Los jueves en el Picardías fue lo más parecido a un consejo de redacción que hubo en la revista Hermano Lobo. Cada semana quedaban a cenar en el restaurante madrileño. Allí, entre patas de cordero, se decidían los contenidos del siguiente número y se hacía balance de las denuncias recibidas. Lo cuenta Manuel Vicent en el magnífico libro Hermano Lobo (1972-1979). Un huevo para el caudillo, catálogo también de la exposición de igual título que se puede visitar en La Nau hasta el próximo 14 de mayo, un día después de que se cumplan cincuenta y un años de la aparición de su primer número.
Se habla poco de los catálogos de las muestras. Cierto que a veces no llegan, o no lo hacen a tiempo, y otras expulsan al lector con un diseño que prima cierta egolatría creativa. Aquí hay que celebrar la maravilla publicada. Todo es de 10. El tamaño, la tipografía, los textos, la maquetación. Sin duda, a la altura que merecía Hermano Lobo.
La revista salió a la calle un 13 de mayo de 1972. 16 páginas. 15 pesetas. Portada de OPS (Andrés Rábago, más tarde El Roto). Chumy Chumez era su ideólogo, José Ángel Ezcurra (por entonces al frente de Triunfo) puso el dinero y la infraestructura. Ángel García Pintado era el director (Chumy no tenía carnet de periodista). Periodicidad semanal. Se iba a llamar El Huevo Duro, pero la censura franquista lo impidió. Manuel Summers inventó el nombre de la cabecera. Inspirada en Charlie Hebdo, contaba (además de los ya citados) con Gila, Forges, El Perich, Cándido y Francisco Umbral. Después se fueron incorporando Luis Carandell, Rosa Montero, Haro Tecglen, Cesc o Manuel Vázquez Montalbán. El 6 de junio de 1976 decía adiós. Fue Vicent el encargado de su despedida en la contraportada.
Exposición y catálogo permiten un completo acercamiento a la, posiblemente, revista más importante del tardofranquismo. En la muestra se puede testar el tipo de humor (irónico, agudo, directo, corrosivo, negro…) del que hacía gala. El libro es imprescindible. Desde la introducción de Vicent al recorrido que hacen Antonio Laguna y Francesc Martínez Gallego (comisarios del proyecto) de la historia de la publicación, pasando por magníficos textos en torno a la competencia de Hermano Lobo, el boom de las revistas de humor satírico en los primeros años setenta, la censura franquista o la transición en las viñetas de la prensa diaria, entre otros.