Agustín Fernández Mallo. Foto: Iván Giménez.

Agustín Fernández Mallo (La Coruña, 1967) es escritor.

¿Somos lo que leemos?

Naturalmente que sí. Si lees, la potencia de la lectura es tal que configura tu manera de relacionarte con el mundo y de verte a ti mismo. En una civilización como la nuestra, Occidental, que ha fundamentado su estructura y su cosmovisión en la palabra escrita, no hay otra forma de construir una vida relacional y social digna que leyendo. Pero, naturalmente, no es la única manera de ser y estar en el mundo; otras civilizaciones se estructuran en torno a la oralidad, nunca leen, y viven a su modo.

Un libro de tu infancia:

Las aventuras de Tom Sawyer, que me proporcionó la idea de tiempo y libertad infinitas, ese momento de la infancia en el que no tienes creada la idea de la temporalidad de las cosas, ni de la finitud ni por lo tanto de la muerte, así que los veranos y las aventuras no tiene límite, son eternas.

Un libro de tu adolescencia:

Relato de un náufrago, de García Márquez. Un texto a caballo entre la crónica periodística y la ficción, que se fundamente en un caso realmente ocurrido, de un hombre en un balsa a la deriva en el Caribe. Me resultaba imposible adscribirlo a un género literario determinado, y por eso me atraía. Me parecía una especie de Frankenstein narrativo, una criatura sin filiación, y creo que mi gusto por las literaturas que no vienen determinadas por un corsé ni por una norma viene de ahí.

Un libro de tu juventud:

Podemos decir muchos. Desde El hacedor, de Borges, a la poesía completa de José Ángel Valente, pasando por Corrección de Thomas Bernhard o los cuentos de Boris Vian.

Un libro actual:

Hoy en día me gustan más los libros de ensayo, o misceláneas de pensamiento. Por ejemplo, estoy leyendo Pensar y no caer, de Ramón Andrés, un autor del que me gusta mucho cómo a colación de alguna idea o algún pequeño detalle va derivando por diferentes territorios de la cultura: la música, la literaria o el arte.

Un libro de siempre:

Los cuentos completos de Julio Cortázar. No sé si en su género han sido superados; o por lo menos, su relectura continúan enseñándonos cosas nuevas.

Un libro por leer:

Moby Dick, de Herman Melville. Dicen que es muy pesado, por eso me atrae, me atraen las cosas difíciles o plúmbeas, pero nunca me he decidido.

Un libro que no pudiste acabar de leer:

Muchísimos, mejor olvidarlos. Leo muchos libros a la vez, puede que casi 10, y no tengo ningún prejuicio en abandonar aquellos que no me gustan o no me interesan.

Un libro que te gustaría haber escrito:

Los anillos de Saturno, de W. G. Sebald.

Un libro que te gustaría que existiera:

Mi siguiente novela, que ya estuviera escrita y tumbarme un rato a la bartola.

Tres cosas que te gustan más que leer:

Tocar la batería, comer ostras con champán y ver la tele.