Cuello, el proyecto de Jose Guerrero (acompañado de Ubaldo Fambuena, Nick Perry y Oscar Mezquita) para dar rienda suelta a su vertiente más melódica, ya luce cuatro discos en los que frescura y potencia caminan al unísono. Los repasamos cronológicamente con la ayuda del propio Guerrero.
Cuello actúan este viernes, 8 de noviembre, a partir de las 23h, en Amstel Arts.
Mi brazo que te sobre (2013)
Su aparición dejó las primeras bocas abiertas. Una apuesta declarada y orgullosa por las melodías que miraba de frente al indie de los noventa (Pixies, Dinosaur Jr, Yo la Tengo, Robert Pollard,…) sin ningún afán nostálgico. Y es que un músico no puede olvidar tan fácilmente las canciones con las que creció. «Es evidente que la adolescencia es un momento importante en la vida en la que todo entra de una manera más intensa y al tener menos preocupaciones “adultas” todo se vive de un modo, digamos, más emocionante, ya que toda tu cabeza está implicada al máximo en esas emociones. Por lo tanto, el cómo vives la música en esa época también es un poco así, pero eso no quiere decir que en otras épocas de tu vida la música que escuches no pueda calar en tí profundamente, aunque sea de otro modo. En el caso de Cuello, que hagamos algo que remite a los noventas no quiere decir que eso es lo único que nos interese, simplemente esta banda es así porque es como se ha planteado desde el principio, pero estamos metidos en otras historias que probablemente tienen menos que ver con lo que escuchábamos en la época en la que crecimos».
De los tres discos de Cuello es en el que los primeros acordes de cada canción parece que tengan mayor protagonismo, como si quisieran ir marcando la melodía de cada tema antes de que entre la voz. «Es pura casualidad. Lo único intencionado en las composiciones de Cuello es que tengan un regusto optimista y enérgico». Y lo tienen. Pero no sólo eso. En este álbum ya dejan claro que no hay miedo a probar cosas (el inicio y las partes instrumentales de «Tu bilis confiesa» con sus aires de procesión, «La Terraza del amor» y su cadencia como funk o reggae, el aroma pop de «La verdad»,…) siempre que la melodía siga reinando y todo tenga cierta coherencia. «Hay que intentar no tener miedo a ideas que en un principio pueden parecer descabelladas ya que eso puede llevarte a algo que dé más riqueza a las composiciones y hacer que el disco se haga más entretenido. Si no se podría pecar de monótono. Hay que hacer un esfuerzo por perder el miedo a probar cosas nuevas, siempre que estas apoyen y no revienten la base de la canción, la melodía principal».
Modo eterno (2014)
Como ocurre con todos los álbumes de Cuello, una frase de una canción acaba bautizando el disco. ¿Hay que buscar una segunda lectura que apunte a que el título de un disco no es más que eso y lo importante son las canciones? «El título del disco es algo que está ahí y es algo más dentro de todo lo que engloba a un disco. Lo más importante son las canciones, pero elegir un buen título, portada y todas estas cosas son también importantes para poder darle un sentido al disco. En las letras se juega mucho con lo sugerente así que utilizamos también eso para los títulos de los discos».
«Modo eterno» no supone ninguna evolución en el sonido respecto a «Mi brazo que te sobre», las melodías siguen teniendo protagonismo, la manera de cantar de Guerrero marca mucho las canciones y hay algunas excursiones sonoras («Aceite rebajado», «Ábreme el almacén») estupendas. Tal vez la principal novedad sea una mayor cohesión de la banda, una ejecución más musculosa. «Cuanto más tocas juntos, más compacto suena todo y es más fácil llevar las canciones a buen término. Así que supongo que cada disco irá sonando más cohesionado como banda. Si el sonido de la banda evoluciona o no también será fruto de la casualidad. Las canciones van saliendo como salen y veremos donde nos lleva esto».
El primer disco era más visceral, más inmediato, y este segundo, sin dejar de sonar fresco y melódico, da la sensación de estar más elaborado. «Supongo que vas buscando cosas nuevas en la forma de hacer las composiciones, no repetirte, y eso lleva a elaborar un poco más las cosas para poder llegar a algo que te convezca. Pero también tiene algo de casualidad esto. No ha sido intencionado el querer elaborar más las canciones».
Trae tu cara (2015)
Tercer año, tercer disco. No es ningún plan premeditado. Cuando tienen las canciones, graban. «Siempre grabamos y metemos en los discos todas las canciones que hemos estado trabajando, pero es que lo que tenemos no lo damos por terminado hasta que no pensamos que la canción no puede mejorar más. Si tiene alguna parte o melodía que dudemos de si es mala o no, antes que acabarla como sea y luego dejarla fuera del disco, le damos vueltas hasta que estemos contentos con el resultado».
