Todos los nombres de Escenas de la vida conyugal (Teatro Olympia, hasta el 3 de diciembre) son una garantía. Algo así como una invitación a sentarse en la butaca y esperar a que se apaguen las luces y se encienda la función.

Ingmar Bergman. Escenas de la vida conyugal fue una serie de televisión que se estrenó en 1973 y ganó un Globo de Oro. Después, una película. Y más tarde, en 1981, una obra de teatro. El cineasta sueco le contó al periodista Juan Cruz en una entrevista para El País que comenzó a escribir diálogos sobre la convivencia en el matrimonio porque «no tenía otra cosa que hacer. Y comenzamos a improvisar. No teníamos equipo ni nada. Lo hicimos en mi casa, en una isla. Construimos un establo y filmamos 6 horas de una serie de televisión. No se por qué, pero una vez montado hicimos un pase privado y mi mujer, al verlo, se giró hacia mí con un gesto de dolor y me dijo: «No podemos enseñar esto. Es privado. Tenemos que bajar el tono y dejarlo estar. No sólo por mí sino por tus amigos y sus esposas». Entonces me entró miedo porque sabía que tenía razón. Nos dieron mucho dinero y lo redujimos a tres horas. A todos les pareció que era suyo. No era una serie de televisión sueca, ni noruega, ni española ni americana. Sino todo a la vez. Fue una gran alegría. Porque, en cierto modo, todos somos iguales. Creo que tiene que ver con el hecho de que somos muy provincianos, no internacionales. Y justamente porque somos provincianos, de pronto nos volvimos internacionales. Lo peor es intentar ser internacional».

Federico González Del Pino y Fernando Masllorens. Eso que señalaba Bergman posiblemente sea el motivo por el que esta adaptación argentina se lleve representando desde 2014, girando por España, Uruguay, Chile o Perú. Detrás del libreto, González Del Pino y Masllorens. Dos animales de la escritura escénica. O dos neuróticos del teatro como les gusta autodefinirse. Llevan trabajando juntos desde 1976. Y desde entonces se han representado más de 400 obras escritas o adaptadas por ellos.

Norma Aleandro. Actriz, guionista, directora de teatro y toda una institución en Argentina y más allá. A sus 83 años sigue en activo. Formó parte del reparto de La historia oficial, primera película argentina que obtuvo un Oscar, y ganó premio en Cannes por su interpretación. Sol de otoño, El faro, Una noche con Sabrina Love, El hijo de la  novia o Cuestión de principios son algunas cintas en las que ha intervenido. En 1992 interpretó Escenas de la vida conyugal, obra de la que es la directora en este montaje.

Ricardo Darín. Desde 2004 no ha habido año en el que Ricardo Darín no haya participado como mínimo en una película. Un ritmo de trabajo que desde 2014 combina con las representaciones de Escenas de la vida conyugal, igual que antes lo hizo con las de Art. Todo un referente en las tablas o delante de la cámara, su visita debería ser cita obligatoria.

Andrea Pietra. La actriz argentina es una todoterreno. Teatro, televisión y cine. Pietra ya había trabajado con (y a las órdenes de) Darín en el film La señal, pero nunca habían coincidido en un escenario hasta que ella se unió a esta producción en el 2017.

Juan y Mariana relatan al público una secuencia de escenas que tiene que ver con su matrimonio, y la relación que mantienen luego de su divorcio. En un ámbito sin referencias concretas a ninguna época, se entregan a un juego en el que alternativamente son actores y personajes, traspasando la cuarta pared y haciendo cómplices a los espectadores buscando que se vean reflejados en muchas de las situaciones que esos dos seres se plantean y que tanto pueden resultar divertidas como dramáticas pero que siempre tienen que ver con el amor y la condición humana.