«Recatí», el verano eterno

Recatí es el nombre de una playa de cuatro kilómetros, no muy conocida, de El Perellonet. Allí se construyó un hotel del mismo nombre que ya no existe y donde se hospedó Ava Gardner. Allí llegó también el desmadrado boom turístico y un despendolado urbanismo al que a mitad de los años ochenta se le cortó las alas. Y allí el verano continúa como si alguien lo hubiera criogenizado hace décadas para que no perdiera su esencia en la actualidad.

Recatí fue, también, la segunda referencia de Festiu, que ahora (en colaboración de Flat Magazine) se reedita con un nuevo formato. Una publicación que captura pasado y presente de aquella playa detenida en el tiempo, de aquellos veranos tan eternos que nunca desaparecieron de nuestras cabezas. Un saludable chute de nostalgia tremendamente actual. Un paseo a pie por lugares y construcciones reconocibles aunque jamás hayas estado en aquella zona. Un chapuzón de 40 páginas sin olvidar que antes tienen que pasar dos horas después de haber comido, para evitar el mítico corte de digestión

Clara Bayo firma las magníficas fotografías, Clara Sáez (Flat Magazine) nos hace viajar en el tiempo con la documentada historia del lugar y Lidia Caro visita al hombre que lo hace todo allí.

Las tres, junto al editor, Diego Obiol, estarán presentando esta maravilla, el último día de este verano, el sábado 23 de septiembre, en Bangarang a partir de las 19h.

Clara Bayo es quien contesta nuestras preguntas.

¿Cómo surgió la idea de hacer las fotos?

La verdad es que fue todo bastante improvisado. Mi familia veranea allí desde hace más de cincuenta años, compraron un apartamento que había construido el hermano de mi abuelo. Por entonces, no se habían levantado todavía la mayoría de edificios y el nuestro quedaba al lado del hotel Recatí.

Cuando era pequeña, pasábamos gran parte del verano allí, pero poco a poco hemos ido yendo menos y de forma más intermitente. El verano de la pandemia fue diferente, al cancelarse algunos de nuestros fijos veraniegos, pasamos bastante tiempo allí. A mí siempre me había llamado la atención la estética de la zona y ese año se me ocurrió salir un día con la cámara a ver qué pasaba.

¿Qué te interesaba, desde el punto de vista fotográfico, de la zona?

Me interesaban, sobre todo, los colores y el carácter masivo y repetitivo de la arquitectura de la zona. La idea era, de alguna manera, descontextualizar algunas de estas escenas y conseguir una especie de texturas muy regulares, aunque poco a poco el proyecto fue creciendo y también hay otro tipo de fotografías.

Una de las actividades obligatorias cuando estás por allí es dar un paseo por la playa, «de gola a gola» o lo que aguantes ese día. Siempre me he fijado mucho en los apartamentos que forman parte del paseo, hasta el punto de aprendérmelos casi de memoria, para mí es un paisaje muy familiar y muy estético.

Algunas de esas fotos las publicaste en una cuenta de Instagram, @canequel, pero a la novena foto paraste. ¿Tenías ya entonces intención de que fuera un proyecto que se publicara en papel?

Para nada. Como muchos otros proyectos, empecé con muchas ganas pero se quedó un poco en el olvido. Hice las primeras seis fotos en la zona del Perellonet, y tres más en Altea ese mismo verano. La idea era utilizar la cuenta de Instagram para continuar esa línea y forzarme a coger la cámara. Pero se quedó ahí.

Poco después conocí a Diego y fue el que supo ver más allá, visualizarlo como una publicación en papel y hacer crecer el proyecto junto a Clara y Lidia. La verdad es que yo entonces no me lo hubiera imaginado, pero me hizo muchísima ilusión.

Son fotografías en las que la presencia humana (excepto en una) está ausente, pero a la vez muy presente al menos en el subconsciente de quien las ve y tiende a ubicarlas mentalmente o a imaginarlas en esos escenarios. ¿Fue voluntaria esa ausencia? 

Al principio no fue del todo voluntaria, pero es verdad que yo quería centrarme en la arquitectura y los objetos que forman parte de ese veraneo más clásico. Supongo que las personas no me aportaban mucho en ese sentido y en el momento no me llamaron demasiado la atención.

Las siguientes veces que fuimos a hacer fotos, queríamos seguir esta línea, pero no me hubiera importado ampliarla y que hubiera mayor presencia humana, lo que pasa es que coincidió que todavía era temporada baja y no había demasiada gente.

Mirando con algo de distancia, supongo que esta ausencia como decías, de alguna manera, hace que las fotos sean más atemporales, que en este caso es interesante porque a veces puede parecer que la zona se haya anclado en el tiempo, en el veraneo de hace treinta o cuarenta años.

Todo Recatí forma un conjunto muy evocador, incluso para quienes nunca hemos estado allí. Tal vez porque conecta con otros universos personales similares. ¿Eras consciente de ello cuando hacías la fotos, que algo muy local podía tener esa proyección más universal?

La verdad es que no, pero sí que recuerdo sentirme muy influenciada por un tipo de fotografía de arquitectura costera que de alguna forma me generaba esta sensación. No sabía dónde se habían hecho las fotos, pero me recordaban a mis veranos y me empujaron a sacar la cámara y buscar esa belleza en mi zona.

¿Qué tipo de foto eran las que querías hacer? ¿Seguías alguna pauta concreta?

La idea principal era hacer fotos que reflejaran ese tipo de verano y las peculiaridades de la zona. Mi padre me decía que habíamos conseguido hacer bonito algo horroroso. Yo no lo veo del todo así, pero sí que quería mostrar, de alguna forma, cómo lo miro yo y por qué me parece tan interesante desde el punto de vista estético, un montón de edificios en el limbo de la Ley de Costas.

¿Tenías el trabajo de algún/a fotógrafo/a en mente?

Sí, como comentaba antes, me interesaba mucho el trabajo de @yosigo_yosigo y creo que hay una clara influencia suya en mis fotografías.

Antes has hecho mención al color, que tiene un protagonismo importante en las fotografías, ¿cómo lo cuidaste?

Sí, el cuidado del color fue uno de los aspectos más importantes en el proyecto. El color de las primeras fotos era bastante fiel a la luz de las horas de mediodía de los meses de julio y agosto en la zona, quería que las fotos transmitieran esa sensación de calor y sol cegador. Para seguir esta línea en el resto de fotos, especialmente las que no hice en pleno verano, sí que tuve que trabajar bastante el color y la luz.

¿Sigues teniendo relación con la zona? ¿Sigues haciendo fotos?

Sigo teniendo la misma relación con la zona, aunque este verano no he podido ir mucho por allí. Siempre que voy hago bastantes fotos aunque normalmente son con el móvil, es algo que me resulta muy natural porque me encanta todo el universo playero-veraniego.