Paloma Pérez firma sus estupendas ilustraciones como La Chica Imperdible. Con ellas reflexiona con acierto, y un punto de humor muy saludable e irreverente, sobre los estereotipos físicos con los que tienen que convivir las mujeres a su pesar. La gordura como belleza, la autoestima, la aceptación,… son temas que aparecen en su obra y también en esta conversación.
¿Cómo surge tu interés por la ilustración?
Surge como medicina para mi mente y mi cuerpo, como método de curación. Cuando me di cuenta que podía expresar lo que sentía a través del dibujo y a compartirlo y así descubrí que había personas que se sentían identificadas con mi situación.
¿Qué importancia ha tenido (o tiene) la formación en tu carrera?
Creo que la formación es una parte importante de la persona creativa. Considero que se puede tener mucho interés y muchas ganas (porque no creo en don alguno), pero los estudios te definen, o te marcan un camino concreto. Aunque siempre me gustó el Arte (gracias a mis padres, que me lo descubrieron), estudiar Bellas Artes me ha dado la valentía y el bagaje que necesitaba para llegar hasta aquí. El Máster me ha enfocado más a la rama en la que me encuentro ahora.
¿Cómo surge La Chica Imperdible? ¿Por qué la necesidad de crear un alter ego?
La Chica Imperdible escondía los miedos que tuve al principio, cuando empecé. A todas nos asusta un poco enseñar lo que hacemos por miedo al rechazo o la crítica. El tema del que hablo puede resultar un poco controvertido, porque cuando hablas del cuerpo la gente se pone a la defensiva y cuando está desnudo y es gordo suele dar más que hablar. Como digo, empecé a dibujarme para curarme de mi propia baja autoestima y la inseguridad y el miedo estaban conmigo en mis inicios.
¿Crees que hay algo que identifique tus trabajos, que acaben dando forma a los que se conoce como estilo?
La estaticidad de las figuras es un carácter que tienen siempre mis personajes. Creo que las dota de tranquilidad y así transmito que todo está bien (aunque no siempre sea así del todo). Por otro lado, tienen microgestos o miradas ambiguas que hacen pensar al espectador sobre que les estará ocurriendo. A nivel gráfico, la línea de contorno y ciertos rasgos como el pelo o las mejillas suelen ser bastante características de mi trabajo.
¿Qué es lo que te interesa contar con tus ilustraciones?
Me gusta hablar de la carne y del cuerpo que rebosa, de la gordura y de mujeres que se sienten libres de comer, mostrarse y acostarse con quien quieran. Mostrar que los complejos los crea la Industria (de la moda, la dietética…) y la sociedad y que aprender a valorarse a una misma es un proceso largo. A veces pienso que es al resto al que incomoda mi aspecto y no a mí y eso es algo que quiero cuestionar. Los estándares de belleza que impone la sociedad y que muchas personas asumen y ven con normalidad, pero que habría que poner en juicio y decir basta a la presión estética que se ejerce sobre la mujer desde que nace.
¿Reconoces influencias en tu trabajo que no son expresamente del mundo de la ilustración (música, cine, libros, series, arquitectura,…)?
Entiendo que todo lo que me rodea me influye como creativa. Sobre todo creo que me inspira mucho visitar exposiciones de arte clásico, porque me fascina la representación de la mujer, sobre todo la del arte sacro. También tengo influencias del mundo de la moda y de series de televisión como Girls, Broad City o My Mad Fat Diary.
¿Y de la ilustración?
Procuro estar al día de lo que se hace en ilustración y siempre he admirado el trabajo de Eva Armisén, que tiene un estilo naíf y muy dulce que yo procuro transmitir con lo que hago. También sigo a Tara O Brien (Irlanda) y Marie Boiseau (Francia) y además de gustarme mucho su estilo, compartimos el mensaje body positive.
¿Qué secuencia sigue tu proceso creativo?
Normalmente empiezo a partir de una idea (una frase, una palabra o un motivo) y a partir de eso garabateo en el cuaderno. Me gustan varias técnicas pero suelo trabajar en marker y lápiz de color y línea de contorno con calibrados. A veces también trabajo en digital, pero esto menos, porque no consigo darle tanta frescura como con las técnicas tradicionales.
¿Tienes alguna manía o ritual a la hora de ponerte a trabajar?
El escritorio tiene que estar muy ordenado (aunque al acabar todo sea un caos de material esparcido por la mesa). No tengo un horario en concreto que me guste, cuando me viene la idea, la apunto corriendo si es tarde para no olvidarme y si no, me pongo en seguida con ello.
¿Qué redes sociales utilizas? ¿Qué importancia crees que tienen desde el punto de vista profesional?
Últimamente estoy muy encima de Instagram, que a pesar de las dificultades que está poniendo, es genial para crear redes, conocer más creadores y mostrar tu trabajo de forma sencilla. Obviamente te abre caminos: conoces a personas que les interesa tu trabajo, salas o lugares dónde exponer y nacen proyectos colaborativos y eso para mi es importante porque me interesa que mi mensaje llegue y ayude a la gente.
¿Cuáles son tus próximos proyectos?
Ahora estoy metida en un proyecto colaborativo de fotografía e ilustración con las chicas de Binomio Mujeril y espero que muy pronto podamos exponerlo en Valencia. También trabajo con mi proyecto personal y me gustaría exponer la serie más reciente muy pronto.