1- Cayetano Bravo (València, 1973) se define en su web como agricultor, actor de teatro, fotógrafo, músico y herrero. Hoy nos interesa lo primero y lo tercero. La agricultura y la fotografía confluyen en su proyecto Genealògic, un libro que recoge las instantáneas que ha ido realizando estos últimos cinco años en la huerta. Hay verkami abierto, con recompensas como una caja de cítricos (sin ceras ni fungicidas) o el cd Repom de Toni de l’Hostal. Le pregunto a Cayetano cuándo descubrió que en su trabajo de agricultor (y lo que le rodea) había una parte que merecía ser contada a través de la fotografía. «El día que aprendí que cualquier historia debe de ser contada desde uno mismo. El célebre periodista Josep Pla escribió una vez qué “en lo ultra local está lo universal”. Esta frase me la grabé a fuego y desde entonces siempre intento completar trabajos que sucedan en mi entorno más cercano. En este caso, los problemas, las inquietudes, la relación con el oficio de un pequeño agricultor de València son, en esencia, los mismos que los de cualquier pequeño agricultor de cualquier parte del mundo».

2- En Genealògic, «también encontraremos los versos del trovador Primaël Montgauzí y un texto del escritor Jaume Monzó. Todo diseñado por el fotógrafo y diseñador nepalí Rohan Thapa, y arropado por unas portadas y contraportadas pintadas a mano, una a una, por el artista Vicent Jarque, lo que hará que cada copia sea única». El libro bascula entre dos incertidumbres, la intrínseca del cultivo de la naranja y la de si él tendrá relevo generacional en su familia en el campo. Cayetano fotografía frutas de aspecto mutante, diferentes, su imperfección les dota de una belleza superior a las que luego llegan a las tiendas o supermercados. «No fue una atracción estética la que me llevó a empezar este trabajo, aunque ciertamente resultan espectaculares y bellas. Fue más bien el significado de invisibilidad que estos frutos tienen. Fruta que es perfectamente comestible es rechazada por no cumplir los estándares del mercado. Y esto sucede en la agricultura y en cualquier sector del sistema económico». Incluso de la sociedad, me permito añadir.

3- Verano de 1995, Cayetano (h)ojea un suplemento dominical que, de alguna manera, le va a cambiar la vida. «Vi una fotografía que me llamó mucho la atención. Yo ni siquiera era aficionado a la fotografía, pero aquella imagen, de la cual no conocía el autor, causó en mí tal impacto que podía sentir su atmósfera, oler el humo del tabaco, oír el murmullo de la gente, incluso el tintineo de los cubiertos sobre los platos y copas en la mesa. Nunca había sentido una experiencia sensorial ante una imagen así y, al día siguiente me fui a una tienda de fotografía de barrio y compré la cámara, completamente manual, que me pude permitir en ese momento. Estuve muchos años sin saber el autor de la fotografía hasta que, una década después, ya con conexión a internet, pude descubrir que era obra de William Klein, concretamente una fotografía titulada Elsa Maxwell’s Toy Ball. A partir de ahí empecé a aprender la técnica de manera autodidacta hasta que años después pude completar mis estudios de fotografía». Al verkami, os lo recuerdo, podéis acceder desde aquí.