La moda como fenómeno unívoco hace tiempo que desapareció. Las revistas de moda con visiones encorsetadas del fenómeno conviven con otras de visión poliédrica, y en los últimos años la variedad es inmensa, plural.
En uno de sus últimos artículos sobre moda, publicado en el suplemento Culturas, Margarita Rivière se cuestionaba sobre su ocaso ( «¿El fin de la moda?», La Vanguardia, 21 febrero 2015), al menos entendido como la crisis de un modelo (el del siglo XX) que ya no es válido en la época actual. Un tiempo en el que pasado, presente y futuro conviven centrifugados. Esto ocasiona una mezcla de estilos, usos y tendencias que pueden ser difíciles de digerir. Lo más conveniente para la profundización es la especialización. Las revistas de moda generalistas no pueden satisfacer la insistente demanda de cambio de los consumidores porque al intentar abarcar un espectro de moda tan amplio, se diluyen en el intento como un catálogo comercial.
Vein con tres números ya, en la calle ha sido consciente de ello, desde el principio, sin olvidar que la moda es también consumo, persuasión y deseo infinito. El edito del nº2 evoca la aspiración de permanecer a través del mito. Como esos creadores que poblaron la historia de la moda del siglo XX (pasado) y que se quedaron para siempre entre nosotros (presente). ¿Lo podrá conseguir una revista? (futuro). Mitificar una revista no es tarea fácil y depende directamente de una buena idea de negocio, acompañada por un equipo que transmita emoción y que corra a la misma velocidad que la moda.
El equipo lo tienen. Al frente, Eduardo García Llamas (director), junto a Estel Vilaseca (subdirectora) y Adriano Batista (director de moda). Algo así como un irremediable amante del papel y de la edición, una sabia pionera de las revistas digitales de moda (lanzó en 1999 itfashion.com), y un visionario fotógrafo que piensa en imágenes. Si además la dirección de arte corre a cargo de Córdova Canillas ( Fuet, Morena Issue, Lados…), prestidigitadores de la realidad, la identidad joven, libre e independiente de Vein, está más que a salvo.
Más allá del reclamo de sus portadas (tres casos de buena estrella, de diferente naturaleza: Bimba Bosé , Alba Galocha, y Lourdes Hernandez (Russian Red), lo mejor está dentro.
Recorremos las páginas de su segundo número, con el interés de unas historias protagonistas que combinan la excelencia de sus negocios, y un estado permanente de tránsito. Esto explica a la perfección como las ideas en el sector moda, se crean, desarrollan y venden, con la mirada siempre puesta en la siguiente etapa. Es el caso de la española Bea Deza (ex-banquera, ex-propietaria de Sister Jane) que ahora experimenta nuevos caminos creativos en Los Ángeles. O de la directora de arte Debbie Smith (la misma que pondría una bomba en el recinto de IFEMA y empezaría de cero una nueva semana de la moda) que para generar emociones no se acomoda en su trabajo; en la actualidad, desde el comisariado de exposiciones, la próxima será en junio, en el Museo Thyssen-Bornemisza, y a buen seguro, estará llena de imágenes sorprendentes. Un sentimiento de búsqueda, de continuo flirteo con la inspiración, compartido por el comprador de la berlinesa tienda Voo Store, Herbert Hofmann, una moda basada en la persona, sin aderezos que puedan despistar. Y por supuesto, los interesantes perfiles trazados por la subdirectora, Estel Vilaseca, de mujeres en el e-commerce que como ella, se adelantaron al potencial de internet: Sophia Amoruso (propietaria de la exitosa Nastygal.com), Aslaug Magnusdottir (creadora de la selecta Moda Operandi, y de Tinker Tailor) o la inquieta Natalie Massenet (y el emporio de venta on-line Net-a Porter).
La nónima de los colaboradores hacen aún más interesante el fenómeno Vein. Desde la fotografía emotivo-expresiva de Ernesto Artillo en el editorial «Destape», pasando por la siempre interesante Leticia García con su artículo de extrema juventud, «Los nuevos talentos de la moda aún no tienen edad para votar». O el texto sobre Marianne Faithfull de Begoña Gómez Urzaiz. Además en este número encontramos un buen elenco de ilustres valencianos como María Herreros (y su entrega de mujeres heroinas), las prescripciones de Adrián Salvador y Greta Borrás entre otros, en una desenvuelta sección en la que las tendencias (de ayer, hoy y siempre) no las dicta la propia revista, sino un pequeño grupo de amigos y sabios sin ningún otra motivación que el gusto personal. Eso es libertad. En la Librería Dadá tienen el salvoconducto.
[su_note note_color=»#ffffff»]
MuVIM
Guillem de Castro 8. 46001 Valencia
Telf: (+34) 963 515 138
www.libreriadada.com
[/su_note]