Tercer disco, tercera producción de Pablo Peiró. «Nos aporta su conocimiento y su buen hacer. Pero también la tranquilidad de saber que puedes confiar en él, puedes probar cosas y él buscará la forma de llevarlas a cabo. Y su obsesión por el sonido hará que lo haga lo mejor que esté en sus manos sin escatimar medios ni tiempo».
Las melodías siguen acaparando el protagonismo del álbum con mas hits que han grabado (algunos de largo recorrido y otros más directos). Dos novedades llaman la atención. Una, la mayor presencia de coros. «Los coros es algo que a la música de Cuello le puede ir muy bien. Metimos algo en el primer disco y en el segundo no porque las canciones no lo pidiesen, sino porque no nos dio tiempo a prepararlo bien antes de ir al estudio. Nos jodió bastante así que nos propusimos que para el siguiente le dedicaríamos más tiempo a este asunto para llevarlos preparados al estudio. Pero lo hemos querido hacer desde el primer disco, no lo pedían más las nuevas canciones que las antiguas. Si no lo hemos hecho tanto anteriormente ha sido simplemente porque lo dejamos para el final y no pudimos dedicarle el tiempo que se merecían».
Y dos, ese tema que cierra el disco, «Aquí tengo tu puente», sin batería y con palmas de acompañamiento y que curiosamente no desentona del conjunto. «Es un tema que llevaba un tiempo intentando tocar pero no llegaba a funcionar del todo con banda, así que al final decidí meterla como lo hemos hecho porque es una canción que me gustaba y me daba pena desecharla y olvidarla. Por la cadencia y rítmica de la guitarra pensé que unas palmas le podría ir bien y darle ese toque como de calle».
Regalo doble (2018)
Por primera vez el grupo rompe su tradicional entrega anual y hay que esperar tres años hasta que se publica su cuarto disco, Regalo doble. «Es curioso que se nos pregunte esto reiteradamente en todas las entrevistas, porque realmente no hay tanta separación entre discos como para que sea un asunto importante. Entre el segundo, que salió en Abril de 2014, y el tercero, que salió en septiembre de 2015, hay un año y medio de diferencia. Y el cuarto salió en febrero de 2018, quiere decir que con el anterior hay dos años y medio de diferencia. No creo que haya tanta diferencia como para preguntarse que «qué paso», no es que hayan pasado 10 año entre uno y otro. Y esa pequeña diferencia, pues simplemente ha ocurrido así por casualidad. Fue casualidad que los primeros salieran más seguidos igual que ha sido casualidad que el cuarto haya salido un poquito más tarde. Pero no hay una razón en especial y vuelvo a decir que no veo tanta diferencia como para que sea algo a destacar. Cuando hemos tenido otro grupo de 10 canciones terminadas las hemos grabado, y así será con los siguientes, sin plantearnos tiempos o años de diferencia».
La principal novedad en este álbum recae en la producción, donde Paco Loco sustituye a Pablo Peiró. «Grabando con él buscábamos nuevos matices en nuestro sonido, grabar con otra persona por probar. Yo personalmente me quedé contento con el resultado, sí». La sensación al escucharlo es que ha sido Paco Loco el que se ha acercado al universo Cuello más que ellos a él. «Sí, Paco solo grabó el disco, hizo de técnico, no de productor, las canciones estaban ya acabadas cuando llegamos al estudio y así se grabaron. Nos ayudó con alguna tontería, pero no teníamos tiempo de darle muchas vueltas a lo ya compuesto y eso es lo que se grabó».
Regalo doble entronca directamente con Mi brazo que te sobre, el debut de Cuello. Recupera aquella urgencia melódica de su ópera prima con una buena dosis de estrofas y estribillos para ser cantados a pleno pulmón. Aunque como siempre ocurre con todos sus trabajos hay espacio para pequeñas excursiones sonoras, como el punk festivo de Da igual si existe o Acumulación de triunfos o, de nuevo, los aires aflamencados de Su calma sin sangre. «Para nosotros es difícil ver las diferencias entre discos o canciones. Vamos haciendo canciones sin plantearnos las diferencias. Naturalmente supongo que tu cerebro no quiere repetirse demasiado en la forma de componer y vas medio evolucionando un poco, pero la música de Cuello no es una música que puedas expandir facilmente hacia otros derroteros y tampoco es algo que nos apetezca hacer ahora mismo. No sé qué pasará en el futuro, pero en estos momentos estamos contentos haciendo lo que hacemos, simplemente canciones con mucha melodía y mucha energía». Sin duda, la ecuación perfecta.