1- «No sé si volverá el Circuito. Se encuentra parado completamente. No tenemos fecha de retorno». Así de contundente se muestra María Minaya, directora del Circuito Café Teatro València, cuando le pregunto por la situación actual del mismo. Convertidos en un clásico de la agenda cultural de la ciudad, extraña su ausencia. Sí, el covid tiene la culpa. «Hubo un parón en seco cuando estábamos en mitad de la programación de febrero-marzo. Tuvimos que cancelar 38 actuaciones más la gala de cierre de temporada en el Olympia». También la que en septiembre hubiera significado el inicio del nuevo curso y los cerca de 50 shows que tenían proyectados para el último trimestre del año. «Los locales no se pueden permitir hacer nada, muchos no han abierto, es inviable totalmente. Incluso La Flama no ha podido más y ha cerrado». La temporada 2019-2020 ya arrancó con dificultades para el Circuito. Si el año anterior habían perdido a San Miguel como patrocinador, en esta era Caixa Popular quien se bajaba del barco. «Tuvieron cambios internos y dejaron de patrocinar un montón de cosas y no siguieron con nosotros, fue un hachazo, Tuvimos que decidir en poco tiempo qué hacer porque programamos con mucha antelación y se decidió continuar».
2- «A la empresa, prácticamente, le cuesta dinero hacer el Circuito», explica María. «Si cuento las horas que le dedico, seguro. Si cuento sueldos en personal o la inversión que hacemos, sale casi cuenta con paga». El año que viene, el Circuito hubiera cumplido 20 años. «Empezamos en 2001, Rafa Alarcón y yo. Éramos jóvenes, aún estudiando la carrera, él psicología y yo ADE. Estábamos en grupos de teatro y hacíamos nuestras cosas, teníamos contactos con locales, yo programaba bolos en Matisse. Y surgió, desde Carme Sui Generis que ya no existe, montar un circuito en distintos espacios». En mayo tuvieron la idea y en octubre arrancó el Circuito. «Era de lunes a domingo, a las once y media de la noche y se llenaba. Teníamos un público muy fiel, al que luego la vida, los hijos… les fue apartando del ocio. También fue aumentando la oferta cultural en directo en los locales con música, poesía, charlas…Todo eso acabó diluyendo un poco al Circuito, pero conseguimos sobrevivir y está muy bien valorado por los artistas, que nos siguen escribiendo desde toda España que porque quieren participar».
3- La empresa que gestiona el Circuito Café Teatro València es Frescultura, que también se dedica a la distribución de espectáculos. Desde que se decretó el estado de alarma han vivido instaladas en la locura. «Nos fuimos las cinco trabajadoras a casa y no hemos parado. Teníamos unas ochenta actuaciones e iban cayendo, cada día nuevas cancelaciones. Solo hemos podido recuperar unas veinte. Eso sí, los responsable de cultura de los ayuntamientos han puesto todo su empeño en adaptarse y en no dejar de programar. El problema es que nosotras cobramos a dos meses de la realización del espectaculo y si la rueda está en marcha, vas viviendo de lo que has ido facturando antes. Pero de marzo a junio no hubo nada y el verano ha sido flojo. Es un drama, cada mes sale a pagar, pero no puedes cerrar. A pesar de todo seguimos haciendo actuaciones porque la cultura es segura y el comportamiento del público ávido de teatro es ejemplar». Aún así, peor está el panorama para su faceta como actriz. El covid se llevó por delante los bolos teatrales de Bramant. Acaba de participar en un montaje de Russafa Escènica y se marcha a una feria de Huesca con la obra Diosas. «Que se celebre una feria, hoy en día, es un milagro, y que te cojan una obra, otro. Pero ir a la feria también supone muchos gastos».