Jimena Amarillo. Foto: María López.

La pena no es cómoda es el segundo disco de la valenciana Jimena Amarillo. Repite sello (Mushroom Pillow), pero si en su debut contó con la participación de Pau Roca, Marc Greenwood, Manu Belice, Alex Ferrer o Chris Carmichael, para este álbum ha compuesto y producido ella sola todas las canciones. Incluso ha pintado y diseñado la portada.

Doce temas muy fieles a lo que es Jimena Amarillo, en los que el (des)amor sigue siendo su columna vertebral, pero que amplían la paleta sonora, reforzando su potencial de cara a los directos. Cuando publicó su primer álbum, Cómo decirte, mi amor, quedamos en un café de El Carmen para la entrevista. Ahora que vive en Madrid, la charla es telefónica.

Jimena Amarillo es una de las primeras confirmaciones de la Fira Trovam 2023, que se celebrará del 9 al 11 de noviembre en Castelló.

Cuando te entrevistamos la vez anterior, acababa de salir tu primer disco y lo presentabas al día siguiente en El Sol, en Madrid. ¿Qué ha cambiado en todo este tiempo?

¡Qué fuerte! Es que nunca soy consciente de los cambios y ahora es cuando empiezo a serlo. Las cosas están yendo como heavys, pero ha tenido que pasar todo ese tiempo para que ahora sienta un mínimo de decir ¡Guau, soy cantante! Es muy fuerte. Llevo un montón de conciertos y, realmente, con este disco la gente se espera cosas. Pero mi método de trabajar y de hacer las cosas no ha cambiado nada.

Uno de los cambios que se ha producido desde la anterior entrevista es que ya no vives en València, te trasladaste a Madrid, algo a lo que aludes en la canción “Porque tú lo sabías”, donde se te escucha repetir “Esta ciudad no es la mía”. Más allá de esta letra, ¿Crees que ese cambio de ciudad ha afectado de alguna manera al disco?

¡Viva València porque es la mejor ciudad del mundo! Y no, la verdad es que no, porque casi todas las demos surgieron en València. Lo que ha cambiado es que lo he hecho todo yo, he jugado más con los sonidos y le he puesto más atención a la música. El primer disco considero que solo son letras y este segundo son letras y música, porque mis letras siguen estando también presentes.

Sobre aquel primer álbum decías en su momento que no pensabas que ibas a hacer un disco, que ibas simplemente componiendo canciones.

¡Total! Pues este igual. 

Pero en La pena no es cómoda sí parece que has tenido en cuenta cómo se van a llevar esas canciones, luego, al directo.

Sí, totalmente. Cuando hice el primer disco no había tocado en ningún sitio. Y eso, ahora se nota, haber estado en festivales, haber hecho conciertos… Pero tampoco quería enfocarlo solo en ello. Al principio quería hacer un disco para el directo, pero no caer en ese tópico que pienso que le acaba quitando a los artistas mucho de lo suyo. Y decidí mezclar. Me encuentro en una época en la que no estoy súper triste y no me salían solo baladas, por eso lo de La pena no es cómoda del título, sino que me encuentro con más recursos para hacer más música y decidí hacer canciones como más explosivas. Pero sigue presente mi esencia.

Una de las diferencias más llamativas entre ambos discos, es que en este segundo lo has asumido, prácticamente, tú todo.

Todo lo que he hecho siempre lo podría haber hecho sola. De hecho, lo he hecho yo sola, lo que pasa que he tenido como ayuda, pero llegó un punto en el que pensé que por qué tenía que estar esperando que me mandaran audios, o ediciones de pistas, si lo podía hacer yo literalmente, si he estudiado eso. Así que así hice.

¿Y eso te dio una sensación mayor de vértigo?

Para nada. La gente me pregunta si estaba nerviosa y no, lo estaba muchísimo más con el primero que ahora. He estado nerviosa por no estar nerviosa, pero porque lo he hecho todo y entonces todos los sonidos suenan como quiero.

