Elena Pérez Ayrault ya ha hecho su primera exposición sin haber acabado aún sus estudios de Bellas Artes. Claro que en esta madrileña, afincada en Valencia, no debería sorprendernos. Elena no responde al perfil típico de estudiante de esa especialidad. Todo lo contrario. Está casada, tiene dos hijos y compatibiliza sus exámenes y trabajos con el día a día de su casa. «Nunca es tarde para aprender» se ha convertido casi en su lema y viendo las ansias que tiene de seguir descubriendo cosas, parece ser que seguirá siéndolo por mucho tiempo.
Jazz no End es el título de la exposición que se puede visitar en el Café Mercedes Jazz hasta finales de julio. En ella se suceden las portadas de discos de artistas como Art Blakey, Miles Davis, Charlie Parker, John Coltrane, Dexter Gordon o Bill Evans. «Soy aficionada al jazz por matrimonio. Es mi marido al que le gusta mucho. De hecho, fue él el que hizo la selección de las portadas, basándose en que quería que salieran las figuras más importantes del jazz moderno». Una serie de cuadros que tienen su origen en una asignatura de cuarto curso de Bellas Artes. «El proyecto surge en clase de Proyectos I. Fue una petición personal de hacer un reconocimiento a los vinilos, que se están quedando en un nicho, están casi desapareciendo. Era hacer un homenaje a las portadas de discos que me parecen maravillosas».
En la selección siempre primó el músico sobre el aspecto visual de la carpeta del disco. Si bien es cierto que casi todas las portadas de aquellos años son verdaderas filigranas del diseño. Elena ha sido bastante respetuosa con los originales, aunque ha querido aportar su pequeño sello personal. «He buscado una estética muy concreta, blanco y negro, mucho contraste, un poco la estética del cómic y la novela negra. Muy en la línea de José Muñoz y Jim Steranko. En la tipografía sí he utilizado color. Y excepto en uno, he cambiado los títulos mínimamente».
Las grandes figuras del jazz han dado paso a las grandes estrellas del rock en su nuevo proyecto. «Sigo con la música como eje principal del mensaje y he pasado del jazz al rock, y del blanco y negro al color». The Beatles, Bob Dylan, The Rolling Stones, Jimi Hendrix, David Bowie o Elvis Presley han tomado el relevo en estos acrílicos que la artista crea en el propio comedor de su casa, «con un ojo en ellos y otro en la lavadora».
Elena se declara muy ecléctica en cuanto a gustos. «Me gusta mucho la pintura abstracta. Es lo que me gustaría hacer. Me entusiasma la capacidad que tiene de expresar y transmitir ideas y sentimientos. Rothko es uno de mis pintores favoritos. Aunque también adoro a Antonio López, que es justo lo contrario». No le gusta encasillarse en un sólo estilo ni en una única temática. Cree que la clave de todo buen artista es crecer y crecer. Y no dejar nunca ni de aprender ni de tener interés en hacerlo.