1- Se agradece acercarse a Las Naves y comprobar que andan empeñados en recuperar parte de lo que fueron antes de que en la anterior legislatura las llevaran, prácticamente, a la deshidratación cultural. El mismo día que se celebró el Pecha Kucha aproveché para ver la exposición Desplazamientos sediciosos (Arte, feminismo y participación), comisariada por Alba Braza y que se puede visitar hasta el 18 de enero de 2020. El texto que da la bienvenida se olvida de metáforas rimbombantes y explica claramante que la muestra «aborda conceptos como el feminismo, la ecología, la participación ciudadana, la sostenibilidad, los cuidados, la salud y la inclusión social para ofrecer respuestas a dos cuestiones eje: ¿Es posible asumir metodologías feministas en espacios institucionales más allá de mostrar obras que traten el feminismo? ¿Qué papel tiene el público en los centros culturales contemporáneos?».
2- Y en torno a todo ello se van desplegando las obras de las artistas participantes. Como Alejandra de la Torre que muestra parte de su serie Las Olimpiadas, en las que recupera a mujeres pioneras del deporte como la boxeadora Barbara Buttrick o la baloncestista Lusia Harris. Ilustraciones vivas, reivindicativas, en las que las figuras retratadas se alojan en un doble entorno, el profesional de la disciplina en que participan y el que crea la autora, marca de la casa, con superposiciones de una naturaleza muy plástica, que incluso marcan movimientos (como los que generaron las protagonistas con sus actos), que lejos de añadir ruido, refuerzan el mensaje y la potencia gráfica de las obras.
3- La palabra potencia está muy presente en la exposición. En los mensajes y en los procesos. Siempre como hilo conductor, huyendo de la evidencia que podría restar y apostando por buscar el diálogo con el visitante alrededor de los tres términos que aparecen como subtítulo de la muestra: Arte, feminismo y participación. Así, Andrea Hauer (su trabajo ya lo destacamos en los Premios de adquisición Mislata 2017) mezcla creaciones y vida familiar con sus episodios domésticos (los llamado así y los que no) cosidos en tela. O Virginia Bersabé parece querer romper con cualquier límite (formal, narrativo, de género o edad,…) con su Manojo de recuerdos. O María Carbonell captura la lucha feminista como la revolución necesaria que es. Mar Guerrero, Carolina Saquel y Ainhoa Salas completan la nómina de artistas, a las que hay que sumar a Isabel Oliver, Mery Sales, Natalia Coleto y Art al Quadrat, protagonistas de las conversaciones con artistas de los sábados, que junto a los paseos en bicicleta (Damas en bicicleta) y clases de yoga completan la programación. Precisamente cuando finalicen estas actividades paralelas, el 28 de diciembre, volverá a presentarse la exposición en la misma sala.