Explicar la sinopsis de un libro de Mr.Perfumme (David Pascual) es como entregar un regalo sin envolver. Y no solo por lo que supone de eliminar un primer efecto sorpresa, sino porque ir pasando páginas descubriendo la(s) trama(s) forma parte del proceso de lectura de sus textos para entenderlos con mayor intensidad. Con Transirak (niñosgratis*) ocurre lo mismo. Hay un doble de Sadam, dos hermanas trans, la Virgen del Casquete o versos muy abiertos donde riman Bertín Osborne, Mickey Mouse, Felipe González y Eva Amaral. Y no contamos más. Que lo haga él.

Empecemos con una pregunta negacionista, ¿qué no es Transirak?

Pues Transirak no es un libro muy convencional y, a pesar de lo que pueda parecer, tampoco es un libro sobre dobles de Sadam Hussein, monstruos, ni monos drogadictos llamados Charlie Beta JR. aunque todos ellos habiten en él.

Aunque en «Transirak» sigue presente tu característica «alocada» narrativa (tanto en estilo como en contenido), da la sensación de que hay cierta contención intencionada, en favor de la narración.

Sí, totalmente. Este libro sigue lleno de ideas locas y de delirios, pero, en esta ocasión, como bien dices, no son el universo per sé, si no que funcionan como la manera en que un personaje en concreto, que es Candela, la protagonista del libro, trata de ordenar lo que le ocurre y el mundo porque probablemente su hermana se va a morir de cáncer y su hermana es lo que más quiere.

¿Es el libro en el que más te has expuesto, en el que se podría rastrear algo de ti?

Sí, puede ser. En todos los libros hay cosas mías. Pero la diferencia con los anteriores es seguramente que en este no quería que las cosas divertidas y los capítulos más alucinatorios te sacaran demasiado de la historia. El libro es la historia de Candela, nos reiremos a ratos, porque nos gusta reirnos, porque Candela también ve el mundo desde su humor, pero estamos aquí para acompañarla y saber si va a poder seguir adelante o se va a ir a la mierda. Al final las cosas que hacen que la gente se crea tu personaje, que lo quieran, muchas veces son los pequeños detalles, y esos pequeños detalles suelen ser cosas que te han pasado de alguna manera.

¿Crees que tu escritura ha ido evolucionando a lo largo de los libros?

Sí, si lo creo. Lógicamente, la gente que me ha leído sabe que tienen muchas cosas en común: El humor, la tendencia al desvarío, la mezcla de géneros… pero la manera en que uso estas herramientas ha ido variando, y la intencionalidad, también. Cada vez me interesa más acercarme a dramas más realistas, aunque parezca mentira, en el fondo, aunque no lo sean en la forma, y eso condiciona la narrativa. El próximo libro, Gordo de porcelana, que sale en marzo con Temas de hoy (Planeta), tiene mucho más que ver con Transirak que con Saber Matar o La llama. Creo que si lees estos libros en orden hay una evolución que va de unos libros más de forma y de universo, a unos más de personaje. Pero vamos, que no sé si eso me lleva a algún lado o el siguiente será otra cosa totalmente diferente.

En «Transirak» sigue la sorpresa como recurso narrativo, pero en esta ocasión más dosificada.

Sí, al hilo de lo que hablábamos, los libros anteriores a Transirak te decían desde las primeras páginas: Aquí puede pasar cualquier cosa, si te subes, ya sabes que van a haber curvas. Transirak te dice: Hay que reírse siempre, pero que no se te olvide que aquí hay una persona muriéndose. Seguimos aquí, esperando a ver si sale del quirófano o no sale más.

Dos hermanas trans, el doble de Sadam…Si en tu anterior libro reflexionabas o te preguntabas sobre la violencia, ¿este lo sobrevuela el saber quiénes somos, la identidad?

