Pep Mirambell

Canciones sobre el amor y la terreta. Así define sus composiciones el alicantino Pep Mirambell en su bandcamp. Dos mini-álbumes («Costablanca» y «Te sigo esperando, Neus Pastor») que se pueden descargar gratuitamente, y en los que Pep busca el equilibrio perfecto entre las melodías pop y las coordenadas sonoras propias de la canción de autor. Añadiendo, en algunos temas, precisas gotas de la tradición musical folklórica acertadamente adaptadas a la actualidad. Historias de (des)amor o pinceladas costumbristas para unas canciones que tan pronto pueden beber de Joan Manuel Serrat como de Francisco Nixon o Belle & Sebastian. Sin duda, el secreto mejor guardado de Alicante.

¿En qué momento se encuentra Pep Mirambell?
Al final del principio, pero en el principio aún. Empecé hace un par de años a dar conciertos y me he ido moviendo con mucha calma. Ahora, con el segundo ep, estoy dedicándole más tiempo a la música y las cosas están yendo más rápidas. Ahora mismo mi principal preocupación es encontrar gente que me escuche.

«Costablanca»
es un disco que desde su nombre, algunas letras o la portada rezuma aires mediterráneos.

No creo que “Costablanca” sea una obra conceptual, ni mucho menos, pero sí hemos intentado usar Alicante y la Costa Blanca como nexo de unión entre todos lo temas. Y no solo por los lugares que se nombran. El reto era mezclar temas universales como el desamor con detalles locales como la gota fría. Lo bueno de un ep es que puedes hacer cosas así sin que se acaben volviendo un tostón.

Hablando de la portada, es obra del ilustrador Pau Valls, ¿cómo surgió la colaboración? ¿Escuchó las canciones previamente?
Hace mucho que le sigo y sabía que René, que es la otra mitad del equipo Pep Mirambell, le conocía. Así que fue fácil contactar con él. Es un tío muy amable, de esa gente con la que da gusto hacer cosas. Nosotros solo le pasamos las canciones, aún sin la mezcla definitiva, y le dijimos el título. Y, bueno, el resultado fue espectacular. La avioneta con la pancarta es un puntazo, cualquiera que haya estado en la Costa Blanca un día de verano sabe de que estamos hablando.

Tus canciones mezclan coordenadas pop con ciertas similitudes con la canción de autor, ¿es intencionado?
El pop es intencionado. Las estructuras y las temáticas son muy pop. Pero al usar sólo una guitarra y mi voz, el sonido es normal que recuerde a la canción de autor. A mí la mezcla me gusta y de momento me ha dado mejor resultado en el circuito de cantautores que en cualquier otro.

Es un disco tremendamente variado (un tema pop, una canción a capella, los aires tradicionales de «Juan el santapolero»,..) pero el disco mantiene un hilo conductor.
El disco es variado porque tratamos de darle a cada canción lo que pide, por ejemplo, “Modus ponens” era una canción dramática y sonaba muchísimo más desesperada a capella. La mayoría de las veces el hilo conductor es la temática, pero también hace de conector el sonido y los arreglos. Todo está pasado por un filtro, “Fran y Laia” es una rumba a lo Pep Mirambell. Puede que “Juan el Santapolero” sea, en este sentido, la canción más diferente del ep pero, de nuevo, creo que tiene el sonido que demandaba la historia de Juan.

Tus letras son muy narrativas. ¿Qué proceso sigues a la hora de elaborarlas?
Las canciones de Pep Mirambell están compuestas por Pep Mirambell y por René Macone, así que el proceso se basa en el diálogo. Lo primero que hablamos es qué queremos decir. La mayoría de las veces estas primeras ideas son muy concretas, ya sabemos cómo empiezan y cómo acaban las historias, por ejemplo. Lo segundo que hacemos son las melodías. La letra es lo último y hacemos auténtico encaje de bolillos para meter las ideas en la melodía. Vamos lentos y desechamos muchas cosas, pero creo que eso al final se nota.

Si miráramos tu reproductor de mp3, ¿qué nos encontraríamos hoy?
Estoy fascinado por el último ep de Andrew Bird “I want to see Pulaski at night”, me parece la libertad hecha ep. También me tiene muy enganchado el «Brothers and sisters of the eternal son» de Damien Jurado. Me parece muy interesante cómo está incorporando la psicodelia en sus canciones.

¿Cómo está la escena alicantina?
Últimamente estoy notando más movimiento. Han aparecido algunos espacios por donde nos podemos mover los músicos noveles y creo que la escena alicantina se está ampliando. A nivel de grupos me gusta mucho lo que están haciendo en las comarcas del interior bandas como Arthur Caravan o El Diluvi.

¿Cómo ves la Valencia musical desde Alicante?
Creo que ahora mismo Valencia está volviendo a ser una ciudad referente musicalmente hablando. Han pasado algunas cosas muy importantes allí en los últimos años, en la música y también en otros campos como en la política, y me da la impresión de que se está viviendo un cambio. Para un alicantino, la Valencia de hoy es una ciudad mucho más artística y romántica que la Valencia de hace unos años, que nos parecía un poco rancia.