«La noche justo antes de los bosques». Foto: Enrique Escorza.

Un inmigrante da vueltas por la ciudad. Habla solo. Busca compañía, alguien que le escuche. La noche justo antes de los bosques (La Mutant, 6 y 7 de abril) es una obra escrita en 1977 por Bernard-Marie Koltès que más de cuarenta años después tiene una vigencia que asusta.

«Un retrato de la soledad urbana, del sentimiento de extranjería, de la frustración y el desclasamiento, pero también de la ternura y la necesidad del otro de los que hablan desde la conciencia de su diferencia». Un monólogo interpretado por Juan Ceacero a partir de la traducción del texto original de Fernando Renjifo, que además asume labores de dirección. Con él precisamente nos acercamos a La noche justo antes de los bosques para que nos explique lo que es y lo que no este montaje.

La noche justo antes de los bosques es:

➡️  Un texto monumental, que se ha convertido en un clásico. Algo que escapa a la literalidad de las palabras, un texto que en su sola enunciación alcanza una dimensión performativa.

➡️  Un acercamiento a la otredad sin el buen rollo bienpensante que se instaló en nuestras sociedades cuando empezamos a transitar y trillar el problema de la diferencia.

➡️  Un texto escrito hace cuarenta años que conserva su capacidad de conmover y descolocar, y que, desde una humanidad descarnada, pone el dedo en la llaga de asuntos que ni el afecto ni la razón resuelven por sí solos.

➡️  Un ejercicio actoral inmenso, que reconcilia la teatralidad en su relación con la palabra, o viceversa.

La noche justo antes de los bosques no es:

➡️  Un texto obvio, ni del todo cómodo, ni del todo grato. Porque transita libremente las frecuencias de la empatía y la desempatía, sin hacer concesiones ni siquiera a los oídos mejor intencionados.

➡️ Un documento caduco, trasnochado, fuera de lugar: habla desde la esencialidad de algo que nos perturba y seguirá perturbando.

➡️  Algo que encaje en las categorías estancas de nuestros imaginarios (respecto al otro, al sentimiento de extranjería, a las diferencias culturales de clase y de género, a la expresión de los afectos y la vivencia de la sexualidad).

➡️  Una obra donde la contemporaneidad se fuerza a demostrarse en las formas.

➡️  Una teatralidad que necesite apoyos ni superposiciones, hemos trabajado desde lo que da y pide el texto mismo.