El tema de todo el libro es la identidad, claro, más en concreto aún, es un libro sobre gente que siente que no es lo mismo que lo que la gente ve cuando le mira. Candela y su hermana son dos mujeres trans, Mohamed es Sadam Husein, o al menos eso es lo que ve la gente cuando lo mira, el jefe de policía es, en realidad, un monstruo, y el monstruo no sabemos quién es. De hecho el libro se abre con una cita de Robocop2, toda la identidad de Robocop se basa en descubrir si es un hombe porque echa de menos a su familia o si es un montón de chatarra, porque, orgánicamente, es lo que es.

¿En qué medida tienes presente a la hora de escribir ese tema que de alguna manera fluye por todas las páginas?

Normalmente cuando yo empiezo un libro no tengo ni la más remota idea de lo que estoy haciendo, y en este caso también ha sido así, pero mientras avanzo, van apareciendo cosas y el libro se va dirigiendo en una dirección.

¿Qué te aporta la no ficción como gasolina para tu ficción?

Mira, yo creo que probablemente de lo que más se habla de mis libros es de la parte más delirante y divertida, cosa que entiendo, y con la que disfruto mucho, pero a mí al final lo que más me interesa son siempre los personajes, lo que más me gustaba con Saber Matar era lo que me decía la gente del personaje de Laura, y con Transirak me ha pasado lo mismo, en las presentaciones había gente que me decía que había llorado con la historia de las hermanas, y eso es lo más guay que te puede pasar, porque yo las quiero. Para mi, como te decía un poco antes, normalmente lo que hace a los personajes reales, creíbles, son muchas veces esas pequeñas anécdotas que cuelas y que conoces porque te han pasado y son parecidas a otras que le han pasado a otras personas. El primer capítulo de este libro está escrito en un hospital mientras una familiar mía estaba en una habitación con cáncer. Hay una historia sobre perder un gato que cuento de una u otra manera en todos los libros. En La llama hablo también de cuando mi padre tuvo cáncer y de un cuadro que tenían (tienen) colgado en la sala de espera de oncología que es un Miró que parece representar una célula cancerígena y que resulta mucho más demencial que cualquier cos que me pudiera haber inventado. No me interesa mucho la autoficción para escribirla yo, pero obviamente uso muchas cosas que me han ocurrido de uno u otro modo porque son importantes y porque sirven para entender a tus personajes y para quererlos.

El libro está maravillosamente editado por niños gratis*.

niñosgratis* son un regalo que le ha caído del cielo a la humanidad. Hacen un trabajo precioso y son preciosos ellos mismos y están haciendo un catálogo espectacular. El diseño de esta colección es de los hermanos Padín y es maravilloso y yo no puedo decir más que que los quiero mucho y encima son divertidos y deberían darles un sueldo muy ostentoso del gobierno para que Weldon no tenga que volver a trabajar.

Vuelves a utilizar distintos formatos literarios. ¿Cómo los decides? ¿Es algo impulsivo?

Los formatos aparecen sobre la marcha en función de qué quiero contar en cada momento. A veces son simplemente un juego y otras sirven para explicar algo. Yo tengo una formación muy rara pero que sobre todo viene de haber estudiado en la facultad de Bellas Artes. Cuando yo empecé, digamos que más en serio, en la literatura, había muchas cosas que no sabía cómo funcionaban, así que aplicaba cosas que ya estaba utilizando en mi trabajo pero en otras disciplinas, creo que eso ha tenido mucho que ver en el desarrollo de mi trabajo literario. Siempre he sido culo de mal asiento y eso ha hecho que me haya interesado probar cosas diferentes.

Teniendo una prosa tan particular, ¿cómo son tus talleres de escritura?

Sí, claro, tienen mucho que ver con mi trabajo, es que yo soy bastante como mi trabajo, tiene mucho que ver con cómo es mi manera de comunicarme con las personas y con el mundo que es muy parecida a cómo lo hago en mis libros, y mucha de la gente que se apunta es porque me ha leído, claro. Existen muchísimos talleres de escritura con profesores mucho mejor formados que yo, así que no trato de llenar ese hueco, mi taller, normalmente, es un espacio en el que nos dedicamos a experimentar y ver qué pasa, a pasarlo bien un rato haciendo locuras y ver dónde nos llevan, y a ver que un libro puede ser casi cualquier cosa. Y solemos divertirnos mucho.