirar muchas ideas a la papelera antes de tener la buena es una gran mentira. La papelera la uso para tirar basura. Niños y niñas que estáis empezando: haced caso a la primera idea, suele ser la más fresca.
B
Bass
Reconozcamos que muchas de las cosas que hacemos ahora nos recuerdan a él. Algunas son incluso homenajes (plagios sin pudor). Saul Bass (1920-1996) es un tipo que ha hecho, en comunicación gráfica, todo mucho antes que tú y que yo. Un tipo que da rabia de lo bueno que es. Provenía de la publicidad y eso se notaba en sus trabajos ya que no era un diseñador limitado únicamente al aspecto visual.
Cada vez que veo una serie en Netflix me acuerdo de él cuando aparece el cartelito ese al principio de cada episodio que dice “Omitir introducción”. Con los títulos de crédito tan maravillosos que ha creado este hombre y lo que ha inspirado a una nueva generación de excelentes profesionales y ahora va y llega Netflix y da la (triste) opción de pasar los títulos de crédito. Me da pena. Y creo que al bueno de Saul no le gustaría verlo.
C
Caca
La caca habitualmente se hace en el baño. Y el baño es uno de los lugares más íntimos que existen en el mundo. Por eso es obligatorio que tenga pestillo y que —en el caso de ser público— no tenga una de esas puertas absurdas que se cortan por arriba y por abajo.
Me gusta alargar el momento de hacer caca porque suele ser muy inspirador y porque muchas veces llega la idea. Hace 15 meses nació Muriel, y entrar en el baño, aunque sólo sea 5 minutos, supone un maravilloso oasis de tranquilidad en la vorágine de la rutina diaria que es criar.
Momento necesario. Pero, no sólo eso, el momento de “hacer de vientre” (así lo dice mi madre) creo que libera una serie de hormonas que amplifican la capacidad intelectual del cerebro. Seguro que hay algún estudio que defiende esta teoría.
D
Dinero
Ojalá fuera millonario y pudiera dedicarme a no hacer nada, que es lo que realmente me gusta. Pero no es el caso. Por eso la letra D es la del Dinero. No porque lo ansíe especialmente, sino porque es básico para poder sobrevivir. Y ya no digamos VIVIR. El dinero no da la felicidad, pero paga los gastos fijos. Por tanto, cuando paso un presupuesto pienso en el dinero, no en el amor al arte. Así de poco romántico es no ser rico.