Polar actuando en la Sala Quatre. De izquierda a derecha: Paco Grande, Jesús de santos, Jesús Sáez y Miguel Matallín. Foto: Rosa Faus.


Polar actuando en la Sala Quatre. De izquierda a derecha: Paco Grande, Jesús de santos, Jesús Sáez y Miguel Matallín. Foto: Rosa Faus.

Polar fueron el eslabón perdido local de una conjunción de las melodías de The Velvet Underground, Galaxie 500, Codeine, Yo la Tengo o Pavement. Rara avis en una escena poco acostumbrada a las atmosferas y el sosiego sónico. Dijeron adiós con un expediente intachable y ningún disco menor. Paco Grande (bajo), Jesús de Santos (guitarra y voz), Jesús Sáez (batería) y Miguel M. Matallín (guitarra y voz) alcanzaron su cenit creativo con «A Letter For The Stars» que, ahora, el último de ellos rememora, incluso canción a canción:

«A Letter For The Stars», Polar (Jabalina, 2002)

«A Letter For The Stars» fue nuestra segunda referencia con Jabalina. Antes habíamos sacado «New Day ep» y, en Tranquilo Niebla, «Ultrafreezing ep», un split ep con Sick Buzos (Ovni Records), nuestro primer lp, «Sixteen Second Communication» y «Slide ep». Con unas ventas rondando los 3500 ejemplares, para nosotros fue todo un hito.

Suena casi exagerado, pero es un disco que podría perfectamente no haber existido. Apenas unos meses antes de entrar al estudio, en pleno proceso de composición, nos desvalijaron el local de ensayo. Estaba durmiendo cuando –aún no teníamos móviles por aquel entonces- Juan Luis Salmerón, de La Muñeca de Sal, vino a buscarme a mi casa de la calle Finestrat para decirme que habían ido a ensayar y se habían encontrado con que la puerta de nuestro local estaba forzada y el local vacío. Literalmente vacío. Cuando llegué y le di al interruptor, durante esos típicos flashes que hacen los tubos fluorescentes antes de encenderse definitivamente, yo vi todo en su sitio. Juro que lo vi.

Pero no, no habían dejado nada. El póster de Buffalo Tom que decoraba una de las paredes, y poco más. Sin guitarras, sin amplis, sin pedales… Pobre Jesús, la batería que se acababa de comprar… En realidad, pasado el shock inicial, siempre he pensado que ese robo nos dio más fuerza e impulso como grupo, si cabe. Al mes y poco pillamos a los amantes de lo ajeno con las manos en la masa y recuperamos casi todo nuestro equipo. A los pocos meses de aparecer los instrumentos estábamos en Tabalet registrando las que serían las canciones de A Letter For The Stars. No todos los pedales de efectos aparecieron, por lo que muchas de las distorsiones de este disco provenían de pedales amablemente prestados por nuestros amigos de Big Score.

«The Sea & The Waves». La canción que abre el disco. Esa letra tan bonita es de Jesús Sáez, y la escribió prácticamente en el estudio, ante mi incapacidad para escribir una que me gustase. También fue suya la idea de hablarla en vez de cantarla. Creo que por culpa de esta canción se ha dicho de nosotros que éramos slow core…

«An Old Car… A Long Road… A Deep Wound». Polar nunca escondió sus influencias.

«Snow Song». Me gusta porque la letra dice la palabra Pavement. Segunda mejor canción del año para Disco Grande, justo después de «Qué nos va a pasar», de La Buena Vida.

«41 (Forty One)». Podría estar escuchando la voz de Jesús de Santos en bucle en esta canción, y no me cansaría nunca.

«It’s So Cold Outside». En la letra de esta canción incluí la frase “I’m Heading on the Door” solo porque «The Head on the Door» es mi disco favorito de The Cure. El final de la canción es una bizarrada que se nos ocurrió cuando la compusimos. Cada 8 compases vamos eliminando el ultimo acorde hasta quedarnos solo con el Do…

«Saturday». Durante la grabación del disco había en el estudio un grand piano que Tabalet había alquilado para vete a saber qué grabación. ¿Cómo íbamos a dejarlo escapar? Los Jesuses se lo pasaron en grande… toda una tarde con el pianito…

«Un Chien Andalou». Una de las canciones que más tiempo llevaba con nosotros. Una lástima que la grabación no recoja la fuerza que la parte final tenía en directo.

«Nobody Knows Rain Comes From Her Eyes». La última canción que se hizo justo antes de ir a grabar, y la que cierra el disco. Me encanta la trompeta de Juan Tormo (Los Magnéticos, Los Tórmicos) en esta canción.

Años más tarde, Jabalina editó una edición especial de este disco en vinilo, que venía a hacer justicia a la maravillosa portada de Aramburu, y que además incluía dos canciones adicionales a modo de “bonus tracks.” «Memories», con letra de Paco Grande, y una versión de «The Ship Song» de Nick Cave que no nos quedó nada mal.