Gángsters Maricas: Extravagancia y Furia en el cine negro. Un ensayo, en formato tabloide, de tres volúmenes. Por ahora es un verkami (al que puedes contribuir aquí). Detrás, Juan Dos (crítico, programador, responsable de la editorial CinefiliaPop, también conocido como Dr. Insermini), el ilustrador Alex Tarazón y la diseñadora Alba Monléon.

Un proyecto que se remonta a hace casi diez años. «Siento fascinación hacia el gángster gay, raro, queer… En el blog que llevaba entonces empecé a recopilar información sobre sus apariciones y me di cuenta de que el gángster marica merecía una publicación propia, no solo porque acababa con muchos tópicos, sino porque me permitía hablar de otros temas: cómo se ha representado la masculinidad a lo largo de las décadas, los límites mismos de la masculinidad tipo John Wayne, la visión del gángster como ídolo de masas, sus conexiones con la cultura pop del siglo XX…», explica Juan.

Experto y devoto del cine negro, para llevar a cabo las tres partes (cine americano años 30-50; cine británico 60-70; cine posmoderno) en que se divide la aventura editorial, Juan Dos contaba con la ventaja de tener el trabajo de campo ya hecho por su querencia hacia ese género, que siempre ha sido su favorito. Lo que sí tuvo que hacer fue volver a ver las películas con otra mirada. «Por motivos prácticos tuve que acotarlo al cine anglosajón, aunque puntualmente aluda a otras cinematografías. Lo que hice fue focalizar en películas donde el gángster tuviera relevancia y observarlo a lo largo de las décadas. Volví a ver los títulos con una mirada más atenta a estos hombres, a fijarme en sus vínculos emocionales, en cómo se les representaba en la pantalla. El código Hays (vigente en el cine americano desde los años 30 hasta entrados los 60) prohibía mostrar de forma explícita personajes homosexuales pero eso no significa que guionistas y directores de la época no encontraran formas de incluirlos en sus películas. Podía ser un atildamiento en el vestir, una alusión al abuso de perfume o el simple tarareo de una melodía de Doris Day… Tuve la sensación de pisar un terreno nuevo. Tradicionalmente el cine negro ha sido un feudo casi exclusivo de críticos sesudos poco amigos de hacer lecturas diversas. Lo queer no existía en su visión».

Álex Tarazón se incorporó al proyecto al ver una publicación en Instagram en la que Juan informaba del mismo. «Éramos ya amigos y al leer lo del libro le comenté que si en lugar de fotos quería incluir ilustraciones podía contar conmigo. Me dijo que sí enseguida», cuenta el ilustrador valenciano, que incide en el trabajo que hay detrás de los tres volúmenes. «No es el típico libro conmemorativo de algún aniversario que tiene cuatro ilustraciones y dos textos que apenas aportan información. Detrás hay mucho trabajo».

¿Y cómo fue ese trabajo entre ambos? 

Álex: Juan me dio alguna pauta, pero libertad total.

Juan: Álex es muy talentoso y nunca va hacia lo fácil o lo evidente. Aunque comentáramos los títulos le he dejado hacer.

Álex: Después de leerme cada capítulo, veía las películas de las que hablaba, hacía captura de lo que más me gustaba y elegía qué ilustrar.

Juan: No solo ha sabido extraer la belleza de todo este mundo de sombras y masculinidades hiperbólicas; estéticamente, a Gángsters le ha dado un toque irónico que va muy bien con el espíritu del texto.

Álex: Descubrí unos cómics que hace tiempo editó Bruguera, El Club del misterio, que tienen un estilo parecido a lo que estaba haciendo. Sus escenas me inspiraron a hacer un libro más sexy. Al principio, mis ilustraciones eran más caricaturas, retratos…, pero con ese título que tiene el proyecto esperas ver algo más sexy» (ríe).

El tercer vértice del triángulo de los gángsters maricas es la diseñadora Alba Monleón. A ella hay que atribuirle la valentía de optar por un formato como el tabloide. «Llevamos unos años con el proyecto, con pausas, pandemias, y cambios en la parte de maquetación», recuerda Juan. «Esto tuvo algo bueno, que cuando llegó Alba Monleón, con una mirada fresca y vio el material, tuvo claro que una publicación sobre el gángster clásico tenía que leerse como se leían antiguamente las fechorías de estos criminales. Las posibilidades estéticas aumentan brutalmente. Es mérito suyo y ha convertido la publicación en un objeto de arte.». Tarazón también lo tenía claro: «El mayor orgullo de los gángsters era salir en la prensa y que todo el mundo supiera que eran peligrosos, el formato tabloide, por eso, era el ideal». 

La publicación se movió por algunas editoriales, pero ante la falta de respuesta optaron por el crowdfunding. Puede que alguna se arrepienta cuando vea el resultado final. «Cuando lo vean se van a tirar de los pelos», afirma Juan. Antes, tienen que completar el verkami. Recuerda, tres publicaciones de 64 páginas, más de 40 películas analizadas, más de 100 ilustraciones… esperan tu aportación para hacerse realidad.