De izquierda a derecha: Annabel Nada, Berta Ortuño, Laura Requena, Marta Rodríguez y Macarena Salas. Falta Alba. Foto: Rachel Stirling.
La pandemia les obligó a retrasar sus planes, pero no a abandonarlos. Si abrir una sala de conciertos ya tiene mucho de valentía, hacerlo en tiempo de coronavirus multiplica el coraje. La Salà (donde la antigua Sala Wah Wah), lo dejan bien claro en su web, «La Salà es una casa de libre expresión, donde damos voz a diversas perspectivas de entender el mundo y el arte. Nos sentimos libres, de expresarnos y vivir en nuestra autenticidad, contribuyendo entre todas a dejar un mundo más tolerante». Basta mirar su programación para confirmarlo. Para conocer mejor a sus responsables, les hemos pedido que compartan su disco favorito.
La voz de los´80 (Los Prisioneros, 1984)
Macarena Salas (Dirección y Producción): Cuando nos propusieron elegir un álbum completo, inmediatamente me fui a los casetes, cara A y B de principio a fin. La voz de los´80, primer álbum de Los Prisioneros, banda chilena que marcó varias generaciones cantando, en momentos de mucha opresión social y censura de la dictadura militar, letras irreverentes con denuncia social, editado a finales de 1984. Mezcla de rock, punk, ska y reggae en español, que no puedes parar de bailar y corear. ¡Que lo disfruten!
Saó (La Gossa Sorda, 2008)
Annabel Nadal (Dirección y Producción): El disco de mi vida, y me consta que el de otras muchas es Saó, de La Gossa Sorda, de 2008. Me consta porque he visto tatuadas sus letras y, todavía, lo escucho desde muchos balcones. El disco estaba compuesto de once canciones, todas ellas himnos, para una sociedad valenciana malograda que necesitaba que se diera voz a sus reivindicaciones y emociones, a golpe de ska, dolçaina, melodías redondas y ritmos balcánicos. Además, personalmente significó un cambio importante en mi vida, ya que me permitió la incursión en el mundo de la música de manera profesional ejerciendo de mánager del grupo.
El lado oscuro (Maniática, 1992)
Berta Ortuño (Técnica de sonido): Lo descubrí en un viaje a Barcelona yendo a un concierto con dos colegas. Lo pusieron en el coche camino a Barcelona y sonó una y otra vez. Me dejó tan loca que no pude dejar de hablar de él todo el viaje, y durante los meses siguientes lo estuve escuchando dia y noche sin parar. Creo que es uno de los discos que mas veces he escuchado en mi vida.
Lust For Life (Lana Del Rey, 2017)
Laura Requena (Fotógrafe): Creo que nunca escuché tanto un álbum como escuché este. En bucle. Me encanta la vibe un poco dark, un pie en los 60 (EEUU) y el otro en el trap. Me encanta la melancolía con la cual Lana habla sobre desamores, la nostalgia y sus preocupaciones con la situación sociopolítica. Es un tren que te lleva del universo sombrío de sus discos anteriores (Honeymoon y Ultraviolence) a un nuevo lugar “out of the black, into the blue”, con esperanza de tiempos mejores. Ese disco fue un divisor de aguas en mi vida, y me acompañó en mi proceso de mudanza de Brasil a España, que también fue un “out of the black, into the blue”, con la misma esperanza de vivir una vida mejor y más bonita acá.
Acabou Chorare (Novos Baianos, 1972)
Marta Rodríguez (Comunicación): Acabou Chorare es el segundo álbum de estudio del grupo musical brasileño Novos Baianos. Fue publicado en 1972. Este discazo tiene una riqueza infinita que me conecta con la experimentación, el viaje y la libertad. Un trabajo resultado de la contracultura y el movimiento Tropicalia, con la influencia de João Gilberto, Caetano Veloso & Gilberto Gil . Recuerdo escucharlo y cantarlo por las carreteras de Brasil viajando en coche, sintiendo el calor del nordeste, despeinada y feliz. Una mezcla perfecta de tradición y psicodelia donde convergen la bossa nova, choro, baião y rock. El tema de mi vida: «Misterio do Planeta».
Banzai (Gata Cattana, 2017)
Alba Martí (Gestión Bar): Banzai, de Gata Cattana, eterna. Dulce y mordaz, te abraza y zarandea al mismo tiempo. Fascinada, me obligó a descubrir que no sólo me pone el ruido.