Es un disco más ecléctico que el anterior. Hay pop, una canción muy Pixies, rap, ritmos más oscuros, un interludio, sonidos de club…pero sin que quede deslavazado.

Si es que lo quiero abarcar todo, soy una pesada. Pero eso que dices es lo que espero que se perciba, pero no soy consciente. La gente me dice que sigue siendo Jimena Amarillo, que se nota que soy yo… pues menos mal porque al hacer tantas cosas te puedes ir de tu movida, pero no sé si es la forma de meter la letra o la melodía… que siempre voy a ser yo. Y juego con eso, sé que lo tengo.

Llama la atención la versión de Carlos Cano, y que no hayas incluido ninguna de tu idolatrada Silvia Pérez Cruz. ¿Cómo llegaste a “María, la portuguesa”?

Me inspiré en la versión de Las Migas. A mí Carlos Cano pues mira… De hecho, hice esta canción única y exclusivamente para que Silvia Pérez Cruz la escuche, imagina si estoy mal de la cabeza.

¿Ya has conseguido hablar con ella?

Qué va. He intentado llamarle la atención muchas veces, pero no. No pasa nada, ya lo tengo asumido.

¿Y qué te gustaba de la canción como para hacer una versión?

No sé. Como empecé haciendo covers quería que eso, también, estuviera representado en este disco porque realmente es como mi raíz. Me apetecía desconcertar a la gente y que, de repente, en medio de unas canciones más electrónicas escuchasen un violín y mi voz cantando “María, la portuguesa”. Mi padre me dice que tiene miedo de cómo se tomará la gente la versión. Que se la tomen como se la tomen, me da igual, me encanta.

El orden de las canciones en el disco no parece que sea algo casual.

El orden es una cosa que pienso muchísimo, también me como la cabeza con los setlists de los conciertos. El orden se forma según voy haciendo las canciones, pero también según lo diferentes que sean unas de otras. Por ejemplo, me gusta poner una experimental primero, luego un rap, después de repente una balada, a continuación desconcertar con no sé qué. No me gusta que haya bloques de canciones más o menos iguales.

La parte instrumental de este disco, como ya has comentado antes, no es que tenga más protagonismo que las letras, sino que tiene más relevancia que en el primer álbum.

Exacto, eso es. Me daba un poco de miedo que se tapase la letra, porque para mí era lo más importante, sigue siendo lo más importante, pero me apeteció jugar más con la música … para hacerme la chula.

En tiempos en que las colaboraciones parecen una obsesión, no has hecho ninguna en La pena no es cómoda.

He sacado un disco de 12 canciones y no he hecho ninguna. No son lo mío como se puede comprobar. No me interesan.

En ese hacerlo tú todo has asumido, también, la portada.

Todo, me puse a hacerlo todo. De repente me dio por pintar.

Respecto a la formación que te acompañará en directo, ¿siguen Manu Belice e Irene Ricart?

No. Ahora somos Eva a la batería y Luli como corista. Somos una tríada de tías que hacen cosas. También llevo una técnica de sonido. Y luego Guillem que es el que nos lleva a todos los conciertos en coche. Tres personas en el escenario que van alternando instrumentos y, como digo, mi concepto es tías que hacen cosas.

¿Sigues sorprendida con todo lo que te está pasando (segundos disco, festivales, programa en Radio 3…)?

Es que me cuesta mucho entrar en esa vaina de vale, estoy haciendo eso. Y cuando tengo la sensación de enterarme, me agobio muchísimo porque me viene de golpe. No hay como un punto medio, lo quiero encontrar. Ser consciente de que curro y vivo de esto y que ya es serio, pero también sin subirme a la nube. Estoy constantemente en esa búsqueda de algo que no sé cómo se consigue, pero bueno, aquí estoy subida en este tren. Como te dije la primera vez, yo me subí a un tren y hasta que se pare… cuando eso pase ya me bajaré entonces, Pero ahora estoy muy contenta.